miércoles, 2 de mayo de 2012

Factotum, de Charles Bukowski

                Otra nueva obra acerca de la turbulenta vida de Henry Chinaski, alter-ego del autor Charles Bukowski.             
                En esta ocasión, la historia trata de las vivencias del protagonista desde que dejó de ser un muchacho ocioso y se incorporó al mundo laboral. Tal como corresponde a una persona irresponsable, bebedora, viciosa y poco planificadora, Henry va pasando por distintos empleos de baja categoría, los cuales abandona al cabo de poco tiempo, a veces por voluntad propia, pero la mayoría por despidos más que justificados por sus ausencias, borracheras y altercados varios.
                Con una visión contagiosamente pesimista del mundo, el autor nos presenta a una serie de personajes que se van desfilando por la historia: jefes, compañeros de trabajo, mujeres relacionadas o no con el trabajo…, todos los cuales suponen un clavo ardiendo al que el protagonista se aferra y, finalmente, acaban formando parte de una u otra forma en su perdición.    
                “Factotum” es una huída hacia delante, una exaltación del vivir día a día, un camino hacia ninguna parte. En esta historia no se ha escatimado en situaciones grotescas, litros de alcohol, sexo, apuestas y todo aquello que tan presente está en todas las obras del autor. En la misma línea del resto de sus obras, en ésta se cuenta la historia en primera persona, desde el punto de vista y pensamientos del protagonista, un ser a veces brillante y generalmente grotesco, que inspira tanta lástima como simpatía. Un personaje que no deja de sorprender a lo largo de la historia y que, gracias precisamente a este hecho, hace que la lectura de “Factotum” se convierta en una adicción.
                El lenguaje usado carece de adornos innecesarios, pero logra unas descripciones vívidas de las situaciones relatadas. Es muy fácil meterse en la piel del protagonista y criticarlo e incluso censurarlo. El autor logra de esta forma poner al lector en una situación moral superior, lo cual no es fácil de lograr.
                En cuanto a la longitud de la historia, es bastante corta, teniendo en cuenta tanto la cantidad de páginas, que no llega a doscientas, como el efecto adictivo de la lectura, que hace que se devoren sin apenas darse cuenta.
                No es necesario haber leído previamente ninguna otra de las vivencias de Chinaski para poder apreciar intensamente esta obra, aunque recomiendo empezar por “La senda del perdedor”, donde se puede visualizar, como el propio título indica, cómo puede llegar una persona a ser como el protagonista de esta historia.
                Existe una película de esta obra, que aún no he tenido ocasión de ver. En cualquier caso, y sin tener críticas previas de la misma, supongo que no habrá sido difícil de hacer, ya que es muy fácil imaginarse las situaciones descritas en la novela.
                Un buen y adictivo pasatiempo, el de leer la vida de Chinaski. Pese a tener siempre los mismos factores de base, no deja de sorprender a cada paso que da.

