viernes, 22 de julio de 2016

Hyperion, de Dan Simmons

                Con 624 páginas, Hyperion es la primera parte de la tetralogía “Los cantos de Hyperion”, escrita por el estadounidense Dan Simmons. Publicada en 1989, ganó los premios Hugo y Locus.
                Desde hace tiempo, el género de ciencia-ficción es considerado por muchos como un subgénero, como literatura de segundo orden enfocada a un público minoritario y friki (aunque últimamente está cambiando esta perspectiva). Sin embargo, yo opino también desde hace tiempo que los escritores de este género (al menos los buenos), no sólo crean literatura de calidad, sino que además, haciendo uso de la mejor herramienta que tiene este género: la libertad de imaginar cosas que no existen, o que no existen aún, logran una de las funciones que más me gusta de la literatura: la de llevarte a lugares desconocidos, donde las reglas no son las que conocemos, y donde casi todo es una sorpresa. Digo esto aquí porque Hyperion es ciencia-ficción de la buena, de la que cumple a la perfección ese cometido.
                ¿Qué encontramos en Hyperion? En esta novela futurista, el ser humano ha abandonado la Tierra natal por necesidad, hace varios siglos. Se ha creado una red de mundos colonizados, y se ha avanzado enormemente en los viajes espaciales, haciendo múltiples referencias al efecto ya pronosticado por Einstein sobre lo que sucedería con el tiempo al desplazarse a velocidades cercanas a la de la luz. Dicho efecto tiene un papel muy importante dentro de la historia, ya que las localizaciones que aparecen están muy distantes entre sí.
                Hyperion es un planeta que está en la periferia de los mundos colonizados, y que cuenta con varias peculiaridades que lo convierten en un planeta distinto a lo que se considera “normal” en otros planetas. La historia trata de una comitiva de siete personas enviadas a Hyperion a realizar una peregrinación, con objeto de desentrañar algunos de sus misterios, principalmente el del Alcaudón, un ser que atemoriza a todo ese planeta.
                La trama trata sobre la historia de cada uno de esos personajes, que son presentados según su ocupación: un sacerdote, un poeta, un profesor, un soldado, un cónsul, una detective y un templario. A través de cada una de sus historias, se va conociendo no sólo a los personajes, sino también las rarezas del planeta y por qué deben visitarlo juntos. A la vez que realizan el viaje, cada cual expone la historia que lo ha llevado ahí, mezclando de esta forma el presente de todos juntos con el pasado de cada uno de ellos.
                Los personajes están muy bien construidos, de tal forma que Hyperion es un recopilatorio de historias muy distintas, pero unidas por un nexo común. Cada personaje es protagonista de una historia distinta, que trata un tema determinado. Tenemos una historia policiaca, una historia de aventuras, una historia de amor platónico, un drama familiar… y una historia de terror de trasfondo. Todos esos ingredientes encontramos en Hyperion.
                Los temas que trata la obra son múltiples. A mí me han llamado la atención los efectos sobre las personas de la teoría de la relatividad, que, tal como se veía en la reciente película Interstellar, provoca que un viaje de algunos días para una persona sean varios años para las personas que no han realizado el viaje, y cómo afecta a las personas vivir esa experiencia. También me cautivaron el tema de los efectos de la colonización, la homogeneización de la cultura y los problemas de los descubrimientos para los que la ciencia no tiene explicación.
                El ambiente también es múltiple, y muy conseguido. La historia transcurre en varios mundos distintos, cada cual con sus peculiaridades, que también influyen directa o indirectamente en los personajes que allí habitan, y está muy bien reflejado. Algunos detalles técnicos que los personajes (obviamente) dan por supuestos, tarde o temprano quedan explicados, con lo que la ignorancia del lector es sólo momentánea. Hay múltiples guiños del autor a distintos temas, por ejemplo el título, sin ir más lejos,  que corresponde a un poema de John Keats, poeta británico del siglo XIX, del cual también se habla dentro de la novela.
                El ritmo es otro de los puntos fuertes de esta novela. Poco a poco se van revelando detalles sobre las incógnitas que esconde el planeta, y a la vez van surgiendo nuevos misterios con cada historia.
                Un único “pero”, aunque no es tal: la novela queda inconclusa, es decir, que hay que seguir con la siguiente. Es como si fuera el planteamiento inicial, quedando aún por venir el nudo y el desenlace. Es por eso que hay que seguir leyendo para valorar toda la historia, cosa que haré pronto.

