jueves, 27 de junio de 2013

El alquimista impaciente, de Lorenzo Silva

                Esta novela es la segunda de la serie Bevilacqua y Chamorro. Fue publicada en el 2000, y ese mismo año recibió el Premio Nadal.
                Es, como toda la serie, una novela policiaca, donde la pareja de Guardias Civiles de la unidad de homicidios investigan, en este caso, la muerte del trabajador de una central nuclear que se descubre en la habitación de un motel, desnudo.
                La trama avanza siguiendo paso a paso la investigación. Empieza de cero, sin saber quién es el difunto, o si su muerte se debe a un homicidio o a un accidente. Poco a poco, el horizonte se irá ampliando, y en ese camino aparecen pistas y personajes involucrados de una u otra forma con el difunto.
                La disparidad de personajes y situaciones que ofrecen pistas a seguir, en un principio aparecen como lagunas inconexas, como si la investigación estuviera yendo hacia un camino cerrado. Sin embargo, al final, todas las piezas encajan en una solución que no se descubrirá hasta pocas páginas antes de acabar la novela.
                El narrador, en primera persona, es el sargento Bevilacqua, y a través de sus ojos y opiniones es como se muestra la historia.
                En cuanto a los personajes, están muy conseguidos, tanto los protagonistas como los personajes secundarios. Aunque la relación entre los dos investigadores es un tanto extraña, no por ello es inverosímil. Por poner un “pero”, diré que el vocabulario y los diálogos usados resultan demasiado correctos, demasiado académicos, demasiado formales. Es cierto que añaden ambiente a la historia, pero imaginar esas conversaciones en la vida real resultaría chocante. Casi como hablar con un robot. En todo caso, teniendo en cuenta los estudios universitarios del protagonista y el Cuerpo al que pertenece, se le perdona.
                Una vez más, la trama policiaca se ve inmersa en un ambiente que sirve de caldo de cultivo para la crítica social. Y en ese aspecto, el autor no ha escatimado detalles. Pone en la parrilla varios temas de debate que resultan bastante interesantes, y que no voy a decir por no fastidiar la intriga. Diré que habla de distintos tipos de corrupción, de la que, lamentablemente, tanto abunda por este país.
                Me la he leído en dos días, merced al rápido ritmo de la narración. En todo momento me daba la sensación de estar tirando de una cuerda, y eso es lo que me ha mantenido enganchado hasta el final. No es la mejor novela policiaca, ni tampoco el mejor caso de investigación que he leído. Simplemente, es una lectura que he disfrutado, y la recomiendo. Ni le falta, ni le sobra nada. Correcta.
                En cuanto a la película, trataré de verla dentro de poco, ahora que tengo fresca la historia, aunque no espero gran cosa. Ojalá me equivoque.

