martes, 10 de diciembre de 2013

Crónicas marcianas, de Ray Bradbury

                Hace algunas décadas, el género de fantasía y ciencia-ficción tenía como forma de difusión masiva la forma de historias cortas dentro de algunas revistas. Crónicas Marcianas, publicada como novela en 1950, es una recopilación de varias historias independientes que, aun dentro de esa independencia, siguen un hilo argumental común.
                Los relatos tratan sobre la colonización de Marte, la cual tendría lugar desde la primera expedición en 1999 hasta 2026. Están ordenados cronológicamente, y cada relato tiene sus propios personajes y su propio tema. Sin embargo, la grandeza de Ray Bradbury con esta obra, queda patente al leer toda la novela y ver que, pese a ser historias independientes por sí mismas, juntas forman un todo que es superior a la suma de las partes. ¿Cómo sucede eso? En este caso, dejando pequeños detalles que, aunque encajan dentro de cada historia, dejan un residuo que apoya y enriquece las demás historias, pese a no tener mucho que ver con ellas.
                El estilo no me lo esperaba, al saber que era una obra de ciencia-ficción. La prosa es poética, las descripciones son bellas, y no es que se use puntualmente este recurso, sino que está presente de principio a fin. También es destacable el tono humorístico que a veces usa el autor, incluso para referirse a situaciones trágicas, que las hay en abundancia, por cierto.
                Cada historia trata un tema o varios, y los hay tan variopintos como: la sociedad americana en los años 50, el racismo, el respeto a las culturas foráneas, el patriotismo, la supervivencia, el sinsentido de la guerra (especial referencia a los comienzos de la Guerra Fría y sus posibles consecuencias), etc.
                Tengo que hacer un inciso porque hay un capítulo en especial que me pareció soberbio y que recomiendo leer a cualquiera, aunque no tenga intención de leer la obra entera: Usher II. Me pareció una obra maestra por varias razones: porque pone en escena una idea que desarrollaría varios años más tarde en otra de sus mejores obras, Fahrenheit 451. De hecho, es como si este capítulo fuera un epílogo de esa novela. Por otra parte, hace un repaso de la Literatura en general, defendiéndola contra su principal amenaza: la censura. Y lo hace, como ya he dicho, de un modo poético, humorístico… y trágico. Soberbio.
                No quiero decir con esto que ese capítulo destaque del resto, sino sólo que personalmente lo disfruté bastante. Pero igual pasó con el resto de las historias. El ambiente creado por el autor tiene una atmósfera propia, un lenguaje propio, una cultura propia.
                Todas las historias, como ya he dicho, van encajando hasta formar un puzle que dejará en la cabeza del lector no pocos dilemas morales respecto a la colonización y las formas de llevarla a cabo.
                Sinceramente, ésta es una de las novelas que lamento no haber leído antes.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

El hombre invisible, de H. G. Wells

            Siguiendo con el ciclo de literatura fantástica y de ciencia ficción, en este caso toca la obra de Herbert George Wells, El hombre invisible, publicada en 1897. No es la obra más conocida del autor actualmente, ya que La guerra de los mundos y La máquina del tiempo son tal vez obras más representativas del género en que se especializó este autor. Sin embargo, el hombre invisible es otro de los personajes que han ido integrándose dentro de la cultura popular (¿quién no ha pensado alguna vez lo que haría si fuera invisible?), pero la historia original, la escrita por el propio autor, al igual que sucede con otros personajes como anteriormente comenté con Dracula y Frankenstein, esa historia original no es tan conocida.

            La historia comienza con un extraño personaje que se instala en un pequeño pueblo, en una posada. La extravagancia del personaje unida a la curiosidad de los lugareños, desencadena el núcleo de esta historia, de la que no voy a contar más.

            Escrita en tercera persona, la narración explica los hechos que suceden alrededor de ese extraño personaje, cuyo secreto se desvelará más avanzada la novela. En este caso ocurre algo parecido a lo que pasaba en El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde, que parte del misterio que el autor se devanó los sesos para intentar crear, queda nublado por el conocimiento más o menos exacto de la historia conforme han ido pasando los años. Está claro que las circunstancias extrañas que suceden al principio de la obra y la extravagancia del extranjero no se debe más que a que el hombre es invisible, y eso lo sabe todo el mundo. Pero ello no quita mérito a la narración.

            Los personajes no son muchos, y no están muy desarrollados. Al ser una obra relativamente corta (200 páginas aproximadamente), no da tiempo a profundizar demasiado, salvo en el protagonista. Su carácter es el núcleo de la historia, y su pasado, la justificación de la misma.

            Al igual que en muchas otras historias, en ésta se ve claramente la dicotomía ciencia-moral, y no soy capaz de saber si detrás de todo eso hay también una connotación religiosa, ya que no he tenido tiempo de investigar. Aparte de ese tema principal, también hay un análisis sociológico no muy desarrollado, pero interesante.
           
            La trama es lineal, con una pausa destacable, pero avanza constante desde el principio hasta el fin de la historia.

            Personalmente, me ha sabido a poco. Toda la historia está muy bien explicada y justificada, pero me queda ese gusanillo especulativo sobre lo que puede llegar a dar de sí la idea. La novela está encajada en un tiempo y unas circunstancias concretas, pero creo que con esa misma base se podrían hacer miles de historias distintas. De hecho, creo que el autor explotó poco la idea, podía haber hecho una novela de más de 500 páginas sin que hubiera llegado a ser aburrida ni repetitiva. En todo caso, aun quedándome con ganas de más, la lectura me ha gustado.

            En el aspecto científico, me ha parecido muy bien documentado y justificado (aun con los errores que contiene), ya que resulta muy verosímil.

            Hay varias películas de esta novela, y de muchas otras obras del mismo autor. En este caso concreto, la vi hace bastante tiempo y no recuerdo si seguía bien la historia de la novela o no, pero yo siempre preferiré las letras…

viernes, 15 de noviembre de 2013

Frankenstein o el moderno Prometeo, de Mary Shelley

            Resulta interesante ver cómo evoluciona una historia a lo largo del tiempo, cómo va sufriendo cambios, adaptándose al tiempo a veces, tergiversándose otras veces, hasta que queda algo que poco o nada tiene que ver con la historia original. Es lo que sucede con Frankenstein o el moderno Prometeo, de la escritora inglesa Mary Shelley.

            Novela gótica escrita en 1818, está considerada como la primera del género de ciencia-ficción. 264 páginas de extensión.

            Desmontando algunos de los mitos actuales sobre Frankenstein sin dar detalles importantes de la novela, diré, por ejemplo, que Frankenstein no es el monstruo, sino el nombre del creador, Victor Frankenstein. También diré que el monstruo no es verde, sino de otro color que invito a lector a descubrir por sí mismo. Y en lo de que sea un descerebrado… bueno, mejor leer la obra y descubrir cómo y quién es el “monstruo”. En cuanto a la alusión en el título al titán Prometeo, pueden ser varias las interpretaciones asociadas al mismo. Personalmente, me quedo con que fabricó seres humanos a partir de arcilla.

            La novela gótica se caracteriza por ambientes tenebrosos, paisajes hostiles, personajes sobrenaturales y muchos otros elementos que se hallan presentes en esta obra y que la escritora describió con lujo de detalles.