                Como resumen: la recomiendo. Todo está muy bien construido y el autor hace volar la imaginación del lector. La sensación que me queda tras la lectura es la de haber leído varias novelas, o haber pasado un rato con las historias de Las mil y una noches, pero en un ambiente futurista.

miércoles, 29 de junio de 2016

El crucigrama de Jacob, de Ana López Martín

                El crucigrama de Jacob, de 520 páginas, es la primera novela de la escritora de Avilés Ana López Martín.
                Estamos ante una novela histórica que comienza al norte de la Península Ibérica, en el año 1491, cuando reinaban los Reyes Católicos. Por esos tiempos en que se decide la expulsión de los judíos del país.
                La narración está a cargo de un narrador omnisciente. Cuenta no sólo lo que ven, sino también lo que sienten los personajes. Aunque en general es inocuo, en determinados momentos comete el error de “decir en lugar de mostrar”, lo que baja la calidad de la narración.
                La trama es lineal, no hay saltos en el tiempo significativos, y todo transcurre de forma fluida, si bien la acción salta de personaje en personaje, pero siguiendo la misma línea temporal.
En cuanto a los personajes, hay varios protagonistas, todos ellos judíos, con una misión que les llevará por el Camino de Santiago intentando resolver un enigma, y algunos personajes secundarios que se van uniendo a la historia. Hay muchos fallos importantes en todos los personajes. No pasan de ser estereotipos, no tienen profundidad. Por poner un ejemplo, los principales protagonistas son perfectamente intercambiables entre sí y no cambiaría en nada la historia. No sólo son simples, sino que además son poco creíbles. En determinados momentos, parece que estuvieran inspirados por una sabiduría infinita, recursos infinitos para sobreponerse a cualquier problema, y una capacidad física sobrehumana, lo que le resta calidad (y mucha) a la historia.
                El ambiente es, para mí, el punto fuerte de la novela. Las descripciones de la vida en la judería, el Camino de Santiago, cómo se viajaba en esa época, el papel de la Inquisición, los problemas de la Monarquía, contribuyen a poner el telón de fondo y hacer que el lector se adentre en esa época, acompañando a los personajes por los lugares que se visitan (la mayor parte, cercanos a Avilés, zona conocida por la autora).
                El tema de la novela es interesante; el éxodo de los judíos. Y también es interesante que ese tema esté mezclado con un misterio relacionado con el Camino de Santiago. Históricamente, sin llegar a ser excepcional, se consigue una exposición relativamente buena de ese tema y los subtemas asociados al mismo.
                Junto con los personajes, que, como ya he dicho, es un punto negativo de esta obra, hay otro relacionado que es aún peor: los giros. O, mejor dicho, la solución a los distintos problemas que van afrontando los personajes. Si bien la exposición de los obstáculos que los personajes encuentran está bien conseguida (aunque llega un momento que se ve venir que cualquier felicidad es pasajera, o bien un espejismo), la solución a las trabas siempre se soluciona por dos vías: una es, como dije, la excepcional sabiduría o capacidad física de los personajes, y la otra, y mucho peor, es la casualidad. Llega un momento en que, si un personaje hubiera dicho: “necesito un reactor nuclear para solucionar este problema”, en la novela habría aparecido alguien gritando por la calle: “¡Vendo reactores nucleares! ¡Baratos!”. Es una exageración, pero quien lea esta novela verá que, sin llegar a esos extremos, más que causa-efecto, la historia está plagada de casualidades. Podría poner cientos de ejemplos, pero no es mi función ofrecer spoilers, sino analizar la parte técnica.
                El estilo, aunque con algunos fallos que se pueden disculpar, está bien, cumple su función, convirtiendo la novela en una historia amena de leer.
                Hay un detalle curioso, y es que a partir de determinado momento, la historia se acelera, precipitándose hacia un final, resolviendo tramas de forma rápida, como si hubiera prisa por acabar. Da la sensación de que la autora tenía un plazo para terminar la novela, o que veía que se estaba alargando demasiado y prefirió acelerarla. En cualquier caso, eso hace que al principio, la novela tenga más calidad que al final. O esa ha sido mi impresión.

