viernes, 3 de mayo de 2013

Dune, de Frank Herbert

                Dune, de Frank Herbert, es la primera novela de la saga más conocida de ese autor norteamericano. Fue publicada en 1965. Tiene 704 páginas, y ha ganado numerosos premios de su categoría, ciencia-ficción. Premios como el Hugo o Nébula, entre otros.
                En un futuro lejano, la civilización consta de varias casas poderosas, sometidas al liderazgo de un emperador. La novela se centra en la casa de los Atreides, protagonistas de esta obra. Principalmente, se centra en el heredero de la Casa Atreides, Paul, hijo del conde Leto y la dama Jessica.
                La historia comienza con las preparaciones para el traslado de la residencia de la Casa Atreides, al planeta Arrakis, un planeta desértico, fuente del bien más preciado de la galaxia: la especia llamada “melange”, una droga cuya función principal es el alargamiento de la vida y otras extrañas cualidades. Sin embargo, su consumo provoca dependencia, de ahí su valor.
El traslado de la Casa Atreides se debe a una concesión del emperador para explotar ese recurso natural, que anteriormente era explotado por una casa rival, los Harkonen.
La narración es en tercera persona, y se va centrando en varios personajes. Aunque cada capítulo sigue a un personaje concreto, a lo largo del capítulo hay veces que el foco de atención cambia de un personaje a otro, entrando dentro de sus actos y motivaciones.
Hay muchos elementos que hacen de esta obra una historia muy interesante: los gigantescos gusanos que pueblan Arrakis, haciendo arriesgada la recolección de especia, el pueblo nativo de Arrakis, conocido como “Fremen”, la rivalidad entre las casas Atreides y Harkonen, etc.
Con esos elementos se construye la historia, de la cual no quiero dar más detalles. Comentaré sin embargo el tema, ya que es muy interesante: la ecología. El planeta donde transcurre la mayor parte de la historia, Arrakis, es, como dije, un desierto, un planeta hostil para la vida. Hay numerosas reflexiones respecto a la forma de vida de los indígenas, y los planes para convertir Arrakis en un planeta próspero, pese a la escasez de agua, que es el bien más valorado por los indígenas, más aún que la especia que ahí se produce.
La exposición que el autor hace sobre la ecología comparte protagonismo con otras reflexiones sobre política, religión o eugenesia. En la historia, usando esos ingredientes, se crea un ambiente de tensión, donde el lector siente en todo momento una hostilidad permanente: traiciones, espionaje y contraespionaje, venenos, códigos de honor, engaños. Todo ello da una sensación de peligro que mantiene al lector en vilo, sin saber qué sucederá a continuación. Y ello a pesar de las introducciones de cada capítulo, donde aparece un fragmento que generalmente hace referencia al futuro. Pero aun sabiendo qué pasó después, se mantiene la tensión del presente.
La historia no acaba con Dune, ya que el autor en un principio tenía pensada una trilogía. Después siguió ampliando la saga, y tras su muerte, su hijo siguió publicando más partes de la saga, a partir de las notas que había dejado su padre.
Hay una adaptación cinematográfica (que no he visto) sobre esta primera parte de la saga, y también una serie que abarca la trilogía inicial. Pero yo siempre he preferido la lectura…

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