viernes, 15 de noviembre de 2013

Frankenstein o el moderno Prometeo, de Mary Shelley

            Resulta interesante ver cómo evoluciona una historia a lo largo del tiempo, cómo va sufriendo cambios, adaptándose al tiempo a veces, tergiversándose otras veces, hasta que queda algo que poco o nada tiene que ver con la historia original. Es lo que sucede con Frankenstein o el moderno Prometeo, de la escritora inglesa Mary Shelley.

            Novela gótica escrita en 1818, está considerada como la primera del género de ciencia-ficción. 264 páginas de extensión.

            Desmontando algunos de los mitos actuales sobre Frankenstein sin dar detalles importantes de la novela, diré, por ejemplo, que Frankenstein no es el monstruo, sino el nombre del creador, Victor Frankenstein. También diré que el monstruo no es verde, sino de otro color que invito a lector a descubrir por sí mismo. Y en lo de que sea un descerebrado… bueno, mejor leer la obra y descubrir cómo y quién es el “monstruo”. En cuanto a la alusión en el título al titán Prometeo, pueden ser varias las interpretaciones asociadas al mismo. Personalmente, me quedo con que fabricó seres humanos a partir de arcilla.

            La novela gótica se caracteriza por ambientes tenebrosos, paisajes hostiles, personajes sobrenaturales y muchos otros elementos que se hallan presentes en esta obra y que la escritora describió con lujo de detalles.

            Los personajes son el punto fuerte de la novela. Hay pocos personajes principales y algunos secundarios. Los principales hacen gala de una complejidad que es mucho más de lo que parece a simple vista, y que sólo se puede comprender tras atar cabos al final de la lectura. Los secundarios, pese a su escasa función, también reciben su dosis necesaria de atención, la suficiente para quedar totalmente encajados en la historia.

            En cuanto a los temas tratados, son múltiples. Me permito poner los que más me han llamado la atención: el egoísmo, los límites de la ciencia, la responsabilidad y la soledad. Y muchos más que se derivan de esos. La historia no es la de un monstruo que va asustando a la gente, es mucho más que eso. Es una crítica a la sociedad, a la ciencia, a la justicia, a los valores morales. Tengo que reconocer que no esperaba encontrar todo eso en esta lectura, porque aunque Frankenstein forma ya parte de la cultura popular, creo que poca gente conoce más que ciertos retazos de la historia. Y la historia es mucho más compleja e interesante que la superficialidad que más se conoce.

            La forma en que está escrita es casi como una novela epistolar, pero con ciertos matices. Generalmente está contada mediante cartas, pero en esas cartas se mencionan conversaciones íntegras, testimonios contados en primera persona, con lo cual la voz del narrador va saltando de personaje a personaje, haciendo al lector conocer los sucesos y, a la misma vez, las motivaciones de cada uno de los protagonistas.

            Resumiendo: una lectura que me ha parecido agradable, con varias reflexiones interesantes dentro de la historia, y otros temas derivados de ellas que darán que pensar al lector. Absolutamente recomendable.

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