En 2006
se publicó la novela Guerra mundial Z, del
estadounidense Max Brooks. Con 464 páginas, es la continuación o complemento de
Zombi – guía de supervivencia, la
cual no he leído.
La
historia trata sobre la investigación llevada a cabo por un observador de la
ONU, el cual ha realizado una recopilación de testimonios de algunos de los
supervivientes de una guerra de escala mundial contra los zombis.
La
novela está estructurada en forma de entrevistas, en la que cada capítulo es el
testimonio de un personaje concreto, de un lugar del mundo concreto, que cuenta
en primera persona su experiencia. Dichos testimonios están organizados de
forma cronológica, así que la trama va avanzando desde que comienza la
infección hasta que se extiende, pasando por cómo afecta al mundo, qué hace la
humanidad contra esa plaga, y cómo se erradica.
La
elección de esta forma de narración, si bien resta misterio a la historia al
saber que los narradores han sobrevivido, por otra parte cuenta con el punto
fuerte de mostrar ese apocalipsis desde múltiples y muy distintos puntos de
vista.
El
ambiente está muy logrado. Partiendo de una visión global de la política,
religión, valores humanos, etc., se muestra cómo cambia todo, cómo evoluciona
(o involuciona). Hay abundantes descripciones técnicas de armamento, técnicas
de supervivencia, problemas que podrían aparecer en caso de una hipotética
apocalipsis de ese estilo, etc. A veces cae en determinados clichés para
diferenciar las partes del mundo o los personajes, y hay un excesivo
protagonismo estadounidense, pero salvo por esos pequeños detalles, el lector
tendrá una buena visión de cómo cambia el mundo y la transición desde el punto
“A” en que comienza la historia hasta el punto “B” en que acaba.
Los
personajes, como he dicho, son muy dispares. Quizás por la forma elegida de
narración, o quizás porque el protagonista principal y nexo común de la
historia sean los zombis, en general son personajes muy homogéneos. Se les ha intentado
dar profundidad, pero la longitud de los capítulos hace que al lector le cueste
empatizar lo suficiente, ya que el capítulo se acaba y se cambia de personaje.
¡Ojo! Las historias, sin embargo, son muy heterogéneas, y ahí es donde está la
brillantez de esta novela. Cambios de escenario, cambio de circunstancias
(geográficas, climatológicas, sociales…), pero mismo enemigo y mismos problemas,
aunque adaptados a la situación. Aunque hay una predominancia de las historias
militares, esto no afecta a la novela, porque es lógica tal predominancia dado
el tema que se trata.
El
ritmo es adecuado. La historia avanza saltando de localización geográfica y
personaje, pero mostrando claramente una evolución lenta hacia un desenlace. En
cuanto al susodicho desenlace, me ha parecido algo precipitado y poco
documentado, pero el conjunto hace que no quite demasiado brillo a la historia.
Es la
primera novela de temática zombi que he leído, y sinceramente, me ha gustado.
Me ha cautivado el formato de historias cortas, lo que ha hecho muy amena la
lectura, y me ha transportado a distintos lugares basados en lugares reales de
la actualidad, y me ha mostrado un “¿Qué pasaría si…?” que me ha mantenido
enganchado de principio a fin.
Aunque sigo siendo escéptico
sobre la calidad de muchos bestsellers,
en este caso no me he sentido defraudado. Y en cuanto a la película del mismo
nombre, recuerdo que, salvo el argumento de la historia, no tenía demasiado que
ver con la novela, por lo que, como siempre, y al margen de que una u otra sea
mejor o peor (son distintas formas de arte), recomiendo la lectura.
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