martes, 11 de junio de 2013

Fundación, de Isaac Asimov

                Hace años que leí las recopilaciones de cuentos sobre robots de Isaac Asimov, y tenía ganas de echar un vistazo a la que está considerada tal vez su mejor obra: la saga de la Fundación. Teniendo en cuenta que los cuentos de robots me parecieron soberbios (en especial El hombre bicentenario, mucho mejor que la película, y Sueños de robot), tenía altas expectativas, aunque me daba algo de miedo al ver la extensión de la obra. Esta reseña se refiere sólo a la primera parte de la saga, la titulada Fundación.
                La saga completa abarca siete novelas, y además la saga de la Fundación también está relacionada con sus escritos sobre robots. Esta primera parte nació como una recopilación de cinco novelas cortas, y se ven claramente diferenciadas en la historia. Partiendo de un origen común, cada una de las cinco historias supone un salto hacia delante en el tiempo, y también cuenta con distintos protagonistas, aunque el eje de la historia es común para toda la novela.
                La novela es futurista. Está ambientada en un imperio extendido por todo el universo, y que ha alcanzado un alto grado de madurez y estabilidad. Todo comienza cuando un “psicohistoriador”, haciendo un análisis basado en la historia, la psicología y la probabilidad, predice con exactitud la caída del imperio y la fundación de un nuevo imperio, y sienta las bases para que la transición sea lo menos traumática posible, acortando el espacio de tiempo entre la caída y la nueva fundación. A partir de ahí, sin saber nada de los planes del “psicohistoriador”, la trama va avanzando haciendo saltos hacia el futuro y viendo la evolución del universo según parecía haber sido previsto.
                Como he dicho, los protagonistas cambian de un capítulo a otro, pero están bien definidos y caracterizados, y son piezas clave en el desarrollo de la historia. Cada uno de ellos se ve implicado en una determinada crisis cuya solución será fundamental para el desarrollo de la civilización, y en ellos recaen las decisiones que habrán de tomarse para poder avanzar hacia esa nueva fundación.
                El tema es un entramado político donde también juega un lugar fundamental la religión. Trata de la lucha de poderes, la negociación, los conflictos de intereses. Todo ello tratado mediante esas historias ambientadas en distintas épocas, y cada una de ellas con distintas particularidades, haciendo que se vean distintos puntos geográficos de ese universo creado por el autor, y también distintos puntos de vista.
                El comienzo de la historia me ha parecido espectacular. La explicación de la “psicohistoria” me cautivó, y el posterior desarrollo, avanzando de crisis a crisis, ha mantenido mi atención durante toda la lectura. Los elementos de ciencia-ficción, continuamente presentes, dan un toque exótico a la historia, aunque la trama principal perfectamente podría haber estado encuadrada en el mundo actual o en alguna época pasada.
                Seguiré con la saga, porque ha despertado mi curiosidad. Espero que los siguientes tomos estén a la misma altura (o más).

jueves, 9 de mayo de 2013

Pasajero para Frankfurt, de Agatha Christie

                Pasajero para Frankfurt, de la escritora de misterio inglesa Agatha Christie, fue publicado en 1970, el año en que la escritora cumplía ochenta años.
                Es una novela rara, comparada con el resto de la obra de le escritora, ya que deja de lado el tema policiaco o de misterio. Es una novela de espionaje.
                El comienzo tiene lugar en el aeropuerto de Frankfurt, donde un diplomático inglés se ve abordado por una joven que le pide ayuda para salir de allí de incógnito, ya que su vida corre peligro. El diplomático la ayuda a salir, y a partir de ahí comenzará la investigación de un nuevo movimiento de orden mundial que pretende destruir las bases de la sociedad.
                Aunque el diplomático y la extraña son los principales protagonistas, hay otros personajes en los que se focaliza la narración (diplomáticos, políticos, militares y científicos), y la trama va saltando de unos a otros conforme va avanzando la historia.
                En cuanto a la construcción de los personajes, me ha parecido bastante pobre. Escasa personalidad, que hace difícil sentirse identificado con ellos. Además, en muchos casos, de los personajes se sabe poco más que el nombre, el cargo que ocupan y una escueta descripción física. Queda así una imagen como de un “ente” que habla y proporciona información de la trama y poco más. Incluso los protagonistas están poco desarrollados.
                En cuanto a la trama, va avanzando sin prisa, pero sin pausa. Aún así, no me he sentido enganchado a la misma. No lograba despertar mi curiosidad, y eso es grave en la novela de esta autora capaz de mantener siempre esa atmósfera de misterio que tan bien queda reflejada en otras de sus obras.
                El tema tratado, la revolución social, el destruir el status quo para formar una nueva sociedad, queda pobre de argumentos. No se explica claramente qué se pretende, tampoco se explica el por qué de ese movimiento, y al final de la obra queda ese regusto a “¿Ya está? ¿eso es todo?”. Aunque tiene algunos planteamientos interesantes, en el conjunto de la obra se ven diluidos por la poca fuerza de los argumentos, y por la recaída de las decisiones en unos personajes sin carisma, con una importancia que ellos mismos se atribuyen y que a mí, personalmente, no me ha llegado a convencer.
                Pese a todo, no es una lectura pesada. Está llena de altibajos, y hay algunos pasajes que logran captar la atención, haciendo interesante la historia, pero después aparecen otros momentos mediocres, haciendo que el porvenir de los personajes o la propia historia carezcan de interés para el lector –al menos, esa ha sido mi experiencia-.
                Creo que no es la mejor historia de Agatha Christie, y aunque no soy un entendido de esta autora, diré que para mí, ha sido la peor de ella que he leído, lo cual no quiere decir que sea mala, porque si fuera muy mala, no habría llegado ni a terminarla. ¡Acuérdate, Ulises de James Joyce, que los críticos te habrán puesto por las nubes, pero yo al llegar a la página setenta tuve que parar porque estaba en juego mi salud mental!