            Los personajes son el punto fuerte de la novela. Hay pocos personajes principales y algunos secundarios. Los principales hacen gala de una complejidad que es mucho más de lo que parece a simple vista, y que sólo se puede comprender tras atar cabos al final de la lectura. Los secundarios, pese a su escasa función, también reciben su dosis necesaria de atención, la suficiente para quedar totalmente encajados en la historia.

            En cuanto a los temas tratados, son múltiples. Me permito poner los que más me han llamado la atención: el egoísmo, los límites de la ciencia, la responsabilidad y la soledad. Y muchos más que se derivan de esos. La historia no es la de un monstruo que va asustando a la gente, es mucho más que eso. Es una crítica a la sociedad, a la ciencia, a la justicia, a los valores morales. Tengo que reconocer que no esperaba encontrar todo eso en esta lectura, porque aunque Frankenstein forma ya parte de la cultura popular, creo que poca gente conoce más que ciertos retazos de la historia. Y la historia es mucho más compleja e interesante que la superficialidad que más se conoce.

            La forma en que está escrita es casi como una novela epistolar, pero con ciertos matices. Generalmente está contada mediante cartas, pero en esas cartas se mencionan conversaciones íntegras, testimonios contados en primera persona, con lo cual la voz del narrador va saltando de personaje a personaje, haciendo al lector conocer los sucesos y, a la misma vez, las motivaciones de cada uno de los protagonistas.

            Resumiendo: una lectura que me ha parecido agradable, con varias reflexiones interesantes dentro de la historia, y otros temas derivados de ellas que darán que pensar al lector. Absolutamente recomendable.

martes, 12 de noviembre de 2013

Volver a empezar (Replay), de Ken Grimwood

            ¿Quién no ha imaginado alguna vez con volver atrás en el tiempo, volver a su anterior yo, pero con la experiencia y conocimientos adquiridos hasta la fecha? Pues esa es aproximadamente la idea de la que parte Volver a empezar o Replay, y con una aliciente añadido: el protagonista sufre un ataque al corazón, muere y automáticamente aparece otra vez en su yo adolescente. Así empieza la historia, así que no estoy desvelando nada de la trama.

            Volver a empezar es una novela de fantasía, escrita por el autor norteamericano Ken Grimwood y publicada en 1987.

            Hay un detalle que yo, como español, no he sabido apreciar, y casi me hizo dejar de leer: desde el comienzo, cuando el autor muere y vuelve a su mismo cuerpo cuando tenía 25 años menos, abundan las descripciones de la época americana de la década de los sesenta. Está todo lleno de tópicos y de iconos de la época, nacidos de la nostalgia, que no sé cómo le sentará a un americano leerlo, pero a mí personalmente no lograba engancharme a las emociones del protagonista. Me daba la sensación de estar viendo un documental cuyo resumen podría ser “estoy orgulloso de ser norteamericano, no hay mejor cosa en la vida”. Por suerte, no cerré el libro, y al seguir avanzando, esa sensación inicial se fue diluyendo conforme se empezó a desplegar la verdadera historia. La pregunta con que he iniciado esta reseña, lleva a otra que es: ¿Qué harías si volvieras atrás, con todo eso que sabes que pasará durante los siguientes veinticinco años? Si se pudieran cambiar algunas decisiones, ¿qué cambiarías y cómo cambiaría eso las cosas? La mayoría de las respuestas a esas preguntas que yo mismo daría, se encuentran en Volver a empezar.

            El protagonista en un personaje muy poco desarrollado en un principio, pero a lo largo de la historia va ganando complejidad, quedando totalmente expuesto al final de la historia.

            En contra de lo que puede parecer, no es una historia ñoña ni hecha para una película con muchos efectos especiales, tiros y persecuciones. Es una novela psicológica. Lo mejor de la historia es ver cómo afecta al protagonista, cómo la experiencia lo va moldeando y cómo cada vez es más fácil sentirse identificado con él, viviendo a través de su mente.

            Hay enormes dosis de moralidad en la historia, y también preguntas sin resolver, que son las que mantienen la atención del lector en todo momento. Sin llegar a contar el final, diré que encaja perfectamente con toda la historia, haciendo su lectura una experiencia única y completa, con la que he disfrutado.

            Está ambientada en distintas localizaciones de Estados Unidos, principalmente, aunque también hay escenas en otros lugares del mundo. En cuanto a los lugares, un punto destacable muy conseguido por el autor es el de dotar a cada localización de un espíritu, de un magnetismo que provoca sentimientos en el protagonista. Un reflejo de lo que es la nostalgia, las raíces. Aun habiéndolo hecho sin querer, el efecto está muy bien logrado.

            Como he dicho, el principio puede parecer pesado, pero merece la pena avanzar para poder ver el núcleo principal de la historia. Una historia que da mucho que pensar.
           

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Drácula, de Bram Stoker

            El irlandés Bram Stoker ha pasado a la historia como uno de los referentes de la novela gótica de fantasía con su obra Drácula, publicada en 1897.

            Aunque algunos creen que es la primera novela donde aparece la figura del vampiro, no es así, ya que existen referencias anteriores. Sin embargo, Bram Stoker reunió las cualidades de la criatura y las perfiló, quedando la imagen del vampiro muy parecida a la que impera en la actualidad. Hablando de la actualidad, el vampiro se ha convertido en una figura importante dentro de la cultura mundial. El arte le ha dedicado una especial atención, y existen dentro de la literatura, la pintura, el cine… hay pocos lugares del mundo donde el mito del vampiro no esté arraigado.

            Volviendo al tema principal, Drácula es una novela epistolar, es decir, escrita en forma de cartas, anotaciones en diario, transcripciones de conversaciones, etc. Hay varios personajes principales que son los encargados de mostrar la historia a través de sus vivencias.

            La trama sigue una evolución continua, en la que conforme avanza el tiempo, los personajes acaban cruzando sus historias, llegando a un final en el que cualquiera de ellos podría relatarlo, pues sus historias acaban fundiéndose en una sola.

            El tema de la novela es a gusto del lector. Hay tantas interpretaciones posibles que no se me ocurre ninguna que brille más que las otras. Mi recomendación es sólo dejarse llevar por las páginas, contemplando los decorados, los personajes y la historia. No desvelo nada desconocido al decir que el ambiente es tétrico y oscuro, pues es en la noche cuando el vampiro dispone de plenos poderes. En cuanto a esto último, voy a dar sólo un detalle que no desvela nada importante de la historia, pero que me llamó la atención: Drácula puede moverse de día, tal como aparece en cierta escena, aunque de día no parece poder usar sus poderes. Este hecho me chocó al leerlo, pues difiere de la imagen actual de los vampiros, donde al darles la luz del Sol son reducidos a cenizas en la mayoría de los casos. Y este punto lleva a otro que es la base para mi recomendación de su lectura: la novela es mucho más rica en detalles que cualquier película que se haya hecho sobre la misma. De hecho, la versión de Coppola creo que es la que más se adapta, pero después de leer la novela, la película me parece cutre, y, sobre todo, se ha cargado una parte muy importante de la personalidad del vampiro, y no digo más.

            Los personajes son fácilmente distinguibles, muy humanos y con los pies en la tierra. Muy bien descritos, es fácil hacerse una idea de su fisonomía y sus motivaciones, y también es fácil sufrir con ellos las penurias que padecen durante la historia.

