lunes, 5 de noviembre de 2018

Mal de altura, de Jon Krakauer

                En 1996 tuvo lugar una tragedia en el Everest. El periodista estadounidense Jon Krakauer estaba allí en ese momento, recopilando información para un artículo sobre la explotación comercial de la montaña. Superviviente de la tragedia, escribió un reportaje, y tiempo después añadió algunas aclaraciones, que es lo que encontramos en esta novela documental.
                A lo largo de sus 368 páginas, el autor expone en primera persona la crónica de una expedición motivada tanto por su trabajo como por un reto personal pendiente. El Everest, la cumbre más alta a la que puede aspirar cualquier alpinista, había sido una tarea pendiente para el autor, apasionado del montañismo, hasta que le surge la oportunidad de realizar una costosa expedición costeada por la revista donde trabajaba.
                Tal como el autor expone, una de las preguntas cuya respuesta buscaba para su trabajo es: ¿qué motiva a las personas que emprenden la dura tarea de ascender a esa zona poniendo en riesgo su propia vida, viviendo en unas condiciones climatológicas no aptas para la supervivencia, y todo ello tras haber sufrido penurias durante varios meses, y haber gastado una considerable cantidad de dinero, no apta para todos los bolsillos?. A ello hay que añadir la poca preparación de algunos de los que deciden emprender dicha aventura, que no son alpinistas profesionales, lo cual queda muy bien reflejado en esta historia.
                Los personajes de la historia son el propio autor, los guías de las expediciones que coincidieron en esas fechas, los propios clientes de esos guías y los sherpas que los acompañaban. Diversos grupos que se ven entremezclados en esta aventura (o desventura, que sería más apropiado). Todos ellos son personajes reales, cuyos testimonios también fueron recopilados por el autor, que llevó a cabo una ardua tarea de reconstrucción de los hechos que él mismo había vivido, contrastando su punto de vista con el de los demás supervivientes.
                El estilo de la narración es tal que mantiene enganchado al lector en todo momento. No sólo explica cómo se lleva a cabo una compleja expedición de este tipo, sino que lo hace explicando los detalles técnicos de tal forma que cualquier persona ajena al montañismo pueda comprender qué se está haciendo y qué es lo que está en juego. La continua tensión de la historia no necesita de grandes artificios literarios para convertir la historia en emocionante, porque ya lo es de por sí. Y la forma en que Jon Krakauer lo relata es magistral.
                El hecho de que no estemos ante una novela estrictamente hablando, sino ante un reportaje, hace que haya dos lecturas distintas de esta historia que el lector encontrará a la vez: por la parte novelesca, hay una historia de aventuras, ambientada en una inhóspita zona montañosa donde un grupo de personas intenta alcanzar la cumbre más alta, tarea que a priori parece más allá de lo que el grupo puede soportar físicamente. La otra lectura es un ejemplo de una expedición de este tipo en la realidad, día a día. Todo ello teniendo en cuenta que tanto los personajes como el ambiente en que se mueven es real. Así, el Everest queda reflejado como lo que realmente es: una meta ambiciosa, no apta para cualquiera.
                El tema principal de esta obra es difícil de destacar, pero me quedaría con la ambición humana, que es tal vez la respuesta que autor buscaba y que, años después, siguió intentando explicar.
                Aunque pueda quedar mal decirlo, he disfrutado leyendo esta novela. No es que haya disfrutado de los hechos que se narran, sino de la otra lectura, lo que se aprende. Hay novelas que son como un viaje, como un agradable paseo. En otras se conocen personajes que dejan huella, que disfrutamos conociéndolos. En esta novela, para mí, es de las que se aprenden cosas. Muchas cosas. Como aficionado al montañismo, he aprendido por la experiencia ajena qué es exactamente vivir a esas alturas inhóspitas donde el cuerpo humano no funciona como debería. Cuáles son los riesgos, y cuáles las recompensas, si las hay. Qué puede pasar, qué se puede esperar. Y, sobre todo, que sirva de advertencia para todos los que puedan aprender algo de errores ajenos.

                Novela muy recomendable, sin lugar a dudas. Imprescindible para los aficionados a la montaña.

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