viernes, 3 de mayo de 2013

Dune, de Frank Herbert

                Dune, de Frank Herbert, es la primera novela de la saga más conocida de ese autor norteamericano. Fue publicada en 1965. Tiene 704 páginas, y ha ganado numerosos premios de su categoría, ciencia-ficción. Premios como el Hugo o Nébula, entre otros.
                En un futuro lejano, la civilización consta de varias casas poderosas, sometidas al liderazgo de un emperador. La novela se centra en la casa de los Atreides, protagonistas de esta obra. Principalmente, se centra en el heredero de la Casa Atreides, Paul, hijo del conde Leto y la dama Jessica.
                La historia comienza con las preparaciones para el traslado de la residencia de la Casa Atreides, al planeta Arrakis, un planeta desértico, fuente del bien más preciado de la galaxia: la especia llamada “melange”, una droga cuya función principal es el alargamiento de la vida y otras extrañas cualidades. Sin embargo, su consumo provoca dependencia, de ahí su valor.
El traslado de la Casa Atreides se debe a una concesión del emperador para explotar ese recurso natural, que anteriormente era explotado por una casa rival, los Harkonen.
La narración es en tercera persona, y se va centrando en varios personajes. Aunque cada capítulo sigue a un personaje concreto, a lo largo del capítulo hay veces que el foco de atención cambia de un personaje a otro, entrando dentro de sus actos y motivaciones.
Hay muchos elementos que hacen de esta obra una historia muy interesante: los gigantescos gusanos que pueblan Arrakis, haciendo arriesgada la recolección de especia, el pueblo nativo de Arrakis, conocido como “Fremen”, la rivalidad entre las casas Atreides y Harkonen, etc.
Con esos elementos se construye la historia, de la cual no quiero dar más detalles. Comentaré sin embargo el tema, ya que es muy interesante: la ecología. El planeta donde transcurre la mayor parte de la historia, Arrakis, es, como dije, un desierto, un planeta hostil para la vida. Hay numerosas reflexiones respecto a la forma de vida de los indígenas, y los planes para convertir Arrakis en un planeta próspero, pese a la escasez de agua, que es el bien más valorado por los indígenas, más aún que la especia que ahí se produce.
La exposición que el autor hace sobre la ecología comparte protagonismo con otras reflexiones sobre política, religión o eugenesia. En la historia, usando esos ingredientes, se crea un ambiente de tensión, donde el lector siente en todo momento una hostilidad permanente: traiciones, espionaje y contraespionaje, venenos, códigos de honor, engaños. Todo ello da una sensación de peligro que mantiene al lector en vilo, sin saber qué sucederá a continuación. Y ello a pesar de las introducciones de cada capítulo, donde aparece un fragmento que generalmente hace referencia al futuro. Pero aun sabiendo qué pasó después, se mantiene la tensión del presente.
La historia no acaba con Dune, ya que el autor en un principio tenía pensada una trilogía. Después siguió ampliando la saga, y tras su muerte, su hijo siguió publicando más partes de la saga, a partir de las notas que había dejado su padre.
Hay una adaptación cinematográfica (que no he visto) sobre esta primera parte de la saga, y también una serie que abarca la trilogía inicial. Pero yo siempre he preferido la lectura…