jueves, 12 de abril de 2012

Saga del capitán Alatriste, de Arturo Pérez Reverte

                Aunque me falta aún el último publicado hasta la fecha: “El puente de los asesinos”, la lectura de los seis primeros títulos la considero suficiente para elaborar una crítica que no creo que vaya a cambiar mucho con la lectura del último, al cual dedicaré un post aparte.
                La saga del capitán Alatriste  la considero enmarcada dentro de la novela histórica y de aventuras. Lo de “histórica” va con ciertos matices, pues si bien se describe con minucioso detalle la vida durante el siglo XVII, dicha parte histórica está usada por el autor para mostrar el telón de fondo, el paisaje en el que tendrán lugar las aventuras de sus personajes. No por ello desmerece la inmensa labor de documentación del autor, que ha llevado la minuciosidad al extremo, describiendo una sociedad, una forma de vida e incluso un lenguaje, que hace que se dibuje en la mente del lector el cuadro de esa Europa del siglo de Oro a la perfección. Por medio del lenguaje, se nos traslada a ese Madrid turbio y peligroso, de callejones oscuros y luchas a capa y espada, o esas trincheras de Flandes, húmedas y frías, inclementes con los soldados, o bien a ese Mediterráneo lleno de corsarios, cristianos u otomanos.
                Arturo Pérez Reverte, junto a su hija, son los autores de esta saga que aún no está concluida. Como he dicho, con un estilo muy acorde para crear la atmósfera de la época, se narra por medio de Ínigo Balboa y Aguirre sus vivencias junto al capitán Diego Alatriste y Tenorio. Ambos pueden considerarse protagonistas de la historia, si bien el primero, que narra en forma autobiográfica y en primera persona, es el que ofrece su visión del segundo, un ex soldado veterano de guerra que se gana la vida como espada de alquiler. El capitán recibe el encargo de criar a Íñigo a la muerte de su padre, compañero de armas en Flandes, y es ahí donde empieza la historia, con la llegada del joven Íñigo a Madrid, al encontrarse con el capitán.
                Los seis títulos de los que hablo no tienen porqué ser leídos en orden, ya que cada uno de ellos es una historia diferente, aunque es recomendable hacerlo, ya que siguen un orden cronológico donde algunos elementos van enlazando y evolucionando a lo largo de la historia. A grandes rasgos, las seis historias son las siguientes:
                -El capitán Alatriste: Comienzo de la historia, ambientado en Madrid. Un trabajo encargado al capitán, en el que se ve involucrado un noble extranjero da pie a toda una serie de problemas
                -Limpieza de sangre: Un encargo mal llevado a término hace que los protagonistas se vean cara a cara con la Inquisición
                -El sol de Breda: La vuelta del capitán al oficio de las armas lo lleva de regreso a Flandes, y a la vida militar
                -El oro del rey: A la vuelta de tierras holandesas, reciben un encargo en Sevilla relacionado con el oro que llega de las Indias
                -El caballero del jubón amarillo: Los líos amorosos del capitán con una renombrada actriz lo hacen enemistarse con cierto pretendiente
                -Corsarios de Levante: Vivencias de los protagonistas a bordo de una galera que patrulla un Mediterráneo en disputa con los turcos
                Aparte de la soberbia atmósfera creada, la obra cuenta con algunos otros detalles interesantes. Valga como ejemplo la relación amor-odio con la “raza española”, a la que en algunos momentos se alaba, y acto seguido muestra los aspectos más zafios y oscuros, la doble moral, la miseria espiritual, los fanatismos… detalles todos ellos presentes hoy día. La crítica está siempre presente a lo largo de la obra. Crítica a los propios españoles, a sus vecinos europeos, a la ignorancia, etc., detalle muy acorde al estilo de Pérez Reverte. Otra de sus novelas ambientada en tiempos de Napoleón, “La sombra del águila”, tiene un gran parecido con las aventuras del capitán Alatriste. Todos aquellos que disfrutaran leyendo esa obra no se verán defraudados leyendo éstas. Y viceversa.
                Dejando de lado que habrá franceses e ingleses que seguramente se indignarían leyendo esta obra, yo la recomiendo encarecidamente. Quedo a la espera de terminar la siguiente, y que publiquen las siguientes para saber cómo termina la obra.

