viernes, 24 de febrero de 2012

Diez negritos, de Agatha Christie

                Actualmente, la novela de misterio a la vieja usanza está perdiendo terreno ante el avance de la novela negra moderna y el progresivo efecto de “descafeinado” que están sufriendo los antiguos títulos de terror (valga como ejemplo la cantidad de literatura que está surgiendo sobre vampiros, zombis, hombres-lobo, etc.), proceso que sin duda está enfocado al creciente público juvenil. En cualquier caso, en mi humilde opinión, si Bram Stoker y otros de su calaña levantaran la cabeza y vieran lo que están haciendo con las criaturas sobrenaturales, volverían otra vez a la tumba.
                Dejando de lado opiniones personales que bordean el asunto, en este caso no hay seres sobrenaturales, y voy a centrarme en esta obra, una de las más conocidas de Agatha Christie. “Diez negritos” es una novela que evoca esa época de principios del siglo XX, y que aúna varios elementos típicos de las obras de misterio que tanto abundan, incluso llevándolos al extremo. La intención es ofrecer, como si de una partida de Cluedo se tratara, un asesinato, o varios, y una serie de pistas que deberían apuntar al asesino y al móvil.  Todo ello dentro de un escenario típico en el que suceden todos los hechos.
                Esos elementos que comento son: diez personas que son convocadas por un misterioso anfitrión a pasar unos días en una mansión en una isla de la que apenas tienen datos. Ninguna de ellas se conoce entre sí. Una vez en la isla, una tormenta amenaza con dejarlos aislados. El anfitrión no aparece, y, de pronto, una grabación hace que todos conozcan el secreto oscuro que alberga cada uno de ellos. Ése es el comienzo del juego, y no voy a dar más datos sobre el desarrollo de la trama. Sin embargo, la acción irá transcurriendo de tal forma que irán surgiendo sucesos inexplicables en los que se verán envueltos todos los personajes, aparecerán pistas para resolver el misterio, y todo concluirá en un final sorprendente y difícil de anticipar, al estilo de la mayoría de las obras de la autora.
                En cuanto a Agatha Christie, ferviente admiradora de Arthur Conan Doyle y Edgar Allan Poe, deja ver su influencia en esta obra, en la que se puede atisbar una mezcolanza del estilo de ambos autores.
                Tengo que reconocer que, aunque la historia es muy buena, encuentro el estilo algo desfasado (lo cual es normal teniendo en cuenta la fecha en que se publicó, 1939). Esta sensación, sin duda me viene por el estilo más rápido que impera actualmente, el cual es  más inclinado a la acción que a la reflexión. En cualquier caso, es una gran obra con una sorprendente historia que en su momento debió ser un gran éxito (y lo sigue siendo). No aparecen los personajes principales de la autora, Hércules Poirot o Miss Marple, pero está construida de la misma forma y con el mismo estilo que las historias de dichos personajes. También aparece ese extraño ambiente romántico al que evocan, de una u otra manera, otras novelas suyas como “Asesinato en el Orient Express” o “Muerte en el Nilo”.
                Mucho está cambiando actualmente la novela policiaca, pero siempre merece la pena leer alguna de estas joyas, que hacen pasar un buen rato y mantienen al lector en vilo. Además, la autora siempre escribió con una regla muy interesante que no siempre se sigue en la literatura o cine y televisión modernos: en todas estas novelas, a lo largo de las mismas van apareciendo pistas que permitirían llegar hasta la solución del enigma. Actualmente, se sigue esa regla generalmente, pero otras veces, se omite esa regla de forma intencionada, con el objetivo de mantener la intriga hasta el final, momento en que surge por ahí un asesino que se sacan de la manga y con eso queda resuelto el misterio. Esto último me parece un insulto al lector o espectador, y cada día es más usado en televisión (no tanto en literatura, por suerte). Valgan como ejemplo la serie “The Killing” donde el argumento da tantos bandazos que cualquiera puede ser el asesino, o la serie “Perdidos”, en la que los guionistas montaron tal esperpento que tuvieron que sudar tinta para darle un final con el que millones de espectadores quedaron decepcionados.
                Hoy día prima el mantener enganchado al lector/espectador a toda costa, y por eso hay tantos finales decepcionantes. Pero lo que hace que una obra pase a la posteridad, es tanto el desarrollo como el final en que todo queda encajado, pues una vez acabada, se ve todo el conjunto. Y ni a lectores ni a espectadores les gusta que los engañen, y para mi desgracia, eso sucede últimamente con demasiada frecuencia, pero la posteridad pone a todas esas estafas en su sitio. Es lo que sucede con todas esas historias, ya sean series de televisión o novelas escritas, que tienen un comienzo trepidante y luego la historia se desinfla de tal forma que al final queda una sensación agridulce al ver que no se ha mantenido el ritmo del principio hasta el final.
Por eso no me extraña nada que ahora se esté poniendo de moda Sherlock Holmes. Sus aventuras, al igual que las de Agatha Christie, son impactantes precisamente por el final, donde se descubre todo. Es esa receta la triunfadora, la que no pasará de moda nunca.

