La escritora francesa Dominique Aury escribió con el seudónimo de Pauline Réage esta novela, Historia de O, que fue publicada en 1954. La novela tuvo bastantes problemas con la crítica, debido al tema que trata, el BDSM. Aunque no toca aquí definir qué significan esas siglas, digamos que hacen referencia a una forma de sexo “poco convencional”.
Historia de O es una novela erótica, y eso se deja ver desde las primeras páginas de la novela, bueno, mejor tras una especie de interesante introducción que hay antes de que empiecen las vivencias de la protagonista.
He dicho que el tema es el BDSM, aunque no es exactamente correcto. El BDSM es el medio que usa la autora para mostrar el verdadero tema, que tiene varias vertientes: la sumisión, la esclavitud, la humillación voluntaria, y todo ello en relación directa con las prácticas sexuales.
Es una historia absorbente, atrapa al lector desde el primer momento. El tema del sexo queda relegado a un segundo plano, a una especie de escenario donde tiene lugar la verdadera historia. No hay reflexiones, no hay juicios de valor: simplemente hay hechos, que cada lector podrá interpretar como quiera.
Un detalle que me ha llamado la atención es que, aunque se escribió hace más de medio siglo, es difícil saberlo si nadie te lo ha dicho. Tanto los personajes como los lugares y los hechos que surgen en la historia podrían estar en la fecha actual y no se notaría en absoluto.
La protagonista, a la que se conoce sólo como “O”, es la que lleva la voz cantante de la historia. El narrador la sigue, contando sus vivencias y su evolución a través de la relación sentimental que la une a René, su amante. Paso a paso, esa relación se va desarrollando y ampliando en un crescendo continuo que mantiene al lector a la espera de lo que ocurrirá a continuación. A la misma vez, se irá conociendo un poco más la vida de la protagonista al margen de su relación sentimental.
Está ambientada en Francia, y hace referencia a París y algún otro lugar, pero sin esmerarse demasiado en las descripciones. La obra no es muy extensa y las descripciones son lo suficientemente escuetas como para generar el impacto que la autora pretendía. No falta nada, y considero que tampoco sobra.
La historia es dura, violenta, con grandes dosis de sexo y todo tipo de humillaciones y situaciones aberrantes.
No puedo evitar comparar con la trilogía Cincuenta Sombras, que tan de moda está ahora. Ya hice la crítica de la primera parte. De hecho, conversaciones sobre esa trilogía es lo que llevó a que me recomendaran esta novela. Y no hay color. No se pueden comparar. Mientras que la trilogía está mal escrita, con personajes planos, infantiles, idealizados y poco creíbles, esta Historia de O es una obra adulta, compleja, con personajes creíbles. Aun tratando el mismo tema e incluso siguiendo una línea argumental parecida (pese a que la trilogía es mucho más extensa), no tiene nada que ver la exposición de la trama de una y otra.
Se dice que la autora escribió esta novela con la finalidad de conquistar a un hombre con quien mantenía o había mantenido una relación. Me resulta un detalle desconcertante, pero también lleno de simbolismo si se piensa en el papel que representa O en la obra.
Para todo el que quiera meterse en un mundo que, al menos para mí, era totalmente desconocido, recomiendo esta lectura. A fin de cuentas, una de las finalidades de la lectura es transportarnos a lugares y situaciones distintos a lo que estamos acostumbrados, y yo con la Historia de O me he dejado llevar. Estoy seguro de que el Marqués de Sade también habría dado su aprobación a esta novela.
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