lunes, 19 de marzo de 2012

La casa de la seda, de Anthony Horowitz

                Anthony Horowitz, escritor y guionista, es el autor de la nueva obra de Sherlock Holmes, que ha elaborado con el consentimiento de la sociedad que gestiona el patrimonio de Arthur Conan Doyle.
                La novela “La casa de la seda”, es, al igual que el resto de las historias del famoso detective, un caso muy al estilo de las obras de Conan Doyle. Todo comienza con la investigación sobre un marchante de arte que está siendo acosado por un mafioso, pero pronto la historia da un giro y la investigación entra en otro terreno totalmente distinto. Al final, ambas investigaciones confluyen con el genial desenlace al que los lectores de este personaje están acostumbrados.
                El ambiente está muy logrado, deja ver la enorme labor de documentación que ha seguido el autor. El estilo ha ido encaminado a respetar el del autor original, y también está narrado desde el punto de vista del Doctor Watson. En cuanto al ritmo, avanza a lo largo de la historia sin dejar tiempos muertos, haciendo que el lector se pregunte qué es lo que va a suceder a continuación.
                Otro gran acierto de la obra es la diseminación de pistas que aparecen en la narración, que son las que confluyen en un final donde todo queda entrelazado y nada surge por azar, lo que hace del final ese punto apoteósico en el que el lector se verá sorprendido.
                Ahora vienen los “peros”. En este caso, lo que no me ha gustado, personalmente, tiene que ver con los personajes, excepción hecha del Doctor Watson, que está cuidado hasta el más mínimo detalle. Quizás sea una manía mía, o bien la amplitud de visión que me da el hecho de haber estudiado marketing, pero veo algunos artificios dentro de la obra que no me terminan de encajar.
                Uno de ellos es el hecho de que aparezcan todos los elementos entrañables de las novelas del detective, es decir, la señora Hudson, el inspector Lestrade, los Irregulares de Baker Street, el hermano del detective, Mycroft Holmes y hasta James Moriarty. Parece un poco forzada su inclusión dentro de la historia, y desde mi punto de vista, resta calidad, ya que el autor se ha permitido el lujo de hacer las descripciones de todos esos personajes evocando su aura de misterio o exaltando sus cualidades. Creo que debería haberlos incluido sin más. Las reverencias que les hace desentonan con la imagen de la obra de Conan Doyle. Y, en cuanto al protagonista, Sherlock Holmes, tal vez sea mi percepción, pero he notado ciertas diferencias con el personaje original. Veo aquí a un Holmes más humano, más preocupado, algo menos racional, más emocional y con poca energía, lo que me chocaba bastante durante la lectura.
                Pese a esos detalles, y sabiendo que no está escrita por el autor original, considero que es un gran trabajo, aunque con algunas carencias. En cualquier caso, ello no obsta para que sea considerada una buena historia de misterio y policíaca, divertida y entretenida de leer.
Un detalle que me ha gustado especialmente es la explicación del Doctor Watson de por qué este caso había estado archivado durante tanto tiempo, lo que le ha servido para explicar por qué la novela no ha visto la luz hipotéticamente hasta ahora.
Resumen: obra recomendada, pero que puede llegar a decepcionar a los incondicionales de Sherlock Holmes.