            En cuanto al que da nombre a la novela, Drácula, el autor se inspiró en un personaje histórico real, Vlad Tepes, un príncipe de Valaquia cuya historia nos da a conocer el mismo vampiro. También los lugares descritos son lugares reales.

            Mención especial para el ambiente. El comienzo por tierras de Europa del Este me parece soberbio, pero tampoco queda atrás la descripción de Londres y los demás lugares de Europa de esa época, así como la forma de vida de la gente de entonces.

            No exagero al decir que Drácula es una de las novelas que más me han gustado a lo largo de mi experiencia como lector. Tiene una buena historia, buenos personajes, intriga, acción, romance (aunque no como los jóvenes de ahora se lo imaginan, gracias a la serie de Crepúsculo).
           
            Imprescindible leerla, no es suficiente con haber oído algo sobre de qué va o con haber visto una deformación de la historia en una película.

lunes, 7 de octubre de 2013

En busca del unicornio, de Juan Eslava Galán

                En busca del unicornio, del jiennense Juan Eslava Galán, fue Premio Planeta en 1987 y, hasta el momento, es la única novela galardonada con dicho premio que puedo decir que me ha gustado (me falta la última de Lorenzo Silva, La marca del meridiano, que si sigue con la calidad de anteriores entregas de la saga, supongo que tampoco estará mal).
                En cuanto a este autor, creía que no lo conocía, pero sí. Con el seudónimo de “Nicholas Wilcox” publicó, entre otras obras, la “Trilogía templaria”, la cual leí hace bastantes años y me pareció bastante entretenida. De hecho, hay cierto paralelismo entre En busca del unicornio y la primera novela de la trilogía, Los falsos peregrinos. En este caso, cuando el autor firma con su nombre original, según mi opinión, la obra es de mejor calidad.
                En busca del unicornio se puede catalogar como novela histórica, ambientada en el siglo XV durante el reinado de Enrique IV el Impotente. Precisamente el apodo del monarca es el que da lugar a la historia, ya que para curar su virilidad maltrecha, manda una expedición a buscar el objeto que le ayudará a conseguirlo: un cuerno de unicornio. Es ahí donde entra en juego el protagonista, Juan de Olid, que será el encargado de dirigir la expedición, compuesta por un fraile, un traductor y un grupo de ballesteros, así como otras personas necesarias para dar con el animal (y no cuento más).
                La novela es toda ella un viaje en busca del unicornio, y el protagonista narra sus vivencias, que lo llevarán desde el reino de Castilla hasta lo más profundo de África, terreno que por entonces permanecía desconocido para la totalidad de los expedicionarios (y para los coetáneos de los expedicionarios).
                Merece especial mención el ambiente. Creado a base de rigurosas descripciones paisajísticas y de los personajes que pueblan la obra, ha sido cuidada hasta el extremo de adaptar la narración y las conversaciones al castellano antiguo, y ello sin perjudicar el entendimiento de la lectura ni haciéndolo pesado. Gracias a las expresiones, las reflexiones y la forma de comunicarse, es muy fácil meterse dentro de esa época y esos lugares que el narrador describe.
                En cuanto a los temas tratados, son varios, y -esto es opinión personal-, la conclusión que se saca al terminar la novela, puede ser muy distinta de un lector a otro. En mi caso, he encontrado que esta obra habla del deber, de la disciplina, de aventura, de lucha contra el ambiente y contra uno mismo. Habla de añoranza, de cambio, de nostalgia. También de ignorancia y adónde puede llevar la misma, e injusticia (totalmente opuesta al maniqueísmo que tanto odio, por irreal).
                Cuando cae en mis manos una obra de este calibre, es cuando me doy cuenta del daño que hacen los best-sellers malos (porque no todos lo son, que alguno se escapa) a las historias y a la literatura en general,, porque como ésos (los best-sellers malos) se escriben con un manual (pregúntenle a Dan Brown), en esta novela, el lector está todo el rato esperando ese momento Deus ex machina que lo arreglará todo por arte de magia, y no lo hay. Porque en esta obra pasan las cosas que pasan, y lo que no pasa, no pasa. Pero no le pasan cosas buenas a los buenos y malas a los malos y al final todo queda en equilibrio. El que busque eso, que lea La caída de los gigantes, por ejemplo.
                Sin dar más detalles, diré que me ha encantado. Es una de esas historias que te transporta a otro tiempo y a otro lugar, y en mi caso me he visto acompañando a la expedición y compartiendo sus aventuras y sus vivencias.
                El estilo, aparte del uso del castellano antiguo, es humorístico a veces, pero generalmente es serio, quedando muy bien definidos los rasgos psicológicos y pensamiento de la época, no sólo del protagonista, sino de todos los personajes que pueblan la historia.
                Sólo puedo decir dos palabras que lo resumen todo: muy recomendable.

miércoles, 2 de octubre de 2013

La historia del loco, de John Katzenbach

                La historia del loco es la segunda novela que me he leído del periodista/escritor estadounidense John Katzenbach. La otra, El psicoanalista, es tal vez el mejor thriller que he llegado a leer. Buena trama, buen ritmo y tensión mantenida desde la primera página a la última.
                En este caso, La historia del loco vuelve a ser un thriller. La exposición de la historia es bastante original, ya que el protagonista, Francis Petrel, decide contar en el presente unos terribles sucesos que tuvieron lugar veinte años atrás, cuando estaba ingresado en un centro psiquiátrico. La historia, contada en primera persona, deja ver la inestabilidad mental del protagonista, lo que unido a los hechos que narra, hacen dudar de él como fuente fiable. Éste es uno de los puntos fuertes de la novela, ya que con un narrador así, el lector no sabe lo que puede pasar a continuación.
                En cuanto al ritmo, hay dos historias paralelas que irán saltando entre sí: el presente del protagonista y su narración del pasado. Los saltos son discontinuos, pero están bien calibrados para mantener la tensión en todo momento. Tanto en una como otra historia, la trama es lineal cronológicamente, va avanzando hacia delante.
                Los personajes están muy bien definidos. Dentro del centro, la mayoría de los internos son conocidos por sus apodos, lo que los hace fácilmente reconocibles. Ellos, así como el personal del centro, tienen su lugar dentro de la historia, pese a ser personajes secundarios. Acompañando al protagonista principal, habrá otro interno que hará de mentor de éste, y también una investigadora que investigará… un crimen (y ya no cuento más de la historia).
                Pese al buen ritmo de la novela, hay trozos que se me han hecho excesivamente pesados. Son 544 páginas, y aunque el ambiente está muy bien descrito, según mi criterio, se podrían eliminar ciertos tiempos muertos, lo que haría la lectura más ágil, es decir, que se podría conseguir un mejor ritmo, mejorando al tiempo la tensión de la historia. Pero ésa es mi opinión.
                Tengo entendido que se está realizando una película de esta obra, como antes ha sucedido con otras del autor (La guerra de Hart, por ejemplo). La verdad es que la historia, vista en el cine, no creo que sea nada fuera de lo normal. La originalidad de esta novela está en la forma en que es contada, y eso es difícil de trasladar a la pantalla. Además, las descripciones del interior y los personajes recordarán mucho a la que ya fue una buena película: “Alguien voló sobre el nido del cuco”. Incluso hay numerosos pasajes en La historia del loco que recuerdan a dicha película (no he leído el libro).
                Resumiendo: una historia interesante, que mantiene en tensión al lector. Pese a su extensión, no se hace larga su lectura. La historia está bien estructurada y encajada, y al final deja buen sabor de boca, no como otros best-sellers.