                Como resumen, diré que es una novela que vale como pasatiempo, pero que tiene algunos errores (quizás debido a la poca experiencia de la autora) que, si se subsanaran, habría quedado una novela bastante buena, ya que la idea lo es, y el fondo también.

miércoles, 15 de junio de 2016

La chica del tren, de Paula Hawkins

                La chica del tren, publicada en 2015 y con 496 páginas de extensión, se convirtió en best-seller en Estados Unidos y Reino Unido en poco tiempo. La autora, la británica Paula Hawkins, había escrito anteriormente algunas novelas románticas sin mucho éxito, cosa que sí cosechó con esta novela de misterio, vendiendo millones de ejemplares.
                Aunque el personaje principal es Rachel, una chica que viaja todos los días a Londres en tren, la historia está narrada desde tres puntos de vista, todos ellos en primera persona: tres mujeres cuya conexión entre ellas se va desvelando poco a poco. Dichos personajes están medianamente desarrollados, aunque personalmente me han resultado poco empáticos, y con unos rasgos psicológicos que no sé si catalogar como simples o faltos de motivación.
                La trama está partida en tres trozos, cada capítulo salta de un personaje a otro, y uno de ellos narra su punto de vista desde el pasado. Pese al cambio de personajes y saltos temporales, es fácil de seguir la historia y no perderse. De hecho, es un aspecto muy logrado por parte de la autora.
                El estilo no es especialmente brillante, pero es fluido y hace muy fácil la lectura y la inmersión en la historia. Dicha historia comienza con una puesta en escena que me ha parecido muy buena. Enganchaba. Pero, a partir de la mitad, pierde parte de su atractivo y ya no sorprende tanto al lector como al principio, llegando a ser bastante predecible, perdiendo ese halo de misterio que parecía prometer.
                Son varios los temas que aparecen en esta novela, entre los que destacan el alcoholismo y el maltrato físico y psicológico. El hecho de que la narración esté muy centrada en los sentimientos y vida interna de las narradoras, dibuja a veces un escenario para esos temas tratados desde distintos puntos de vista, lo que le da algo de profundidad a la novela, aunque en algunos casos llega a ser repetitiva.
                Por otra parte, el uso de giros narrativos y de cliffhangers se nota demasiado forzado a veces, intentando acrecentar el misterio, pero sin conseguirlo. Es por eso que, acercándose el final, todo se vuelve repetitivo y predecible.

                En resumen, es una obra entretenida de leer, pero nada más. Como tantos otros fenómenos editoriales, se “pone de moda” y acaba siendo mundialmente conocida, pero generalmente, como me suele suceder con los best-sellers, las expectativas generadas por el marketing ponen el listón más alto de lo que la obra merece, y puede llegar a decepcionar precisamente por empezar con altas expectativas. ¡Ojo! No es que la obra sea mala, que no lo es. De hecho, es bastante adictiva, sobre todo al principio. Sin embargo, y vista la aún escasa trayectoria de la autora dentro del mundillo, se nota que podrá mejorar bastante en el futuro, porque ya tiene una buena base sobre la que construir.            