viernes, 24 de febrero de 2012

Diez negritos, de Agatha Christie

                Actualmente, la novela de misterio a la vieja usanza está perdiendo terreno ante el avance de la novela negra moderna y el progresivo efecto de “descafeinado” que están sufriendo los antiguos títulos de terror (valga como ejemplo la cantidad de literatura que está surgiendo sobre vampiros, zombis, hombres-lobo, etc.), proceso que sin duda está enfocado al creciente público juvenil. En cualquier caso, en mi humilde opinión, si Bram Stoker y otros de su calaña levantaran la cabeza y vieran lo que están haciendo con las criaturas sobrenaturales, volverían otra vez a la tumba.
                Dejando de lado opiniones personales que bordean el asunto, en este caso no hay seres sobrenaturales, y voy a centrarme en esta obra, una de las más conocidas de Agatha Christie. “Diez negritos” es una novela que evoca esa época de principios del siglo XX, y que aúna varios elementos típicos de las obras de misterio que tanto abundan, incluso llevándolos al extremo. La intención es ofrecer, como si de una partida de Cluedo se tratara, un asesinato, o varios, y una serie de pistas que deberían apuntar al asesino y al móvil.  Todo ello dentro de un escenario típico en el que suceden todos los hechos.
                Esos elementos que comento son: diez personas que son convocadas por un misterioso anfitrión a pasar unos días en una mansión en una isla de la que apenas tienen datos. Ninguna de ellas se conoce entre sí. Una vez en la isla, una tormenta amenaza con dejarlos aislados. El anfitrión no aparece, y, de pronto, una grabación hace que todos conozcan el secreto oscuro que alberga cada uno de ellos. Ése es el comienzo del juego, y no voy a dar más datos sobre el desarrollo de la trama. Sin embargo, la acción irá transcurriendo de tal forma que irán surgiendo sucesos inexplicables en los que se verán envueltos todos los personajes, aparecerán pistas para resolver el misterio, y todo concluirá en un final sorprendente y difícil de anticipar, al estilo de la mayoría de las obras de la autora.
                En cuanto a Agatha Christie, ferviente admiradora de Arthur Conan Doyle y Edgar Allan Poe, deja ver su influencia en esta obra, en la que se puede atisbar una mezcolanza del estilo de ambos autores.
                Tengo que reconocer que, aunque la historia es muy buena, encuentro el estilo algo desfasado (lo cual es normal teniendo en cuenta la fecha en que se publicó, 1939). Esta sensación, sin duda me viene por el estilo más rápido que impera actualmente, el cual es  más inclinado a la acción que a la reflexión. En cualquier caso, es una gran obra con una sorprendente historia que en su momento debió ser un gran éxito (y lo sigue siendo). No aparecen los personajes principales de la autora, Hércules Poirot o Miss Marple, pero está construida de la misma forma y con el mismo estilo que las historias de dichos personajes. También aparece ese extraño ambiente romántico al que evocan, de una u otra manera, otras novelas suyas como “Asesinato en el Orient Express” o “Muerte en el Nilo”.
                Mucho está cambiando actualmente la novela policiaca, pero siempre merece la pena leer alguna de estas joyas, que hacen pasar un buen rato y mantienen al lector en vilo. Además, la autora siempre escribió con una regla muy interesante que no siempre se sigue en la literatura o cine y televisión modernos: en todas estas novelas, a lo largo de las mismas van apareciendo pistas que permitirían llegar hasta la solución del enigma. Actualmente, se sigue esa regla generalmente, pero otras veces, se omite esa regla de forma intencionada, con el objetivo de mantener la intriga hasta el final, momento en que surge por ahí un asesino que se sacan de la manga y con eso queda resuelto el misterio. Esto último me parece un insulto al lector o espectador, y cada día es más usado en televisión (no tanto en literatura, por suerte). Valgan como ejemplo la serie “The Killing” donde el argumento da tantos bandazos que cualquiera puede ser el asesino, o la serie “Perdidos”, en la que los guionistas montaron tal esperpento que tuvieron que sudar tinta para darle un final con el que millones de espectadores quedaron decepcionados.
                Hoy día prima el mantener enganchado al lector/espectador a toda costa, y por eso hay tantos finales decepcionantes. Pero lo que hace que una obra pase a la posteridad, es tanto el desarrollo como el final en que todo queda encajado, pues una vez acabada, se ve todo el conjunto. Y ni a lectores ni a espectadores les gusta que los engañen, y para mi desgracia, eso sucede últimamente con demasiada frecuencia, pero la posteridad pone a todas esas estafas en su sitio. Es lo que sucede con todas esas historias, ya sean series de televisión o novelas escritas, que tienen un comienzo trepidante y luego la historia se desinfla de tal forma que al final queda una sensación agridulce al ver que no se ha mantenido el ritmo del principio hasta el final.
Por eso no me extraña nada que ahora se esté poniendo de moda Sherlock Holmes. Sus aventuras, al igual que las de Agatha Christie, son impactantes precisamente por el final, donde se descubre todo. Es esa receta la triunfadora, la que no pasará de moda nunca.