domingo, 14 de abril de 2013

Victus, de Albert Sánchez Piñol

                El catalán Albert Sánchez Piñol se dio a conocer principalmente con su primera novela, La piel fría en 2003. Nueve años después, en 2012, aparece Victus, la novela de la que trata esta reseña.
                Victus es una novela histórica, ambientada a principios del siglo XVIII, durante la guerra de Sucesión española. Ya desde el principio se advierte que la culminación de la historia será el asedio y bombardeo que sufrió Barcelona durante 1713 y 1714.
                La historia está narrada en primera persona desde el punto de vista del protagonista, Martí Zuviría. A sus noventa y ocho años de edad, decide contar cómo vivió todo el proceso de la guerra, comenzando desde que era un niño hasta que se vio envuelto y formando parte activa y pasiva en el asedio de Barcelona.
                El tono utilizado está muy conseguido, y me ha parecido uno de los puntos fuertes de la historia. El anciano dicta a su escribiente austríaca la historia, y ella la transcribe tal como sale de los labios del narrador, así que ahí queda perfilado el carácter agrio y borde con que se expresa el protagonista, ya harto y cansado de todo.
                La documentación para la obra ha debido ser muy extensa y minuciosa. Ello ha valido para introducir en la historia personajes reales (al final hay una relación sobre los personajes que son reales o ficticios), y pese a que no sea una obra de divulgación histórica, el efecto está muy conseguido, y permite visualizar los escenarios y personajes que el autor describe. Abundan también los dibujos, mapas y grabados a lo largo de las 604 páginas del libro. Esos dibujos sirven como orientación y a la vez como explicación de muchos de los hechos que van sucediendo.
                La trama avanza siguiendo al protagonista y sus vivencias. Abunda la ironía y las situaciones humorísticas provocadas principalmente por la cobardía y candidez de ese personaje. Personaje muy bien conseguido, por cierto. Los rasgos que lo caracterizan hacen fácil al lector empatizar con él y acompañarlo en su viaje, que recorrerá zonas de Francia y España hasta llegar a Barcelona, donde culminará la historia.
                La ausencia de tiempos muertos hace que la acción no pare, que continuamente estén sucediendo cosas. Eso hace que, pese a su volumen, sea una obra ligera de leer.
Por ponerle un “pero”, diré que el lenguaje utilizado y la forma de ver el mundo del protagonista es muy actual, lo cual es uno de los escollos difíciles de superar para cualquier obra, ya sea literaria o cinematográfica, ambientada en épocas remotas. En todo caso, es un detalle que no tiene gran trascendencia, y su omisión hace fácil la lectura y comprensión para cualquier lector. Hacerlo de otra forma, como por ejemplo hace Pérez Reverte en su saga de Alatriste, añade mayor colorido a la narración y ayuda a crear ambiente, pero como he dicho, no es un detalle que suponga un problema para esta novela.

martes, 9 de abril de 2013

Conan el Cimmerio, de Robert E. Howard

                Tuve un amigo que coleccionaba cómics, y gracias a él fue como conocí las historias de Conan el Cimmerio, del cual sólo tenía la referencia de las películas de Schwarzenegger de los años ochenta. Muchos años después, es decir, ahora, es cuando he decidido leer las historias auténticas de su creador, Robert E. Howard.
                Yo creía que las historias de Conan eran más recientes, pero cuando supe que el autor se había suicidado en 1936 con treinta años de edad, me sorprendió.
                Lo que he leído es una recopilación de historias cortas, de alrededor de veinte páginas cada una. Hay un capítulo inicial donde se explica la formación del mundo en que vive Conan y la historia antigua de dicho mundo. Quedan así las historias encuadradas dentro de la literatura fantástica, en el género de espada y brujería.
                El protagonista es un bárbaro que proviene de Cimmeria, una tierra donde abundan las montañas. El narrador en tercera persona va siguiendo sus aventuras a través de sus viajes por el mundo, que recorre con el único objetivo de alcanzar fama y riqueza.
                Cada historia cuenta una aventura diferente, y al principio se enumeran unos antecedentes que hacen de conexión entre cada historia y la anterior, formando de esta forma una trama lineal en el tiempo. A lo largo de cada historia, se puede ir viendo la evolución del personaje, que pasa de ser un adolescente casi inexperto a un curtido guerrero con amplia experiencia en varios campos, gracias a sus vivencias.
                El personaje está muy bien caracterizado, con unos rasgos muy marcados y una actitud ante el mundo muy definida.
                En cuanto a las historias, tienen varios ingredientes que, aunque se repiten, forman combinaciones que cristalizan en historias entretenidas, donde suelen tener cabida el misterio y la acción. Dichos ingredientes, entre otros, son:
                -Ruinas donde aguardan tesoros ocultos
                -Mujeres misteriosas o desvalidas a las que ayudar o rescatar
                -Tramas políticas o religiosas y luchas por el poder
                -Tierras remotas y desconocidas por descubrir
                -Magia y hechiceros
                -Antagonistas crueles y despiadados
                Esos son algunos de los ingredientes que abundan en las historias de Conan. En cuanto al estilo del autor, me ha parecido muy descriptivo. Es fácil imaginarse esos lugares inhóspitos, esos ambientes opresivos donde el mal acecha a cada instante, esos monstruos que escapan a la imaginación.
                Para todo el que tenga ganas de vivir aventuras, es recomendable seguir las andanzas de Conan. Acompañándolo por su mundo es fácil abstraerse de esta realidad y pasar unos buenos momentos que dejan casi la misma sensación que haber hecho un exótico viaje.