miércoles, 28 de agosto de 2013

Demian, de Herman Hesse

                El alemán Herman Hesse ganó el premio Nobel de Literatura en 1946, cuando ya tenía nacionalidad suiza. Fue escritor de novela y poesía, y también pintor.
                Demian fue publicada en 1919, después de la Primera Guerra Mundial. Es importante destacar que hoy, casi un siglo después, se puede leer esta novela y casi no darse cuenta de que no está ambientada en la actualidad.
                Es una novela poco extensa, de 218 páginas. Rápida de leer y apasionante en determinados pasajes.
                El protagonista, Emil Sinclair, cuenta su etapa de transición desde la niñez hasta la madurez, seleccionando diversas experiencias que marcaron su vida y que fueron ese punto de inflexión que hizo avanzar su desarrollo. Al igual que en El lobo estepario, todo el proceso está marcado por la dualidad, por el conflicto entre el entorno y el yo intrínseco.
                Esos cambios en el protagonista tienen mucho que ver con el personaje que da nombre a la novela, Demian. Emil lo conoce durante su etapa en el colegio, y a partir de entonces, encontrará en él un mentor que estará presente en todas esas etapas donde surgen los conflictos internos.
                Todo comienza con una mentira, lo que desencadena la primera crisis de Emil, que lo hará dar el primer paso hacia la madurez. Se puede decir que cada capítulo supone un paso en ese camino que todos hemos andado hasta llegar a adultos. Mediante elipsis, el tiempo avanza a saltos de capítulo a capítulo hasta llegar al final.
                Son varios los temas tratados en esta obra. Por una parte, está el desarrollo, el paso por la adolescencia, la conciencia de ir dejando atrás la niñez. También se puede encontrar la desaparición de la inocencia (muy bien reflejada), la obsesión por encontrar un lugar en el mundo, el amor platónico… son muchas las lecturas que ofrece esta novela.
                Tengo que reconocer que, pese a las buenas críticas que me llevaron a leer esta obra, al final me quedó una sensación agridulce, tal como me sucedió cuando leí El lobo estepario, del mismo autor. Esa sensación proviene de que ambas obras empiezan muy bien. Enganchan. Tienen reflexiones poéticas, contundentes, demoledoras. Frases que hay que volver a leer una y otra vez, para deleitarse con la belleza de esa verdad desnuda que hay tras la puerta de la mente humana. Sin embargo, ambas obras acaban entrando cerca de su final en un terreno místico. Me queda la sensación como si al autor se le fuera de las manos su historia y se dejara llevar. Es por eso que Demian, según mi opinión, tiene un comienzo espectacular, se mantiene el ritmo durante buena parte de la historia, y después comienza a decaer, pasando a ese terreno místico o paranormal que no me terminó de enganchar. Pese a ello, la recomiendo. Las partes buenas compensan, y mucho, el resto. Y hay que leer toda la historia para tener esa visión de conjunto.

lunes, 26 de agosto de 2013

La estrategia del agua, de Lorenzo Silva

                Por recomendación, me he saltado algunos de los episodios de Bevilaqua y Chamorro, y he pasado directamente a La estrategia del agua. Esto no quiere decir que vaya a dejar de lado las otras entregas de la seria (ésta es la sexta), pero aunque sería recomendable seguir el orden, tampoco es un disparate romperlo, ya que cada novela se encarga de un caso distinto.
                Como ya he dicho, ésta es la sexta entrega de la serie de la pareja de la Guardia Civil Bevilacqua y Chamorro creada por Lorenzo Silva. Esta novela es de 2010, y actualmente es la penúltima publicada (la última es La marca del meridiano, que ganó el premio Planeta en el 2012).
                En línea con las entregas anteriores (al menos con las que me he leído: El lejano país de los estanques y El alquimista impaciente), la historia comienza con la aparición de un cadáver, supuestamente asesinado de dos disparos por un profesional. Dados sus antecedentes de violencia de género y tráfico de drogas, todo parece apuntar a un ajuste de cuentas. Pero la historia se va desenrollando y se verá que no todo es lo que parece… y hasta aquí puedo contar.
                Los protagonistas encargados de la investigación son, cómo no, Bevilacqua (ya ascendido a brigada) y Chamorro (sargento). En esta ocasión, también hay un tercer investigador, el novato Juan Arnau. El resto, pese a su importancia en la historia, no dejan de ser personajes secundarios.
                El principal protagonista, sin embargo, es Rubén Bevilacqua, ya que la historia está contada por él en primera persona. Es destacable su evolución respecto a las historias anteriores, punto éste muy importante y muy bien logrado, ya que se muestra su carácter ácido y cínico, asociado a la experiencia, veteranía y desencanto con determinados temas. También se nota el efecto de la veteranía en la sargento Chamorro, más acostumbrada a las manías de su superior y más profesional.
                En cuanto al estilo, sigue en línea con los anteriores. Vocabulario muy formal, acorde con la institución que representan. Frases cortas, diálogos ágiles y divertidos por la ironía y crítica que desprenden.
                El tema de esta obra no lo voy a revelar, porque es mejor que el lector lo descubra. La forma de tratarlo es a través la enrevesada investigación que se llevará a cabo, interactuando con el sistema judicial, con la policía e interrogando a los allegados de la víctima.
                El caso no es muy llamativo a simple vista, y tampoco la solución del mismo es un gran misterio, pero lo interesante de esta historia es justo el cómo se lleva a cabo la investigación y lo que va sucediendo durante la misma, no sólo en el entorno, sino también a todos los personajes de la obra.
                De las tres novelas de la serie que he leído, ésta es quizás la menos emocionante, pero sin embargo, creo que la madurez del autor ya se deja notar aquí, por lo que también considero que está mejor escrita que las anteriores.
                Una novela que, sin llegar a ser brillantísima, hará las delicias de los acostumbrados a la novela policiaca, más allá de tiroteos escandalosos y persecuciones esperpénticas. La recomiendo.

