jueves, 8 de agosto de 2013

Guerra y paz, de León Tolstói

            Publicada en 1869, Guerra y paz es la obra cumbre del ruso León Tolstói, junto con Anna Karenina.
            La novela, de mil doscientas páginas (incluso más, según la edición), está ambientada a principios del siglo XIX, durante las guerras napoleónicas. Tiene como protagonistas principales a los miembros de varias familias de la aristocracia rusa.
            El título evoca sin duda su contenido, porque toda la historia tiene lugar, o bien dentro de los salones de la nobleza de Moscú y San Petersburgo, o bien en el campo de batalla.
            En cuanto a los personajes, algunos gozan de mayor importancia que otros, y por consiguiente, algunos logran desarrollarse más que otros a lo largo de la historia. Aparte de los protagonistas ficticios, también aparecen personajes reales (Napoleón, el emperador Alejandro, etc.), que pese a tener apariciones ocasionales, tienen un papel destacado en la historia.
            Sin duda, es la configuración de los personajes uno de los puntos más fuertes de esta novela. A través de sus vivencias y pensamientos, el autor logra incrustar reflexiones relacionadas con lo que sucede en el momento, pero que son en realidad profundas reflexiones sobre la vida. Filosofía. Esos momentos puntuales me han parecido excelentes. Un pequeño párrafo, una frase súbita, y el autor muestra su grandeza y su genio condensados ahí.
            La ambientación, tanto en la vida social de la aristocracia como en el campo de batalla, está muy conseguida. La minuciosidad del autor, su atención a los detalles y el trasfondo de los diálogos, hacen que el lector se haga una idea exacta de lo que está sucediendo, se haya dicho explícitamente o no.
            Es difícil decir que hay un tema predominante en esta obra. Por una parte, está el tema histórico, que haría alusión a la invasión de Napoleón, sus causas y sus consecuencias para el pueblo ruso. Y también histórico sería el escenario que se describe de la alta sociedad rusa, cómo funciona, cómo se relacionan entre sí. Y, por otra parte, está el tema filosófico: cómo influye en las personas la inminencia de una guerra, cómo se desenvuelven durante la misma y qué cambios operan en ellos tras esos episodios traumáticos.
            ¿Es eso todo? Ni mucho menos. También hay romance. Trapicheos para apañar matrimonios, traiciones, infidelidad y amor no correspondido. Manipulaciones políticas. Actos heroicos. Actos cobardes. Y mucho más.
            Sé que a mucha gente le repele ver la extensión de la novela, porque a mí me ha pasado, y he tardado bastante en lanzarme a su lectura. Sin embargo, una vez empecé, la he disfrutado de principio a fin. Es una obra que merece la pena.
            En cuanto a lo que no me ha gustado tanto, hay algunas cosas: por una parte, los cambios de ritmo. Hay momentos que son excesivamente descriptivos, con lo que la acción queda paralizada y da la sensación de que no está pasando nada. Después, de pronto hay un cambio de ritmo y pasan varias cosas atropelladamente, tan rápido que apenas da tiempo a asimilar. Es por eso que mi recomendación es disfrutar cada página de lectura, esta novela hay que tomársela sin prisa, porque si no, puede llegar a aburrir en algunos momentos. Por otra parte, está principalmente enfocada a la aristocracia, de tal forma que el pueblo llano no se ve representado por ninguna parte, salvo algunas apariciones ocasionales. Esto no es malo, pues tiene la ventaja de que lo que no se dice, habla por sí solo, y lo que se dice, se puede usar como contraste con lo que podría considerarse la “normalidad”, es decir, que se define muy bien la vida de la alta sociedad, sin dar detalles de lo que pasa con el resto de la gente. Y esto es así tanto en los periodos de guerra como en los de paz. El hecho de que no haya ningún protagonista del pueblo llano, deja olvidada a esa sección de la sociedad.
            Como resumen, diré que es una obra muy completa. Tiene retazos de novela histórica, romántica y bélica, y todos ellos espléndidos. No es para leerla en dos tardes, y sobre todo advierto que puede parecer aburrida, pero a todo aquél que la haya leído entera, disfrutando del momento y sin prisas, estoy seguro de que no se habrá sentido defraudado.
            Termino haciendo una reflexión personal: después de leer Guerra y paz, consigo entender lo que pretendía Ken Follet al escribir La caída de los gigantes, pero mucho me temo que, habiendo copiado el hilo argumental, y pese a haber hecho una gran labor de documentación, le ha quedado una historia que, en cuanto a personajes y tramas, ha quedado con un resultado mediocre, todo lo contrario que la obra de Tolstói.

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