martes, 7 de junio de 2016

Justicia auxiliar, de Ann Leckie

                Justicia Auxiliar es una obra de ciencia ficción publicada en 2013, con 416 páginas. Primera novela de la escritora estadounidense Ann Leckie.
                La historia trata sobre una Inteligencia Artificial (IA) atrapada en un cuerpo humano. Dicha IA pertenecía a una nave espacial que controlaba múltiples cuerpos, y a lo largo de la novela se irá desvelando el funcionamiento y justificación de la existencia de dichas Inteligencias Artificiales al servicio de un imperio en expansión.
                La protagonista es la IA, y es la narradora en primera persona de la historia. Como personaje tiene muchos detalles interesantes, y también a través de sus expresiones y su forma de actuar se va conociendo el ambiente y la sociedad a la que pertenece y donde se mueve. El resto de los personajes se ven a través de sus ojos, y aunque no están mal construidos, he notado ciertas carencias de información, al margen de la parcialidad que ofrece la narración en primera persona. Creo que se podrían haber desarrollado más.
                La trama está dividida. Un capítulo se dedica al presente y el siguiente al pasado, y van alternando así hasta aproximadamente la mitad de la historia, donde los hechos del pasado ya han quedado explicados y, a partir de ahí toda la historia sigue el hilo del presente.
                El ambiente, al igual que el resto de los elementos de la novela como los personajes o la tecnología, a pesar de que ofrece muchas posibilidades, considero que tiene algunas deficiencias, está poco desarrollado. Se centra excesivamente en algunos aspectos, mientras que otros los deja totalmente de lado. Quizás se pueda achacar también a la parcialidad de la narradora, pero creo que ese aspecto se podría haber mejorado, porque la imagen que me ha quedado tras la lectura es de que me faltan datos para imaginarme un todo, es decir, que quedan lagunas sobre algunos aspectos de los lugares o cosas que describe.
                Hay varios temas tratados, como pueden ser la expansión de un imperio, los límites de la moralidad o la implicación que supondría la existencia de una Inteligencia Artificial que funcionara como la humana, pero con los beneficios que ofrece la tecnología. Cada lector seguro que encontrará más de un importante tema de debate a lo largo de la historia. Para mí, esos detalles que dan que pensar son el aspecto más positivo de esta obra.

                Como resumen, diré que, aunque no es una mala novela, esperaba algo más. Quizás tenía unas expectativas demasiado altas al saber que había ganado varios premios importantes del mundo de la ciencia-ficción como el Locus, Nébula y Arthur C. Clarke. Es cierto que la idea general es muy buena, pero el desarrollo me ha parecido lento en algunos pasajes y aburrido en otros. Incluso hay algunas partes que me han resultado confusas, no sé si por un fallo de la traducción o por una narración enrevesada. Por otra parte, he echado en falta algunos giros argumentales más, ya que la línea de acción es bastante plana. Casi se puede saber desde el principio de dónde viene la historia, y adónde se dirige.

jueves, 19 de mayo de 2016

El secreto de la modelo extraviada, de Eduardo Mendoza

                El secreto de la modelo extraviada es la quinta entrega de las aventuras del detective anónimo creado por el barcelonés Eduardo Mendoza y que dio a conocer en El misterio de la cripta embrujada. Fue publicada en 2015, y tiene una extensión de 320 páginas.
                Se podría calificar como una novela policiaca, pero con altas dosis de humor, en línea con las anteriores entregas.
                La historia, como la mayor parte de las obras de este autor, está ambientada en Barcelona. En este caso, no sólo abundan los traslados por toda la ciudad, sino que, al estar dividida la trama en dos partes, una transcurrida en un pasado anterior a la candidatura olímpica de Barcelona y otra actual, el autor revela los cambios acaecidos en la ciudad, y todo ello desde un tono irónico, humorístico y pesimista (aunque no por ello alejado de la realidad).
                Los personajes son el punto fuerte de esta obra. Empezando por el protagonista, que a su vez es el narrador en primera persona de la historia, nos encontramos con seres caricaturescos, cuyas reflexiones y acciones me han arrancado más de una sonrisa, y alguna que otra carcajada. Volviendo al protagonista-narrador, sabiendo que comienza la historia saliendo de un manicomio, nos podemos hacer una idea de cómo será el relato de sus aventuras desde su punto de vista. El resto de los personajes, pese a las exageraciones, están bien definidos en cuanto a motivaciones y acciones que llevan a cabo.
                El hilo argumental trata de la investigación sobre la muerte de una modelo. El investigador (si se le puede llamar así al protagonista), comenzará investigando otro caso menor hasta que se verá envuelto involuntariamente en el principal, y, a partir de ahí, se irá mezclando con el resto de personajes secundarios y avanzando hasta la resolución del caso.
                En línea con las anteriores entregas, las peripecias del investigador me han hecho pasar un rato agradable con sus paseos por Barcelona (ciudad que no conozco tan bien como me gustaría, pero que tampoco me es para nada desconocida), y con las divagaciones, ocurrencias, reflexiones y conversaciones. El tono fresco y el ritmo rápido de la historia contribuyen a que no sea una obra pesada de leer. No hay tiempos muertos, y salvo la elipsis que divide en dos la historia, ésta avanza sin tregua de principio a fin.
                En cuanto al caso investigado, como siempre he dicho, la novela policiaca suele tener un caso a resolver, que no es más que una excusa para usar ese entorno y elaborar una crítica social. A veces con tono serio, y otras veces, como es este caso, en tono humorístico. Dicho esto, no es de extrañar que el caso pase a un segundo plano, dejando de protagonista al ambiente y las circunstancias que lo rodean.

