El escritor francés Michel Houellebecq publicó en 1994 su primera novela, Ampliación del campo de batalla. No es muy larga, sólo 176 páginas, así que ha caído en dos días de lectura pausada.
El escritor es un tanto problemático, y parece ser que la polémica ha ido siempre persiguiéndolo. Ha sido tachado de misógino y racista, y algunas declaraciones suyas lo han llevado ante los tribunales. Aparte se le ha criticado bastante por las reflexiones de los personajes de sus novelas. Enterarme de esto merece que haga una pausa para soltar una sonora carcajada y, a la misma vez, intentar dilucidar el significado de la “supuesta” libertad de expresión. ¿Se puede juzgar a alguien por lo que dicen o hacen los personajes de sus obras? ¡Pobres de los escritores de novela policiaca!.
Volviendo al meollo del asunto, en este caso la novela es dura. Incluso puede parecer absurda. Y lo es. Me explico: el tema de esta novela es la vida del hombre moderno. Por eso no debe extrañar que diga que parece una historia absurda, porque lo es, como también lo es el tema que trata.
El protagonista es un treintañero ejecutivo de nivel medio, ingeniero. Un proyecto con un Ministerio lo lleva a viajar por motivos de trabajo, y mediante el día a día del protagonista, sus reflexiones, sus interacciones laborales y fuera del trabajo, el protagonista irá alcanzando progresivamente un grado de enajenación con respecto al mundo conforme va avanzando la historia, contada en primera persona desde el punto de vista del propio protagonista.
Mediante la descripción de los actos cotidianos y los problemas sin solución que aparecen en la obra, condimentando con afirmaciones contundentes y políticamente incorrectas, al final de la historia queda dibujada perfectamente una parte de la decadencia del mundo en que vivimos. Más que una novela es una reflexión sobre el mundo actual, la pérdida de valores, las dificultades de comunicación, el aislamiento… todo ello y mucho más está presente en Ampliación del campo de batalla, directa o indirectamente.
El tono en que se cuenta la historia es irónico, pero contundente. Verdades mezcladas con situaciones absurdas que generan un efecto demoledor. Durante la lectura, hay bastantes momentos que harán al lector removerse en su asiento para encajar el golpe.
Una vez acabada la lectura, sabe a poco. A la vista de la obra del autor, no descarto ponerme en breve con alguna otra de sus novelas. Acabo de descubrir un estilo que me ha llamado positivamente la atención. Por ser un poco puntilloso, diré que en algunos momentos, el autor mezcla elementos poéticos que hacen un efecto un poco extraño en la historia, desentonan. Pero eso no empobrece la calidad de la obra.
Ya comentaré si la siguiente obra mantiene el mismo nivel.
Me ha gustado la reseña. Añadiría algo sobre la dificultad del protagonista para vivir una vida convencional y lo absurda que ésta nos parece desde su óptica y que finalmente lo va a abocar al suicidio. Parece que el protagonista nos esta observando desde un laboratorio lo que le da a la obra un aire hasta futurista- Muy bien David te voy a ir siguiendo- Besos
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