miércoles, 24 de agosto de 2011

Fahrenheit 451, de Ray Bradbury

            En esta ocasión, la obra trata sobre un futuro catastrófico y caótico, donde cualquier forma de cultura, especialmente escrita, es brutalmente eliminada. El protagonista de la historia, un bombero llamado Montag, tiene por oficio la búsqueda y quema de cualquier libro que pueda existir. En esta época, los bomberos son los guardianes de la felicidad de la gente, pues desde hace años los libros están prohibidos por el Gobierno, ya que hacen a la gente pensar y, por tanto, hacer preguntas y ser infelices. Los bomberos se encargan de quemarlos.

            Esta obra, publicada en 1953, y de la cual se hizo una película años más tarde, tiene como tema principal la censura, que en este caso se justifica para poder mantener un status quo en una sociedad hedonista y consumista, donde todos sus miembros puedan ser manipulados a conciencia, y donde comportamientos tales como salir a pasear por la calle o hacer preguntas a los demás, o bien tener charlas en familia son comportamientos inapropiados y excéntricos, vigilados muy de cerca por el Gobierno. Los ciudadanos, en su ceguera, no son conscientes de que su país se encuentra al borde de una guerra, pues la información que les llega, a través de unos aparatos de televisión ultramodernos e interactivos, sólo les ofrecen información manipulada para mantener al rebaño manso.

            El protagonista, como ya he comentado, se dedica a la quema de libros, pero un día conoce a una muchacha que le hace preguntas, hecho que abre su mente y empieza a pensar y a cuestionarse su trabajo, mientras su mujer, totalmente hipnotizada por la información manipulada que recibe, no comparte sus inquietudes. A partir de ahí, la historia avanza con un ritmo vertiginoso, donde el protagonista, con sus dudas, intenta evadirse de una sociedad que no parece darle tregua y que persigue cualquier comportamiento fuera del estándar. Especial mención para la explicación del jefe de bomberos sobre cómo la sociedad fue evolucionando hasta el momento en que no hubo más remedio que prohibir los libros. Son varias páginas que impactan, pues pese a estar escritas hace ya más de medio siglo, las situaciones que plantean son de rabiosa actualidad, y muestran una evolución que, en cierto modo, se está produciendo en el mundo actual, aunque, por suerte para nosotros, no a una escala global.

            Como anécdota curiosa, esta obra que trata sobre la censura, también tuvo sus líos con la censura norteamericana, de la que no salió ilesa. Afortunadamente, las ediciones actuales se supone que son tal como las elaboró el autor.

            Fahrenheit 451 es una novela muy bien escrita, con una historia interesante, y que arroja varias ideas nuevas y puntos de vista sobre la sociedad que hacen al lector plantearse muchas dudas. Entretenida y apta para cualquiera, ya busque inquietudes intelectuales o acción. Ambos ingredientes condimentan esta novela.

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