                Pese a no ser una obra perfecta, es muy buena para pasar un rato distraídos y entretenidos. Y para coger cariño a unos personajes cuyas miserias los hacen tan humanos que seguro que todos conocemos a alguien que, en mayor o menor medida, comparte algunos de sus caricaturescos rasgos.

jueves, 12 de mayo de 2016

Los cuerpos extraños, de Lorenzo Silva

                Publicada en 2014 y con 352 páginas, estamos ante la octava entrega de la serie “Bevilacqua y Chamorro”, la pareja de guardias civiles creada por Lorenzo Silva.
                Como viene siendo costumbre, el narrador es el principal protagonista: el brigada Bevilacqua, que cuenta en primera persona toda la historia, de principio a fin. Como toda novela policiaca que se precie, comienza con un cadáver, en este caso de la alcaldesa de un pueblo no especificado de la costa levantina.
                La trama comienza con ese asesinato, y avanza hacia la resolución del mismo. Sí, ya sé que hay miles de tramas iguales, que no es ninguna novedad. Pero la grandeza de este autor no está, desde mi punto de vista, en los casos que expone, sino en cómo los expone, lo que me lleva a analizar el estilo. La narración de los hechos, pasada por el filtro de la mente del protagonista, como en las anteriores novelas, le imprime a la historia un carácter personal, realista, muy acorde con la investigación real en nuestro país, no escatimando en exposiciones directas o indirectas sobre la jerarquía y la burocracia. Todo ello contribuye a crear ese ambiente en el que se mueven los personajes, un ambiente ficticio, pero calcado de la realidad actual. El tono usado es, desde mi punto de vista, excesivamente formal en determinados casos, pero correcto. En otros casos, humorístico, dentro de la susodicha formalidad.
Los temas tratados, como ha sucedido en las otras entregas anteriores, son temas de actualidad. En este caso, aunque el tema es tan antiguo como las pinturas de Altamira, está, tristemente, muy de moda hoy día: la corrupción política.
Los personajes son, sin lugar a dudas, el punto fuerte de esta serie. Tras tantas entregas, me maravilla ver cómo han ido evolucionando desde aquel sargento Bevilaqua y la novata guardia Chamorro de “El lejano país de los estanques” hasta los actuales brigada y sargento, respectivamente. Se ve cada vez más la profundidad de esos personajes, cómo los ha ido tratando la vida, cómo les ha ido afectando su trabajo, cómo han ido cambiando su forma de pensar. En cuanto a los personajes secundarios, también están cuidados hasta el más mínimo detalle. Pese a que se podrían encuadrar dentro de estereotipos, el autor huye del maniqueísmo y dibuja personajes que, según sus intereses, van modificando su forma de pensar y actuar, es decir, consigue crear ese tipo de personajes fáciles de imaginar para el lector, pero con rasgos suficientemente distintivos que los alejan de los clichés.
Mención especial para las reflexiones sobre la sociedad que surgen espontáneamente, ya sea por lo que los personajes encuentran o porque alguna conversación deriva hacia algún tema concreto. Los diálogos, igualmente, son de lo mejor de esta serie. Formales y respetuosos, pero directos, ingeniosos, con verdades, mentiras, subterfugios, estrategias. Soberbios.

A pesar de todo, no la considero la mejor novela de la serie. El caso no me ha terminado de convencer, y, sin embargo, tengo que decir que merece la pena, porque aunque flojee por ahí, se me ha hecho muy corta, muy divertida y, sobre todo, me ha hecho vivir una experiencia gratificante, que en el fondo es lo que todo obra buena debe (o debería) conseguir.

jueves, 5 de mayo de 2016

Anatema, de Neal Stephenson

                Anatema, del estadounidense Neal Stephenson, ganó el premio Locus en 2009 y estuvo nominada a otros importantes premios de Ciencia Ficción.

