Tuve un amigo que coleccionaba cómics, y gracias a él fue como conocí las historias de Conan el Cimmerio, del cual sólo tenía la referencia de las películas de Schwarzenegger de los años ochenta. Muchos años después, es decir, ahora, es cuando he decidido leer las historias auténticas de su creador, Robert E. Howard.
Yo creía que las historias de Conan eran más recientes, pero cuando supe que el autor se había suicidado en 1936 con treinta años de edad, me sorprendió.
Lo que he leído es una recopilación de historias cortas, de alrededor de veinte páginas cada una. Hay un capítulo inicial donde se explica la formación del mundo en que vive Conan y la historia antigua de dicho mundo. Quedan así las historias encuadradas dentro de la literatura fantástica, en el género de espada y brujería.
El protagonista es un bárbaro que proviene de Cimmeria, una tierra donde abundan las montañas. El narrador en tercera persona va siguiendo sus aventuras a través de sus viajes por el mundo, que recorre con el único objetivo de alcanzar fama y riqueza.
Cada historia cuenta una aventura diferente, y al principio se enumeran unos antecedentes que hacen de conexión entre cada historia y la anterior, formando de esta forma una trama lineal en el tiempo. A lo largo de cada historia, se puede ir viendo la evolución del personaje, que pasa de ser un adolescente casi inexperto a un curtido guerrero con amplia experiencia en varios campos, gracias a sus vivencias.
El personaje está muy bien caracterizado, con unos rasgos muy marcados y una actitud ante el mundo muy definida.
En cuanto a las historias, tienen varios ingredientes que, aunque se repiten, forman combinaciones que cristalizan en historias entretenidas, donde suelen tener cabida el misterio y la acción. Dichos ingredientes, entre otros, son:
-Ruinas donde aguardan tesoros ocultos
-Mujeres misteriosas o desvalidas a las que ayudar o rescatar
-Tramas políticas o religiosas y luchas por el poder
-Tierras remotas y desconocidas por descubrir
-Magia y hechiceros
-Antagonistas crueles y despiadados
Esos son algunos de los ingredientes que abundan en las historias de Conan. En cuanto al estilo del autor, me ha parecido muy descriptivo. Es fácil imaginarse esos lugares inhóspitos, esos ambientes opresivos donde el mal acecha a cada instante, esos monstruos que escapan a la imaginación.
Para todo el que tenga ganas de vivir aventuras, es recomendable seguir las andanzas de Conan. Acompañándolo por su mundo es fácil abstraerse de esta realidad y pasar unos buenos momentos que dejan casi la misma sensación que haber hecho un exótico viaje.
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