martes, 13 de agosto de 2013

Inferno, de Dan Brown

                No tengo por costumbre hacer una reseña de una novela que no me he terminado de leer, pero en este caso (y espero que en ninguno más en el futuro), voy a hacer una excepción. Aún así, no es que haya abandonado la lectura pronto, sino que casi llegué hasta las tres cuartas partes, con lo que tengo una idea bastante aproximada de lo que es la historia, sin llegar a saber el final. Intuyo que el americano machote salva al mundo y se queda con la chica (y con el dinero, si lo hay). Es sólo una conjetura, que supongo no se aleja demasiado de la realidad.
                Me he leído casi toda la obra de Dan Brown (El código Da Vinci, Ángeles y demonios, Fortaleza digital y La conspiración, es decir, todos salvo El símbolo perdido).
                El escritor estadounidense Dan Brown, tras relativos éxitos con sus primeras novelas, fue con la tercera, El código Da Vinci, con la que se hizo famoso de verdad. Aún recuerdo el revuelo montado con la novela y la crítica de la Iglesia no recomendando su lectura, es decir, consiguiendo lo contrario de lo que pretendían y convirtiéndola en un best-seller internacional.
                En el caso de Inferno, aunque hace varios años que me leí los demás, tengo que decir que es el más malo de todos. Pero intentaré ser un poco más técnico en la descripción de la novela, dejando mi opinión para el final.
                La historia está ambientada en Florencia, y precisamente la ciudad es el principal protagonista de esta novela. De hecho, de novela tiene poco. De las 640 páginas de la obra, creo no quedarme corto si digo que 600 páginas son una guía turística de la ciudad y sus obras de arte, y las otras 40 son un guión de una película de acción, de esas con tiros y persecuciones. Se hace un cortar-pegar y sale Inferno.
                El protagonista principal vuelve a ser Robert Langdon, el profesor universitario de simbología que protagonizó otras novelas del autor. En este caso, se ve envuelto en una historia relacionada con La divina comedia de Dante Alighieri, que lo llevará, junto a una médica superdotada (¿???) a recorrer la ciudad de Florencia para resolver un misterio que amenaza a todo el mundo entero. No entro a dar más detalles de la historia, y con lo que he contado, no creo haber desvelado nada, porque se ve claro desde el principio.
                Lo que caracteriza a la mayoría de las obras de este autor, incluida ésta, según mi opinión, son los siguientes detalles (algunos buenos, otros no tanto):
·         Abundantes descripciones de obras de arte (pintura, escultura, arquitectura, literatura).
·         Trama de acción con ritmo rápido y sin tregua desde el primer momento, que considero que es el principal gancho de la historia, y uno de los puntos fuertes del autor, ya que consigue crear un ambiente de tensión.
·         Telón de fondo de una trama relacionada con interpretaciones particulares sobre las obras de arte antes mencionadas, que constituye el principal apoyo de la historia.
·         Personajes peliculeros, dignos de cualquier guión de Hollywood. Irreales y estereotipados.
·         Amenaza mundial como principal motor y estímulo del protagonista. Generalmente esta amenaza implica alguna sociedad secreta o poder fáctico.
·         Giros en la historia abundantes, pero predecibles. Poco originales.
Y algún detalle más que se me escapa, aunque considero que los principales son los expuestos.
Creo que con lo anterior, se pueden hacer una idea de esta obra. Mi recomendación es que , si han leído algo anterior de este autor, no lean Inferno, porque es más de lo mismo, pero peor. Con la cantidad de cosas que hay por leer, esta lectura me ha supuesto una pérdida de tiempo. ¡Ojo! No quiero decir que esté mal escrita ni que sea aburrida, al contrario. Pero personalmente no me aporta nada de nada, de ahí que la haya dejado cuando faltaba poco para el final.
Dan Brown, no es que tus novelas me parecieran soberbias, pero eran entretenidas de leer cuando lo hice en su momento. Ya has perdido un lector. No sé si con el paso de los años me he vuelto más exigente, o bien que Inferno es excesivamente predecible y mala. De todas formas, a ti te da igual, que seguro que con las ventas te has forrado. He dicho.

jueves, 8 de agosto de 2013

Guerra y paz, de León Tolstói

            Publicada en 1869, Guerra y paz es la obra cumbre del ruso León Tolstói, junto con Anna Karenina.
            La novela, de mil doscientas páginas (incluso más, según la edición), está ambientada a principios del siglo XIX, durante las guerras napoleónicas. Tiene como protagonistas principales a los miembros de varias familias de la aristocracia rusa.
            El título evoca sin duda su contenido, porque toda la historia tiene lugar, o bien dentro de los salones de la nobleza de Moscú y San Petersburgo, o bien en el campo de batalla.
            En cuanto a los personajes, algunos gozan de mayor importancia que otros, y por consiguiente, algunos logran desarrollarse más que otros a lo largo de la historia. Aparte de los protagonistas ficticios, también aparecen personajes reales (Napoleón, el emperador Alejandro, etc.), que pese a tener apariciones ocasionales, tienen un papel destacado en la historia.
            Sin duda, es la configuración de los personajes uno de los puntos más fuertes de esta novela. A través de sus vivencias y pensamientos, el autor logra incrustar reflexiones relacionadas con lo que sucede en el momento, pero que son en realidad profundas reflexiones sobre la vida. Filosofía. Esos momentos puntuales me han parecido excelentes. Un pequeño párrafo, una frase súbita, y el autor muestra su grandeza y su genio condensados ahí.
            La ambientación, tanto en la vida social de la aristocracia como en el campo de batalla, está muy conseguida. La minuciosidad del autor, su atención a los detalles y el trasfondo de los diálogos, hacen que el lector se haga una idea exacta de lo que está sucediendo, se haya dicho explícitamente o no.
            Es difícil decir que hay un tema predominante en esta obra. Por una parte, está el tema histórico, que haría alusión a la invasión de Napoleón, sus causas y sus consecuencias para el pueblo ruso. Y también histórico sería el escenario que se describe de la alta sociedad rusa, cómo funciona, cómo se relacionan entre sí. Y, por otra parte, está el tema filosófico: cómo influye en las personas la inminencia de una guerra, cómo se desenvuelven durante la misma y qué cambios operan en ellos tras esos episodios traumáticos.
            ¿Es eso todo? Ni mucho menos. También hay romance. Trapicheos para apañar matrimonios, traiciones, infidelidad y amor no correspondido. Manipulaciones políticas. Actos heroicos. Actos cobardes. Y mucho más.
            Sé que a mucha gente le repele ver la extensión de la novela, porque a mí me ha pasado, y he tardado bastante en lanzarme a su lectura. Sin embargo, una vez empecé, la he disfrutado de principio a fin. Es una obra que merece la pena.
            En cuanto a lo que no me ha gustado tanto, hay algunas cosas: por una parte, los cambios de ritmo. Hay momentos que son excesivamente descriptivos, con lo que la acción queda paralizada y da la sensación de que no está pasando nada. Después, de pronto hay un cambio de ritmo y pasan varias cosas atropelladamente, tan rápido que apenas da tiempo a asimilar. Es por eso que mi recomendación es disfrutar cada página de lectura, esta novela hay que tomársela sin prisa, porque si no, puede llegar a aburrir en algunos momentos. Por otra parte, está principalmente enfocada a la aristocracia, de tal forma que el pueblo llano no se ve representado por ninguna parte, salvo algunas apariciones ocasionales. Esto no es malo, pues tiene la ventaja de que lo que no se dice, habla por sí solo, y lo que se dice, se puede usar como contraste con lo que podría considerarse la “normalidad”, es decir, que se define muy bien la vida de la alta sociedad, sin dar detalles de lo que pasa con el resto de la gente. Y esto es así tanto en los periodos de guerra como en los de paz. El hecho de que no haya ningún protagonista del pueblo llano, deja olvidada a esa sección de la sociedad.
            Como resumen, diré que es una obra muy completa. Tiene retazos de novela histórica, romántica y bélica, y todos ellos espléndidos. No es para leerla en dos tardes, y sobre todo advierto que puede parecer aburrida, pero a todo aquél que la haya leído entera, disfrutando del momento y sin prisas, estoy seguro de que no se habrá sentido defraudado.
            Termino haciendo una reflexión personal: después de leer Guerra y paz, consigo entender lo que pretendía Ken Follet al escribir La caída de los gigantes, pero mucho me temo que, habiendo copiado el hilo argumental, y pese a haber hecho una gran labor de documentación, le ha quedado una historia que, en cuanto a personajes y tramas, ha quedado con un resultado mediocre, todo lo contrario que la obra de Tolstói.