                No es una obra apta para neófitos que quieren adentrarse en la literatura de Ciencia Ficción. Es relativamente larga (736 páginas), y su contenido es bastante denso. Especialmente el principio.

                En cualquier novela de Ciencia Ficción, uno de los elementos más atractivos para el lector es el ambiente. En este caso, la obra está ambientada en el planeta Arbre. Pero ¿qué es Arbre? Pues es un planeta que guarda cierto paralelismo con la Tierra. Un planeta que perfectamente podría ser una versión del nuestro, pero en un universo paralelo. Ahí es donde transcurre la acción, y poco a poco se va desvelando cómo es la vida de los habitantes de ese planeta: su cultura, su historia y, sobre todo, su ciencia y su filosofía. Pese a que pueda parecer compleja la creación de un ambiente parecido, el autor consigue (desde mi punto de vista, con éxito) una inmersión total del lector en ese mundo. Y lo logra con varios efectos, algunos de los cuales son:
                -Vocabulario específico de ese mundo, desde el principio de la obra. Seguro que a más de un lector le entrarán ganas de parar de leer y tirar el libro por la ventana. Pero conforme la historia avanza, el efecto se revierte y lo que se consigue es que, mediante el aprendizaje y comprensión del lector, acabe teniendo ese toque exótico y distintivo característico de ese mundo concreto. Por cierto, este recurso, el de usar un nuevo vocabulario, es un recurso muy usado en la literatura de Ciencia Ficción, y hasta el momento, esta novela es el caso más extremo que he encontrado.
                -El mundo tiene una historia concreta, unos personajes históricos y una evolución cultural que, aunque guarda cierto paralelismo con nuestro mundo real, se diferencia del mismo (y no poco).
                -En cuanto a la ciencia y la filosofía, ahí está el punto fuerte de esta novela. Numerosas exposiciones y discusiones, en algunos casos de gran extensión, y, conforme avanza la historia, más complejas cada vez. Terminología científica paralela a la del mundo real, leyes naturales descubiertas por personajes de ese mundo en un tiempo y circunstancias concretas, aplicación y reflexión sobre esas leyes… me ha parecido muy interesante cómo ha manejado el autor ese tema.

                Respecto a los personajes de ese planeta, están divididos en dos bandos: los que viven una especie de vida monástica (llamados avotos) en el interior de una especie de monasterios (llamados cenobios), y los que viven fuera, extramuros. Los personajes principales, en su mayoría pertenecen a la vida monástica. El protagonista, que es quien relata la historia en primera persona, es Fra Erasmas (Fra es el título que reciben los “avotos” masculinos, mientras que Sur pertenece a los “avotos” femeninos). A través de los ojos del protagonista, se mostrará su estilo de vida, su visión del mundo en que vive, sus preocupaciones y, sobre todo, la aventura que vive en esta novela. Un efecto destacable de esta novela es que apenas hay descripciones físicas de los personajes, sino que se representan a través de lo que hacen y, sobre todo, de lo que dicen.

                En cuanto al ritmo, se podría decir que avanza a saltos. Si bien es bastante lento al principio, ya que es cuando se expone “el tablero de juego y las reglas” de la historia, después hay momentos de acción, y también ralentizaciones con extensas conversaciones, discusiones o reflexiones que, para mí, es lo que mayor calidad tenía de la historia, más que las escenas de acción, que también las hay. Mención especial para las detalladas descripciones que, aunque a veces pueden resultar excesivas, contribuyen a mostrar al lector el ambiente en el que se desarrolla la historia.

                El tema principal, como he explicado más arriba, gira en torno a la ciencia y la filosofía. Toda la obra es una exposición sobre un mundo con una cultura en la que esos dos son los elementos principales, y lo que da pie a múltiples reflexiones muy bien expresadas por los personajes, y que también darán que pensar y reflexionar al lector.

                Como he dicho al principio, no es una obra fácil. Al principio es lenta y difícil de comprender, pero en general, me ha parecido una buena historia. Ha sido como un viaje a un lugar desconocido, con unas reglas desconocidas, con unos personajes que, pese a pertenecer a otro mundo, son simplemente seres humanos que han tenido una evolución cultural distinta a la nuestra.


                Es la primera obra que he leído de este autor, pero no creo que sea la última, porque considero que, no sólo la historia es original, sino que, además, está bien escrita.