jueves, 6 de septiembre de 2012

El abuelo que saltó por la ventana y se largó, de Jonas Jonasson

                De esta obra, lo primero que llama bastante la atención es el título. Me parece bastante original. Y hablando de originalidad, ése es el punto fuerte de esta historia.
                El autor sueco Jonas Jonasson se estrena con la publicación de esta novela que ha sido todo un éxito de ventas. Veamos qué hay más allá de lo que se ve en la portada:
                Como el propio título indica, la historia comienza con un anciano que vive en una residencia. Con motivo de su centésimo cumpleaños, se organiza un acto para conmemorarlo, así que el anciano decide escaparse y dejarlo todo atrás, saliendo del edificio por la ventana. Se dirige a la estación de autobús, donde un joven le pide que guarde su maleta mientras va al baño, y el viejo coge la maleta y se sube a un autobús que estaba a punto de salir. Ese es el punto de partida de esta original y disparatada historia, que transcurre acompañando al anciano en su viaje, en el que coincidirá con otros esperpénticos personajes que se unirán a su causa.
                La trama principal es el viaje del anciano, pero una vez avanza la historia lo suficiente como para ir conociendo su estrafalario comportamiento, aparece una trama secundaria en la que se va contando la vida del anciano desde que era pequeño, con lo que al final de la obra se verá la vida de ese hombre que ha vivido cien años, no como una persona cualquiera, sino como responsable o espectador de los hechos históricos más relevantes del siglo pasado.
                Hablando de los personajes y las situaciones, ambos son caricaturescos, el narrador nos muestra con una dosis de humor y cinismo la historia, que en algún momento hará que el lector sonría con los hechos disparatados que van aconteciendo. Como bien decía, el punto fuerte es la originalidad. Es muy difícil saber qué va a suceder a continuación, por lo absurdo de algunas de las vivencias narradas y los numerosos detalles surrealistas que adornan la historia. Los personajes están muy bien definidos, pero en cambio sus motivaciones no lo están. Un punto en contra.
                Por otra parte, en cuanto al ritmo, al principio es correcto, pero conforme avanza la historia, parece que pierde fuelle, de tal forma que a partir de la mitad de la novela había momentos que se me hacían largos y aburridos.
                El tema es bastante interesante, ya que hace un repaso al último siglo de historia y lo contrasta con parte de la situación actual, lo que hace que esta obra humorística esté salpicada de unas muestras de realidad que sirven de inteligente crítica a la sociedad, la política, la religión e incluso la historia y sus “grandes” protagonistas.
                Aunque no es una obra con una calidad excelente, me ha parecido un buen pasatiempo, por la frescura y el estilo de la narración, así como ese humor negro que impregna la historia. Además de todo ello, la superficialidad de la historia esconde unas reflexiones mucho más profundas, detalle éste muy interesante desde mi punto de vista.
                Como resumen: obra recomendada para pasar un rato distraído, pero que puede llegar a decepcionar, ya que la calidad va disminuyendo conforme avanza. No acaba tan apoteósicamente como empieza.

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