viernes, 10 de febrero de 2012

Con el agua al cuello, de Petros Márkaris

                Esta misma semana, el escritor griego Petros Márkaris recibe en Barcelona el premio “Pepe Carvalho 2012” justo por esta obra.
                “Con el agua al cuello” es la séptima entrega de las aventuras del comisario Kostas Jaritos. En este caso, se encargará de investigar el asesinato de un banquero que aparece decapitado.
                El título es una alusión a la situación económica que vive actualmente todo el país entero, y la investigación que forma parte del argumento principal de la historia, no es más que una excusa para mostrar cómo se ve desde dentro la vida diaria, desde el punto de vista de un funcionario que vive allí.
                Voy a empezar con lo negativo (desde mi punto de vista): hay ciertas alusiones a España que me resultan sospechosas, y más aún después de enterarme que recibe un premio justo en este país, pero me guardo mi opinión al respecto. Por otra parte, la historia policiaca, que, como ya he dicho, pasa a un segundo plano, la veo floja.
                Ahora lo bueno, que es mucho más que lo malo: los personajes están muy bien definidos. Es muy fácil verse identificado con ellos y sentirlos cercanos, tanto la familia del protagonista como sus compañeros de la Comisaría, así como el resto de personajes con quien interactúa. No sólo los personajes, sino también la ciudad está definida de tal forma que el lector acaba envuelto por el entorno que el escritor describe. En cuanto a la investigación, aunque el caso no me haya parecido interesante, está muy bien construida. La trama sigue toda la investigación hasta su resolución, y está hecha de tal forma que no da pie a ninguno de esos momento muertos que ralentizan la acción, es decir: el ritmo es rápido, no deja un minuto de descanso. Esa es la razón por la que esta novela me ha durado tres días: engancha. El autor ha sabido manejar con maestría las raciones de información del caso, mezcladas con pinceladas de la situación en las calles griegas y hasta descripciones de la vida normal en ese país, de tal forma que cuando la historia se acaba, queda un bonito cuadro y un grato recuerdo.
                Sin duda, el punto fuerte y que más me ha llamado la atención es el descubrir datos sobre cómo se ven las medidas anti-crisis por el pueblo griego, cómo se las imponen y su reacción ante ellas. Descritas con estilo novelesco, no dejan de causarme intranquilidad al ver la alarmante similitud con la situación –algo más descafeinada- que estamos viviendo en España. El autor, mediante los personajes, introduce reflexiones sobre el sistema bancario,  los problemas del crédito y la deuda que hoy en día está en boca de todos. Para mí, esa es la esencia de la novela negra: no la investigación de un crimen, sino una crítica social, una forma de manifestar esa realidad “políticamente incorrecta” que muchos se niegan a aceptar y que otros intentan enterrar restándole importancia.
                “La lectura nos hace libres” dicen por ahí. Y este autor sabe que no sólo la lectura, sino su contrapartida, la escritura, es la que puede mostrar la realidad sin censura, y ponerla al alcance de cualquiera. Enhorabuena por el premio. Tiene muchas razones para merecerlo.           

viernes, 3 de febrero de 2012

La historia de tu vida, de Ted Chiang

                El autor norteamericano Ted Chiang no es precisamente conocido por la cantidad de obras publicadas. De hecho, esta obra, “La historia de tu vida” es un recopilatorio de ocho historias, una de las cuales tiene el mismo nombre del título. Aparte de este recopilatorio, su obra se reduce a algunas historias cortas más. Sin embargo, sus historias, originalmente publicadas en diversas revistas, han recibido numerosos premios como el Nébula, Locus y Hugo, conocidos galardones encuadrados principalmente en el género de ciencia-ficción.
                Son historias de ciencia-ficción, pero de una rama catalogada como ciencia-especulativa. El autor, dada su formación como ingeniero informático, parte de una base científica muy elevada, y ello lo demuestra en su obra, donde propone un planteamiento y especula durante su historia con las implicaciones de esa ley, suposición o avance científico. Los personajes de la historia se ven envueltos en dichas implicaciones y son quienes van desenrollando la madeja.
                Pese a lo complicados y controvertidos que suelen ser los temas, la historia está narrada de tal forma que ofrece una lectura ágil. En algunos momentos aparecen términos científicos complicados –existentes o inventados -,  pero ello no impide el entendimiento de la historia.
                En cuanto a las historias, son muy variopintas. A modo de resumen, expondré el tema de cada una de ellas:
-La torre de Babilonia: Trata sobre la construcción de dicha torre desde el punto de vista de los obreros
-Comprende: Un tratamiento permite desarrollar la inteligencia hasta límites casi infinitos
-Dividido entre cero: Un nuevo postulado hace tambalearse las bases de las Matemáticas
-La historia de tu vida: ¿Cómo nos comunicaríamos con extraterrestres si vinieran a visitarnos?
-Setenta y dos letras: Utilidades de una forma de dar vida a la materia inanimada
-La evolución de la ciencia humana: Análisis
-El Infierno es la ausencia de Dios: La humanidad sabe que Dios existe, y son constatables las apariciones de ángeles que causan milagros o catástrofes
-¿Te gusta lo que ves? (Documental): Reflexión sobre la influencia de la belleza en las relaciones sociales
                Como se puede ver, los temas son variados, si bien la exposición de cada historia sigue un patrón idéntico: se propone una teoría que rompe las reglas a las que estamos acostumbrados en el mundo real, y después se sigue la evolución de unos personajes que viven conforme a esas teoría, que forma parte de su propia vida cotidiana. Las reflexiones están muy elaboradas, y los personajes, pese a no tener demasiada profundidad, encajan perfectamente en la historia y cumplen su papel, ya que el lector observa esa novedosa realidad a través de sus ojos.
                Para todos aquellos interesados en historias del estilo “¿Qué pasaría si…?”, en esta obra encontrarán un pasatiempo perfecto, con una visión sobre ciertos temas que darán mucho que pensar.