viernes, 10 de febrero de 2012

Con el agua al cuello, de Petros Márkaris

                Esta misma semana, el escritor griego Petros Márkaris recibe en Barcelona el premio “Pepe Carvalho 2012” justo por esta obra.
                “Con el agua al cuello” es la séptima entrega de las aventuras del comisario Kostas Jaritos. En este caso, se encargará de investigar el asesinato de un banquero que aparece decapitado.
                El título es una alusión a la situación económica que vive actualmente todo el país entero, y la investigación que forma parte del argumento principal de la historia, no es más que una excusa para mostrar cómo se ve desde dentro la vida diaria, desde el punto de vista de un funcionario que vive allí.
                Voy a empezar con lo negativo (desde mi punto de vista): hay ciertas alusiones a España que me resultan sospechosas, y más aún después de enterarme que recibe un premio justo en este país, pero me guardo mi opinión al respecto. Por otra parte, la historia policiaca, que, como ya he dicho, pasa a un segundo plano, la veo floja.
                Ahora lo bueno, que es mucho más que lo malo: los personajes están muy bien definidos. Es muy fácil verse identificado con ellos y sentirlos cercanos, tanto la familia del protagonista como sus compañeros de la Comisaría, así como el resto de personajes con quien interactúa. No sólo los personajes, sino también la ciudad está definida de tal forma que el lector acaba envuelto por el entorno que el escritor describe. En cuanto a la investigación, aunque el caso no me haya parecido interesante, está muy bien construida. La trama sigue toda la investigación hasta su resolución, y está hecha de tal forma que no da pie a ninguno de esos momento muertos que ralentizan la acción, es decir: el ritmo es rápido, no deja un minuto de descanso. Esa es la razón por la que esta novela me ha durado tres días: engancha. El autor ha sabido manejar con maestría las raciones de información del caso, mezcladas con pinceladas de la situación en las calles griegas y hasta descripciones de la vida normal en ese país, de tal forma que cuando la historia se acaba, queda un bonito cuadro y un grato recuerdo.
                Sin duda, el punto fuerte y que más me ha llamado la atención es el descubrir datos sobre cómo se ven las medidas anti-crisis por el pueblo griego, cómo se las imponen y su reacción ante ellas. Descritas con estilo novelesco, no dejan de causarme intranquilidad al ver la alarmante similitud con la situación –algo más descafeinada- que estamos viviendo en España. El autor, mediante los personajes, introduce reflexiones sobre el sistema bancario,  los problemas del crédito y la deuda que hoy en día está en boca de todos. Para mí, esa es la esencia de la novela negra: no la investigación de un crimen, sino una crítica social, una forma de manifestar esa realidad “políticamente incorrecta” que muchos se niegan a aceptar y que otros intentan enterrar restándole importancia.
                “La lectura nos hace libres” dicen por ahí. Y este autor sabe que no sólo la lectura, sino su contrapartida, la escritura, es la que puede mostrar la realidad sin censura, y ponerla al alcance de cualquiera. Enhorabuena por el premio. Tiene muchas razones para merecerlo.           

viernes, 3 de febrero de 2012

La historia de tu vida, de Ted Chiang

                El autor norteamericano Ted Chiang no es precisamente conocido por la cantidad de obras publicadas. De hecho, esta obra, “La historia de tu vida” es un recopilatorio de ocho historias, una de las cuales tiene el mismo nombre del título. Aparte de este recopilatorio, su obra se reduce a algunas historias cortas más. Sin embargo, sus historias, originalmente publicadas en diversas revistas, han recibido numerosos premios como el Nébula, Locus y Hugo, conocidos galardones encuadrados principalmente en el género de ciencia-ficción.
                Son historias de ciencia-ficción, pero de una rama catalogada como ciencia-especulativa. El autor, dada su formación como ingeniero informático, parte de una base científica muy elevada, y ello lo demuestra en su obra, donde propone un planteamiento y especula durante su historia con las implicaciones de esa ley, suposición o avance científico. Los personajes de la historia se ven envueltos en dichas implicaciones y son quienes van desenrollando la madeja.
                Pese a lo complicados y controvertidos que suelen ser los temas, la historia está narrada de tal forma que ofrece una lectura ágil. En algunos momentos aparecen términos científicos complicados –existentes o inventados -,  pero ello no impide el entendimiento de la historia.
                En cuanto a las historias, son muy variopintas. A modo de resumen, expondré el tema de cada una de ellas:
-La torre de Babilonia: Trata sobre la construcción de dicha torre desde el punto de vista de los obreros
-Comprende: Un tratamiento permite desarrollar la inteligencia hasta límites casi infinitos
-Dividido entre cero: Un nuevo postulado hace tambalearse las bases de las Matemáticas
-La historia de tu vida: ¿Cómo nos comunicaríamos con extraterrestres si vinieran a visitarnos?
-Setenta y dos letras: Utilidades de una forma de dar vida a la materia inanimada
-La evolución de la ciencia humana: Análisis
-El Infierno es la ausencia de Dios: La humanidad sabe que Dios existe, y son constatables las apariciones de ángeles que causan milagros o catástrofes
-¿Te gusta lo que ves? (Documental): Reflexión sobre la influencia de la belleza en las relaciones sociales
                Como se puede ver, los temas son variados, si bien la exposición de cada historia sigue un patrón idéntico: se propone una teoría que rompe las reglas a las que estamos acostumbrados en el mundo real, y después se sigue la evolución de unos personajes que viven conforme a esas teoría, que forma parte de su propia vida cotidiana. Las reflexiones están muy elaboradas, y los personajes, pese a no tener demasiada profundidad, encajan perfectamente en la historia y cumplen su papel, ya que el lector observa esa novedosa realidad a través de sus ojos.
                Para todos aquellos interesados en historias del estilo “¿Qué pasaría si…?”, en esta obra encontrarán un pasatiempo perfecto, con una visión sobre ciertos temas que darán mucho que pensar.

