jueves, 23 de agosto de 2012

El puente de los asesinos, de Arturo Pérez Reverte

                Hasta el momento, esta es la última entrega publicada (la séptima) de la saga del capitán Alatriste, aunque aún falta alguna más por ver la luz.
                En el mismo estilo que las anteriores, Pérez Reverte nos cuenta esta vez una historia ambientada en Venecia. Los protagonistas de esta saga son ahora convocados junto a otro grupo de “profesionales” de la espada por Quevedo, que ya va consolidando su papel en la Corte,  para llevar a cabo una misión en la ciudad de suma importancia para España.
                El tono, el ritmo, el lenguaje usado y el ambiente son los mismos a que ya nos tiene acostumbrados el autor, que esta vez describe con minuciosidad la vida, la gente y las costumbres de esa emblemática ciudad hace algunos siglos. Mediante sus descripciones, hace fácil al lector imaginarse esas calles estrechas, ese bullicio de gente y esos peligros que acechan de noche por los oscuros callejones.
                En cuanto a los personajes, es destacable la evolución de los mismos. Esta vez vemos a un capitán más viejo, más experimentado, más desencantado con todo. Poco a poco se va deshaciendo ese misterio que es su forma de comportarse, no sólo mediante sus actos, sino por su interacción con el resto de los personajes, incluido su némesis, Gualterio Malatesta, que también tiene un papel primordial en esta historia. Y en cuanto al narrador, Íñigo Balboa, ya no es ese niño alocado y temperamental. Se ve claramente cómo va creciendo a imagen y semejanza de su tutor, volviéndose más frío, orgulloso y centrado, lo cual le sigue trayendo alguna que otra desavenencia con el capitán. Se forja así esa relación que ya es cada vez menos de admiración-protección como antaño, y se va convirtiendo poco a poco en respeto mutuo, aunque sin perder lo anterior. También aparecen, como no podía ser de otra manera, los compañeros de viaje de los portagonistas, Sebastián Copons y el moro Gurriato, así como Quevedo, que no tiene un papel tan principal como en otras entregas.
                Así, siguiendo en la misma línea que las anteriores, mediante una nueva aventura, se va viendo esa evolución y madurez de los personajes que ya he comentado. Para los que ya van siguiendo las aventuras del capitán, diré que esta no es la mejor, pero tampoco defraudará, ya que todo sigue en la misma tónica que anteriormente, y su lectura es un pasatiempo agradable, a la vez que nos traslada a esa época y ese lugar, que es al fin y al cabo la pretensión de cualquier novela de aventuras.
                Como resumen: recomendable para pasar el rato y seguir la historia del capitán. No recomendable empezar por esta obra si no se han seguido el resto de las aventuras, pues muchos detalles pueden resultar confusos para los que empiezan conociendo a los personajes desde aquí.

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