lunes, 15 de julio de 2013

Seda, de Alessandro Baricco

                 Seda es una novela de 128 páginas que se puede leer perfectamente en una tarde tranquila. Fue publicada en 1996, obra del autor italiano Alessandro Baricco.
                Ambientada en el siglo XIX, la historia tiene lugar en dos localizaciones muy distantes entre sí: el pueblo de Lavilledieu, en Francia, donde vive el protagonista, y Japón.
                El protagonista, Hervé Joncour, es un comerciante que se dedica a la compraventa de huevos de gusano de seda, los cuales son la base de la industria de su pueblo, donde vive con su mujer. Debido a este trabajo, se ve obligado a realizar numerosos viajes a Japón, donde descubre un mundo totalmente distinto al que está acostumbrado.
                Sin entrar a dar más detalles de la historia, y sin encuadrarla en ningún estilo concreto, pasaré a describir cómo la he vivido yo:
                Me ha parecido una historia bella, aunque rara. Leerla ha sido como leer una poesía adaptada a novela. Frases cortas pero elocuentes y directas. Capítulos cortísimos (algunos ocupan menos de una página). Descripciones poco abundantes pero que añaden ese toque de colorido que ambienta la historia. Parece una historia de amor, pero la verdad es que no me queda claro cómo encuadrarla, ya que no es sólo eso, hay algo más.
                Es difícil sacar conclusiones sobre el mensaje que quiere transmitir la historia, ya que se limita a narrar los hechos, dejando al lector la tarea de interpretarlos, y a mí personalmente me surgen distintas interpretaciones. Es por ello que me ha parecido una buena historia, porque me hace pensar y porque me ha hecho entrar en distintos detalles y dilemas que no me han dejado indiferente.
                Yo soy de los que cree que una buena obra siempre deja su huella, aunque no nos demos cuenta. Puede ser el estilo poético que hace al lector desconectar de su presente. Puede ser alguna frase clarividente que explica lo que nosotros nunca hemos conseguido explicar con palabras, o puede ser una vivencia transmitida con tal intensidad, que el lector siente como si hubiera sido suya. En cualquier caso, Seda es una de esas historias que dejan residuo, aunque cada cual lo vivirá a su manera. En mi caso, el final me dejó impactado, porque no lo esperaba y además dejaba abierta una puerta a numerosas interpretaciones.
                La recomiendo, porque aunque el que la lea no le guste, al menos no habrá tenido que dedicar su tiempo libre de un mes en leerse un tostón de mil y pico páginas, que los hay por el mercado ¡y son best-sellers!        

lunes, 1 de julio de 2013

El asombroso viaje de Pomponio Flato, de Eduardo Mendoza

                En 2008 apareció esta novela de 192 páginas. Rápida y amena de leer, se puede liquidar en un par de tardes, como yo he hecho.
                El estilo inconfundible del autor Eduardo Mendoza se vuelve a ver plasmado en esta obra. La historia tiene lugar en Nazaret, durante la época del Imperio romano. En concreto, durante la época en que Jesucristo era un niño.
                El protagonista, Pomponio Flato, es un filósofo romano, de rango ecuestre según él mismo repite en varias ocasiones, y viajero estudioso de fuentes de agua, en búsqueda de una supuesta fuente que otorga la sabiduría. A lo largo de su viaje, encuentra una fuente que no le otorga la sabiduría, sino unas molestias intestinales acompañadas de flatulencias que lo acompañarán durante toda la historia.
                El resto de personajes son el propio Jesús cuando era niño, toda su familia y los habitantes de la ciudad, romanos y judíos.
                El protagonista narra los hechos en primera persona. La historia comienza poco antes de su llegada a Nazaret, donde José, el padre de Jesús, es acusado de haber cometido un homicidio y Jesús pide a Pomponio Flato que investigue lo sucedido. Se trata así de una novela histórico-policiaca, pero con ciertos matices. Si bien la trama es policiaca, la parte histórica usada como ambientación no deja de ser un artificio del autor, al menos en lo que se refiere a los hechos sucedidos. Al final de la obra, hay algunos apuntes sobre los datos históricos usados y su veracidad.
                El estilo propio de Eduardo Mendoza se ve claramente reflejado en esta obra, donde el protagonista, un personaje caricaturesco, se verá envuelto en situaciones esperpénticas, ridículas y absurdas. Esas situaciones, junto  con el lenguaje extremadamente culto y refinado que usa, da el toque de humor que impregna las obras de este autor (al menos las que me he leído hasta ahora).
                Válida para pasar un rato entretenido, no creo que sea la mejor obra de Mendoza. Tiene algunos momentos buenos, sirve como crítica a la religión, a la historia, a las novelas de investigación histórica que tantos best-sellers han producido. Pero le falta algo. Tal vez algo más de humor, tal vez la historia de la investigación es algo floja. Pese a todo, no deja de ser una lectura divertida.

jueves, 27 de junio de 2013

El alquimista impaciente, de Lorenzo Silva

                Esta novela es la segunda de la serie Bevilacqua y Chamorro. Fue publicada en el 2000, y ese mismo año recibió el Premio Nadal.
                Es, como toda la serie, una novela policiaca, donde la pareja de Guardias Civiles de la unidad de homicidios investigan, en este caso, la muerte del trabajador de una central nuclear que se descubre en la habitación de un motel, desnudo.
                La trama avanza siguiendo paso a paso la investigación. Empieza de cero, sin saber quién es el difunto, o si su muerte se debe a un homicidio o a un accidente. Poco a poco, el horizonte se irá ampliando, y en ese camino aparecen pistas y personajes involucrados de una u otra forma con el difunto.
                La disparidad de personajes y situaciones que ofrecen pistas a seguir, en un principio aparecen como lagunas inconexas, como si la investigación estuviera yendo hacia un camino cerrado. Sin embargo, al final, todas las piezas encajan en una solución que no se descubrirá hasta pocas páginas antes de acabar la novela.
                El narrador, en primera persona, es el sargento Bevilacqua, y a través de sus ojos y opiniones es como se muestra la historia.
                En cuanto a los personajes, están muy conseguidos, tanto los protagonistas como los personajes secundarios. Aunque la relación entre los dos investigadores es un tanto extraña, no por ello es inverosímil. Por poner un “pero”, diré que el vocabulario y los diálogos usados resultan demasiado correctos, demasiado académicos, demasiado formales. Es cierto que añaden ambiente a la historia, pero imaginar esas conversaciones en la vida real resultaría chocante. Casi como hablar con un robot. En todo caso, teniendo en cuenta los estudios universitarios del protagonista y el Cuerpo al que pertenece, se le perdona.
                Una vez más, la trama policiaca se ve inmersa en un ambiente que sirve de caldo de cultivo para la crítica social. Y en ese aspecto, el autor no ha escatimado detalles. Pone en la parrilla varios temas de debate que resultan bastante interesantes, y que no voy a decir por no fastidiar la intriga. Diré que habla de distintos tipos de corrupción, de la que, lamentablemente, tanto abunda por este país.
                Me la he leído en dos días, merced al rápido ritmo de la narración. En todo momento me daba la sensación de estar tirando de una cuerda, y eso es lo que me ha mantenido enganchado hasta el final. No es la mejor novela policiaca, ni tampoco el mejor caso de investigación que he leído. Simplemente, es una lectura que he disfrutado, y la recomiendo. Ni le falta, ni le sobra nada. Correcta.
                En cuanto a la película, trataré de verla dentro de poco, ahora que tengo fresca la historia, aunque no espero gran cosa. Ojalá me equivoque.