martes, 31 de enero de 2012

Los mitos de Cthulhu, de Howard P. Lovecraft

                Los mitos de Cthulhu es un recopilatorio de historias que, por separado, forman la mitología en la que el escritor estadounidense H. P. Lovecraft basaba su obra. Dichas historias no sólo fueron escritas por él, sino que en muchas de ellas contó con otros colaboradores.
                Son historias de terror contadas en primera persona, ya sea por uno de los protagonistas de la historia, o por alguien que investigó el suceso, o bien por un tercero ajeno a la historia, pero que transcribe la misma tal como se la contaron a él. El uso de la primera persona da un enfoque realista y dinámico a la obra, aunque todas las historias comienzan anticipando por parte del narrador que hubo unos sucesos terribles y extraños, lo cual desde mi opinión, puede estar bien para generar intriga, pero resulta innecesario cuando ya se han leído varias historias, porque entonces el lector ya sobreentiende que algo inusual va a suceder. Resulta un poco redundante.
                La trama suele ser lineal, pero hay numerosas referencias al pasado, así como anticipos de lo que va a suceder.
                Si bien la estructura de todas las historias es muy parecida, cada una de ellas es muy diferente de las demás. Especial mención para la atmósfera de misterio que rodea a cada historia, ya que está muy lograda, y hay momentos de terror tan vívidos que mantienen al lector en tensión, sabiendo que cualquier cosa horrible puede suceder a continuación.
El argumento es distinto para cada historia, pero hay algunos elementos que abundan: seres sobrenaturales que aparecen sembrando el pánico en una zona, ya sea porque habitan ahí desde hace tiempo, o porque han sido convocados mediante algún rito prohibido, objetos antiguos con algún poder maléfico que descubren quienes los encuentran, familias malditas con un pasado turbulento, muertes inexplicables, etc.
                Tras haber leído a Stephen King, veo en Lovecraft a un precursor que pudo haber influido bastante en éste, pues varias novelas de King tienen un estilo muy parecido. Sirvan como ejemplo “El misterio de Salem’s Lot” o “It”.
                La mitología de Lovecraft se basa en seres sobrenaturales, dioses que están encerrados en este mundo esperando su liberación, o bien viajando por el espacio, o en otra dimensión, haciendo notar su influencia en este mundo. Es por ello que “Los mitos de Cthulhu” sean calificados como historias de terror y también de ciencia-ficción, categoría interesante para la época en que el autor escribía (a principios del siglo XX).
                Respecto al tema subyacente en la mayoría de las historias, es ciertamente intrincado: suele ser la ineficacia de la ciencia para explicar algunos hechos. La pequeñez del ser humano ante sucesos que superan su entendimiento. La búsqueda de la explicación del presente mediante conocimientos olvidados del pasado. Una mezcla de todo lo anterior es lo que continuamente se repite en la obra de Lovecraft.
                En cuanto a las historias, hay algunas que quiero destacar por su originalidad y por su excelente construcción. Me han llamado especialmente la atención “La llamada de Cthulhu”, “El color que cayó del cielo”, “El horror de Dunwich”, “Dagon” y “El sabueso”. No son las únicas que me han gustado, pues todas me han parecido buenas, pero la historia contada en ellas me ha llamado especialmente la atención, ya sea por los sucesos o por las soberbias descripciones.
                En resumen, una recomendable lectura para todos aquéllos que gocen con los misterios inexplicables, ritos antiguos y monstruos sobrenaturales. En todos esos aspectos aspectos, Lovecraft era todo un experto.