Hacer una reseña de Danza de dragones sin comentar también el resto de la saga Canción de hielo y fuego es un poco absurdo, así que esta reseña se refiere a toda la historia publicada hasta el momento (5 partes), a falta de dos partes más para la conclusión de la saga.
El autor norteamericano George R. R. Martin ha basado su obra en la literatura fantástica y de ciencia-ficción. Cuenta en su haber con numerosos premios como el Locus, Nébula y Hugo por toda su obra.
La saga comenzó en 1996 con la publicación de Juego de tronos, que no llegó en español hasta el 2002. También han sido publicadas, de forma paralela a la saga, algunas historias, precuelas que ocurren en el mismo mundo.
La historia tiene lugar en un mundo ficticio, medieval, dividido en varios reinos con sus respectivos señores, caballeros, torneos y demás ingredientes típicos de la antigua novela de caballerías como la que hizo perder la cabeza a Alonso Quijano. Sin embargo, ese mundo cuenta con alguna particularidad: las estaciones suelen durar varios años, y en el momento en que comienza la historia, todo parece indicar que se acerca el invierno, y una amenaza empieza a extenderse desde el norte, donde un gigantesco muro aísla a los reinos sureños de esa amenaza que tantos estragos causó en el pasado.
El ambiente está recreado con un despliegue de detalles que hacen fácil sumergirse en ese mundo de castillos, bosques, mares tormentosos, desiertos y tierras heladas. Las abundantes descripciones logran poner ante el lector el paisaje donde se desenvuelve la historia. En cuanto a la historia, transcurre de forma lineal, aunque con algunas alusiones a hechos sucedidos en el pasado. Cada capítulo está dedicado a un personaje y la historia se verá desde su punto de vista. Después, la historia avanzará en el siguiente capítulo desde el punto de vista de otro personaje, y así sucesivamente. Es una obra con numerosos protagonistas, lo cual es imprescindible dada la cantidad de situaciones y la extensión de la historia. No es una novela para encariñarse con ningún personaje, pues no hay buenos ni malos. Cada personaje tiene sus particularidades y están muy bien definidos y diferenciados. Cada uno será capaz de actos heroicos y también de actos repulsivos, y ése es uno de los puntos más fuertes de esta novela: la no existencia del héroe bueno y guapo que persigue fines honorables y vence cualquier tipo de adversidad. El que espere encontrar eso en Canción de hielo y fuego, lo lleva claro.
El autor, que también ha ejercido de guionista, sabe bien cómo contar la historia, y tengo que reconocer que a mí me ha cautivado, razón por la cual, al empezar con Juego de tronos, tuve que seguir con Choque de reyes, Tormenta de espadas y Festín de cuervos. Pese a la gran extensión de cada parte (más de 800 páginas cada uno de los cuatro), no me duraron ni un mes, y tuve que esperar más de un año a que apareciera en el mercado Danza de dragones, que acabo de terminar y me temo que tendré que esperar varios años más hasta ver en mis manos los dos que aún faltan. La historia engancha, porque el ritmo es frenético, hay giros argumentales a cada paso de los que hacen al lector levantar la vista del libro y gritar: ¿Por qué? ¿Por qué?
La historia es muy compleja, y como no es mi intención dar detalles, sino sólo decir de qué trata, se podría decir que comienza con las disputas entre los distintos reinos en la lucha por el poder. Los ingredientes usados son la traición, las conspiraciones, la corrupción, la violencia (respecto a este punto, el autor no ha escatimado detalles grotescos, por lo que no la recomiendo a gente sensible), sexo y cualquier tipo de depravación está presente a lo largo de la historia. El realismo de cada escena, sea de lo que sea, es apabullante, ya sea una guerra, un torneo, una negociación o una escena de cama.
Ahora toca la parte a lo que, personalmente, menos me ha gustado de la obra. ¡Ojo! Que sea lo que menos me ha gustado no quiere decir que sea malo o que esté mal hecho, sino que simplemente no me ha gustado tanto como lo demás:
Al principio, la cantidad de personajes, señoríos y parentescos me resultó abrumador. Si bien es cierto que conforme va avanzando la obra, se acaba familiarizándose con ellos, antes es fácil perderse, pese a que al final del libro aparece un detalle de las dinastías y el árbol genealógico de cada una.
Otra cosa más: al comenzar, hay elementos fantásticos y sobrenaturales, pero son mínimos. Eso dota a la obra de un gran realismo, es fácil creerse ese mundo en que sólo unos pequeños detalles lo hacen distinto al mundo real. Sin embargo, al avanzar, y sobre todo en el último, en Danza de dragones, aparecen ya muchos más ingredientes fantásticos en la historia, lo que marca un punto de inflexión. No es que empeore, es simplemente que cambia. Aparte, en esta última parte, avanza también el conocimiento de las distintas religiones, a las que anteriormente sólo se hacían referencias vagas.
Algunos se quejan de que la historia va lenta, que parece que no arranca. A mí no me lo ha parecido así. Yo lo que veo es que la historia tiene su propio ritmo, pero hasta que no acabe las siete partes no se podrá hacer una valoración en conjunto. Hasta el momento, no se me ha hecho aburrida. Creo que es fácil de leer pese a su extensión y bastante entretenida. Hay quienes la comparan con El Señor de los anillos, pero lo que creo es que intenta meterse en ese saco a toda la literatura fantástica que es buena, como si fuera un sucedáneo o un hermano pequeño, pero no tiene nada que ver. Son del mismo género, eso es lo único que tienen en común. Ni es mejor una ni es peor la otra. Son distintas, simple y llanamente.
Como resumen diré que no es una obra para niños. Algunos adultos incluso pueden que les cause repulsa la brutalidad de algunas situaciones, pero la historia es interesante, compleja, está muy bien tejida y la calidad literaria es más que aceptable.
Esperemos que el autor no se demore mucho en dar a luz lo que falta de la historia, porque tal y como va hasta ahora, puede acabar de cualquier forma. En cuanto a la serie de televisión de HBO, está bastante conseguida, pero como de costumbre, yo recomiendo leer la historia, que es mucho más compleja que lo que la pantalla presenta, lo cual es lógico. No se puede condensar 900 páginas escritas en 10 horas de imágenes sin perder detalles.