lunes, 25 de marzo de 2013

Memorias de Adriano, de Marguerite Yourcenar

                Memorias de Adriano es una novela de 376 páginas escrita por la autora belga (posteriormente nacionalizada en Estados Unidos) Marguerite Yourcenar, publicada en 1951. Queda encuadrada dentro del género de novela histórica, aunque esta obra cuenta con determinados matices que la hacen un tanto diferente a muchas otras narraciones con las que comparte género.
                Cuando el emperador romano Adriano ve próxima su muerte, decide narrar su vida y sus reflexiones en un escrito dirigido a Marco Aurelio, que lo sucedería como emperador. La narración, así pues, está en primera persona desde el punto de vista del propio Adriano. El estilo, culto y refinado, a veces acercándose a lo poético, intenta reproducir las reflexiones de un hombre que vivió hace casi dos mil años, y la autora logra transmitir a través de esos pensamientos la forma de vida y los valores de la época.
                Es un escrito denso. No hay conversaciones, y de principio a fin es un continuo monólogo en el que se van sucediendo hechos, reflexiones, justificaciones y explicaciones. Es por ello que se me ha hecho pesadísimo. Si bien hay muchos detalles, hechos interesantes y figuras retóricas geniales, lo más importante es la posibilidad de contrastación de la realidad con esos hechos. Sin embargo, a mí personalmente no me ha aportado mucho la lectura de esta novela.       
                Tengo que reconocer que la labor de investigación y el ejercicio de entrar dentro de la mente de una figura tan importante como fue el emperador Adriano son un gran punto a favor de la escritora. Al final de la narración hay una cronología donde se indica todo el proceso que siguió la novela hasta que fue terminada. Es ahí donde la autora explica su motivación, su idea, los problemas que surgieron durante la escritura, las fuentes, bibliografía y los datos utilizados… es decir, todos los componentes que hicieron falta para poder completar la novela.
                Como he dicho, los datos históricos fueron objeto de estudio y documentación por parte de la autora, y seguramente corresponden con la realidad (no lo he comprobado). Sin embargo, la parte intangible, es decir, la que hace referencia a los pensamientos del emperador, a su opinión sobre determinados temas, muchas veces no deja de ser una mera especulación sobre lo que pasaba por su cabeza, dadas unas circunstancias concretas y unas acciones que podrían parecer motivadas por esos pensamientos, pero especulaciones, al fin y al cabo. Eso no quiere decir que carezcan de calidad, sino todo lo contrario. Se presenta a una persona racional, con unas preocupaciones acordes con la época en que vivió, y con unas ideas respecto a la humanidad que son perfectamente válidas hoy día. Adriano reflexiona sobre la vida, sobre la enfermedad y sobre la muerte. También sobre el poder, y sobre la traición. Y también sobre las relaciones y el amor.
                Al final de la lectura, queda una imagen del hombre que fue el emperador, de cómo llegó ahí y de los actos que llevó a cabo durante su vida. Pero ese proceso, el de llegar al final, yo como lector lo he sufrido más que disfrutado. Entre frase y frase que activaba alguna zona de mi cerebro que me hacía disfrutar o reflexionar, había páginas y páginas enteras de monólogo que me recordaban a una de esas clases en las que el alumno está medio dormido esperando que suene el timbre, mientras el maestro suelta el tostón.
                Repito que no es que sea una mala obra, y el hecho de que me haya parecido aburrida no es obstáculo para que se hayan vendido millones de copias y figure como una de las obras maestras de la literatura moderna.