martes, 11 de junio de 2013

Fundación, de Isaac Asimov

                Hace años que leí las recopilaciones de cuentos sobre robots de Isaac Asimov, y tenía ganas de echar un vistazo a la que está considerada tal vez su mejor obra: la saga de la Fundación. Teniendo en cuenta que los cuentos de robots me parecieron soberbios (en especial El hombre bicentenario, mucho mejor que la película, y Sueños de robot), tenía altas expectativas, aunque me daba algo de miedo al ver la extensión de la obra. Esta reseña se refiere sólo a la primera parte de la saga, la titulada Fundación.
                La saga completa abarca siete novelas, y además la saga de la Fundación también está relacionada con sus escritos sobre robots. Esta primera parte nació como una recopilación de cinco novelas cortas, y se ven claramente diferenciadas en la historia. Partiendo de un origen común, cada una de las cinco historias supone un salto hacia delante en el tiempo, y también cuenta con distintos protagonistas, aunque el eje de la historia es común para toda la novela.
                La novela es futurista. Está ambientada en un imperio extendido por todo el universo, y que ha alcanzado un alto grado de madurez y estabilidad. Todo comienza cuando un “psicohistoriador”, haciendo un análisis basado en la historia, la psicología y la probabilidad, predice con exactitud la caída del imperio y la fundación de un nuevo imperio, y sienta las bases para que la transición sea lo menos traumática posible, acortando el espacio de tiempo entre la caída y la nueva fundación. A partir de ahí, sin saber nada de los planes del “psicohistoriador”, la trama va avanzando haciendo saltos hacia el futuro y viendo la evolución del universo según parecía haber sido previsto.
                Como he dicho, los protagonistas cambian de un capítulo a otro, pero están bien definidos y caracterizados, y son piezas clave en el desarrollo de la historia. Cada uno de ellos se ve implicado en una determinada crisis cuya solución será fundamental para el desarrollo de la civilización, y en ellos recaen las decisiones que habrán de tomarse para poder avanzar hacia esa nueva fundación.
                El tema es un entramado político donde también juega un lugar fundamental la religión. Trata de la lucha de poderes, la negociación, los conflictos de intereses. Todo ello tratado mediante esas historias ambientadas en distintas épocas, y cada una de ellas con distintas particularidades, haciendo que se vean distintos puntos geográficos de ese universo creado por el autor, y también distintos puntos de vista.
                El comienzo de la historia me ha parecido espectacular. La explicación de la “psicohistoria” me cautivó, y el posterior desarrollo, avanzando de crisis a crisis, ha mantenido mi atención durante toda la lectura. Los elementos de ciencia-ficción, continuamente presentes, dan un toque exótico a la historia, aunque la trama principal perfectamente podría haber estado encuadrada en el mundo actual o en alguna época pasada.
                Seguiré con la saga, porque ha despertado mi curiosidad. Espero que los siguientes tomos estén a la misma altura (o más).

jueves, 9 de mayo de 2013

Pasajero para Frankfurt, de Agatha Christie

                Pasajero para Frankfurt, de la escritora de misterio inglesa Agatha Christie, fue publicado en 1970, el año en que la escritora cumplía ochenta años.
                Es una novela rara, comparada con el resto de la obra de le escritora, ya que deja de lado el tema policiaco o de misterio. Es una novela de espionaje.
                El comienzo tiene lugar en el aeropuerto de Frankfurt, donde un diplomático inglés se ve abordado por una joven que le pide ayuda para salir de allí de incógnito, ya que su vida corre peligro. El diplomático la ayuda a salir, y a partir de ahí comenzará la investigación de un nuevo movimiento de orden mundial que pretende destruir las bases de la sociedad.
                Aunque el diplomático y la extraña son los principales protagonistas, hay otros personajes en los que se focaliza la narración (diplomáticos, políticos, militares y científicos), y la trama va saltando de unos a otros conforme va avanzando la historia.
                En cuanto a la construcción de los personajes, me ha parecido bastante pobre. Escasa personalidad, que hace difícil sentirse identificado con ellos. Además, en muchos casos, de los personajes se sabe poco más que el nombre, el cargo que ocupan y una escueta descripción física. Queda así una imagen como de un “ente” que habla y proporciona información de la trama y poco más. Incluso los protagonistas están poco desarrollados.
                En cuanto a la trama, va avanzando sin prisa, pero sin pausa. Aún así, no me he sentido enganchado a la misma. No lograba despertar mi curiosidad, y eso es grave en la novela de esta autora capaz de mantener siempre esa atmósfera de misterio que tan bien queda reflejada en otras de sus obras.
                El tema tratado, la revolución social, el destruir el status quo para formar una nueva sociedad, queda pobre de argumentos. No se explica claramente qué se pretende, tampoco se explica el por qué de ese movimiento, y al final de la obra queda ese regusto a “¿Ya está? ¿eso es todo?”. Aunque tiene algunos planteamientos interesantes, en el conjunto de la obra se ven diluidos por la poca fuerza de los argumentos, y por la recaída de las decisiones en unos personajes sin carisma, con una importancia que ellos mismos se atribuyen y que a mí, personalmente, no me ha llegado a convencer.
                Pese a todo, no es una lectura pesada. Está llena de altibajos, y hay algunos pasajes que logran captar la atención, haciendo interesante la historia, pero después aparecen otros momentos mediocres, haciendo que el porvenir de los personajes o la propia historia carezcan de interés para el lector –al menos, esa ha sido mi experiencia-.
                Creo que no es la mejor historia de Agatha Christie, y aunque no soy un entendido de esta autora, diré que para mí, ha sido la peor de ella que he leído, lo cual no quiere decir que sea mala, porque si fuera muy mala, no habría llegado ni a terminarla. ¡Acuérdate, Ulises de James Joyce, que los críticos te habrán puesto por las nubes, pero yo al llegar a la página setenta tuve que parar porque estaba en juego mi salud mental!

viernes, 3 de mayo de 2013

Dune, de Frank Herbert

                Dune, de Frank Herbert, es la primera novela de la saga más conocida de ese autor norteamericano. Fue publicada en 1965. Tiene 704 páginas, y ha ganado numerosos premios de su categoría, ciencia-ficción. Premios como el Hugo o Nébula, entre otros.
                En un futuro lejano, la civilización consta de varias casas poderosas, sometidas al liderazgo de un emperador. La novela se centra en la casa de los Atreides, protagonistas de esta obra. Principalmente, se centra en el heredero de la Casa Atreides, Paul, hijo del conde Leto y la dama Jessica.
                La historia comienza con las preparaciones para el traslado de la residencia de la Casa Atreides, al planeta Arrakis, un planeta desértico, fuente del bien más preciado de la galaxia: la especia llamada “melange”, una droga cuya función principal es el alargamiento de la vida y otras extrañas cualidades. Sin embargo, su consumo provoca dependencia, de ahí su valor.
El traslado de la Casa Atreides se debe a una concesión del emperador para explotar ese recurso natural, que anteriormente era explotado por una casa rival, los Harkonen.
La narración es en tercera persona, y se va centrando en varios personajes. Aunque cada capítulo sigue a un personaje concreto, a lo largo del capítulo hay veces que el foco de atención cambia de un personaje a otro, entrando dentro de sus actos y motivaciones.
Hay muchos elementos que hacen de esta obra una historia muy interesante: los gigantescos gusanos que pueblan Arrakis, haciendo arriesgada la recolección de especia, el pueblo nativo de Arrakis, conocido como “Fremen”, la rivalidad entre las casas Atreides y Harkonen, etc.
Con esos elementos se construye la historia, de la cual no quiero dar más detalles. Comentaré sin embargo el tema, ya que es muy interesante: la ecología. El planeta donde transcurre la mayor parte de la historia, Arrakis, es, como dije, un desierto, un planeta hostil para la vida. Hay numerosas reflexiones respecto a la forma de vida de los indígenas, y los planes para convertir Arrakis en un planeta próspero, pese a la escasez de agua, que es el bien más valorado por los indígenas, más aún que la especia que ahí se produce.
La exposición que el autor hace sobre la ecología comparte protagonismo con otras reflexiones sobre política, religión o eugenesia. En la historia, usando esos ingredientes, se crea un ambiente de tensión, donde el lector siente en todo momento una hostilidad permanente: traiciones, espionaje y contraespionaje, venenos, códigos de honor, engaños. Todo ello da una sensación de peligro que mantiene al lector en vilo, sin saber qué sucederá a continuación. Y ello a pesar de las introducciones de cada capítulo, donde aparece un fragmento que generalmente hace referencia al futuro. Pero aun sabiendo qué pasó después, se mantiene la tensión del presente.
La historia no acaba con Dune, ya que el autor en un principio tenía pensada una trilogía. Después siguió ampliando la saga, y tras su muerte, su hijo siguió publicando más partes de la saga, a partir de las notas que había dejado su padre.
Hay una adaptación cinematográfica (que no he visto) sobre esta primera parte de la saga, y también una serie que abarca la trilogía inicial. Pero yo siempre he preferido la lectura…

domingo, 14 de abril de 2013

Victus, de Albert Sánchez Piñol

                El catalán Albert Sánchez Piñol se dio a conocer principalmente con su primera novela, La piel fría en 2003. Nueve años después, en 2012, aparece Victus, la novela de la que trata esta reseña.
                Victus es una novela histórica, ambientada a principios del siglo XVIII, durante la guerra de Sucesión española. Ya desde el principio se advierte que la culminación de la historia será el asedio y bombardeo que sufrió Barcelona durante 1713 y 1714.
                La historia está narrada en primera persona desde el punto de vista del protagonista, Martí Zuviría. A sus noventa y ocho años de edad, decide contar cómo vivió todo el proceso de la guerra, comenzando desde que era un niño hasta que se vio envuelto y formando parte activa y pasiva en el asedio de Barcelona.
                El tono utilizado está muy conseguido, y me ha parecido uno de los puntos fuertes de la historia. El anciano dicta a su escribiente austríaca la historia, y ella la transcribe tal como sale de los labios del narrador, así que ahí queda perfilado el carácter agrio y borde con que se expresa el protagonista, ya harto y cansado de todo.
                La documentación para la obra ha debido ser muy extensa y minuciosa. Ello ha valido para introducir en la historia personajes reales (al final hay una relación sobre los personajes que son reales o ficticios), y pese a que no sea una obra de divulgación histórica, el efecto está muy conseguido, y permite visualizar los escenarios y personajes que el autor describe. Abundan también los dibujos, mapas y grabados a lo largo de las 604 páginas del libro. Esos dibujos sirven como orientación y a la vez como explicación de muchos de los hechos que van sucediendo.
                La trama avanza siguiendo al protagonista y sus vivencias. Abunda la ironía y las situaciones humorísticas provocadas principalmente por la cobardía y candidez de ese personaje. Personaje muy bien conseguido, por cierto. Los rasgos que lo caracterizan hacen fácil al lector empatizar con él y acompañarlo en su viaje, que recorrerá zonas de Francia y España hasta llegar a Barcelona, donde culminará la historia.
                La ausencia de tiempos muertos hace que la acción no pare, que continuamente estén sucediendo cosas. Eso hace que, pese a su volumen, sea una obra ligera de leer.
Por ponerle un “pero”, diré que el lenguaje utilizado y la forma de ver el mundo del protagonista es muy actual, lo cual es uno de los escollos difíciles de superar para cualquier obra, ya sea literaria o cinematográfica, ambientada en épocas remotas. En todo caso, es un detalle que no tiene gran trascendencia, y su omisión hace fácil la lectura y comprensión para cualquier lector. Hacerlo de otra forma, como por ejemplo hace Pérez Reverte en su saga de Alatriste, añade mayor colorido a la narración y ayuda a crear ambiente, pero como he dicho, no es un detalle que suponga un problema para esta novela.

martes, 9 de abril de 2013

Conan el Cimmerio, de Robert E. Howard

                Tuve un amigo que coleccionaba cómics, y gracias a él fue como conocí las historias de Conan el Cimmerio, del cual sólo tenía la referencia de las películas de Schwarzenegger de los años ochenta. Muchos años después, es decir, ahora, es cuando he decidido leer las historias auténticas de su creador, Robert E. Howard.
                Yo creía que las historias de Conan eran más recientes, pero cuando supe que el autor se había suicidado en 1936 con treinta años de edad, me sorprendió.
                Lo que he leído es una recopilación de historias cortas, de alrededor de veinte páginas cada una. Hay un capítulo inicial donde se explica la formación del mundo en que vive Conan y la historia antigua de dicho mundo. Quedan así las historias encuadradas dentro de la literatura fantástica, en el género de espada y brujería.
                El protagonista es un bárbaro que proviene de Cimmeria, una tierra donde abundan las montañas. El narrador en tercera persona va siguiendo sus aventuras a través de sus viajes por el mundo, que recorre con el único objetivo de alcanzar fama y riqueza.
                Cada historia cuenta una aventura diferente, y al principio se enumeran unos antecedentes que hacen de conexión entre cada historia y la anterior, formando de esta forma una trama lineal en el tiempo. A lo largo de cada historia, se puede ir viendo la evolución del personaje, que pasa de ser un adolescente casi inexperto a un curtido guerrero con amplia experiencia en varios campos, gracias a sus vivencias.
                El personaje está muy bien caracterizado, con unos rasgos muy marcados y una actitud ante el mundo muy definida.
                En cuanto a las historias, tienen varios ingredientes que, aunque se repiten, forman combinaciones que cristalizan en historias entretenidas, donde suelen tener cabida el misterio y la acción. Dichos ingredientes, entre otros, son:
                -Ruinas donde aguardan tesoros ocultos
                -Mujeres misteriosas o desvalidas a las que ayudar o rescatar
                -Tramas políticas o religiosas y luchas por el poder
                -Tierras remotas y desconocidas por descubrir
                -Magia y hechiceros
                -Antagonistas crueles y despiadados
                Esos son algunos de los ingredientes que abundan en las historias de Conan. En cuanto al estilo del autor, me ha parecido muy descriptivo. Es fácil imaginarse esos lugares inhóspitos, esos ambientes opresivos donde el mal acecha a cada instante, esos monstruos que escapan a la imaginación.
                Para todo el que tenga ganas de vivir aventuras, es recomendable seguir las andanzas de Conan. Acompañándolo por su mundo es fácil abstraerse de esta realidad y pasar unos buenos momentos que dejan casi la misma sensación que haber hecho un exótico viaje.