Esta novela escrita durante el siglo XVIII, narra en forma de cartas intercambiadas entre todos los personajes una historia de amor, celos, traición y manipulaciones maquiavélicas.
Decir que el tema principal es el amor, es quedarse corto. Esta obra es una radiografía del proceso de seducción, del funcionamiento del amor, de la naturaleza de los sentimientos profundos. No son pocos los razonamientos filosóficos acerca de los sentimientos, así como del comportamiento de los amantes. Dichos razonamientos sirven como condimento a una historia cuyo desenlace final dejará perplejo al lector.
Los personajes, pertenecientes a la clase alta y a la aristocracia francesa, irán evolucionando a lo largo de la historia, la cual se va enredando hasta formar una maraña en la que todos ellos quedarán atrapados. Esa maraña se iniciará con los protagonistas principales de la historia, la marquesa de Merteuil y el vizconde Valmont, antiguos amantes, personajes libertinos que se proponen llevar a cabo una serie de acciones cuyas consecuencias serán imprevistas.
Toda la historia está contada a través de las cartas que los personajes se envían entre ellos, ordenadas cronológicamente. En un lenguaje formal, el argumento va tomando forma y se va mostrando la evolución de los personajes en función de los acontecimientos que van sucediendo.
Los escenarios físicos, en esta obra quedan relegados a un segundo plano en beneficio de los escenarios psicológicos. Todas las cartas, escritas en primera persona, van mostrando el interior de cada uno de los personajes: sus deseos, sus motivaciones, sus principios personales. Las diferencias entre cada uno de los personajes irán siendo poco a poco reveladas. Respecto a este punto, merece especial reconocimiento la tarea del autor, que ha sabido diseñar a cada uno de los personajes con sus defectos y sus virtudes, y con una personalidad muy bien definida y representada a través de sus actos y sus reflexiones.
Aunque no es la única obra del autor, sí es la más reconocida. Varias adaptaciones cinematográficas han llevado la historia a la pantalla con mayor o menor éxito, aunque sin duda, el gran atractivo de esta obra, más allá de la historia contada, es cómo está contada. Los detalles, las reflexiones, los pensamientos que no se pueden mostrar en la pantalla, son la mayor grandeza de esta novela. En este caso, una vez más, el libro supera a la película. La representación mental de la historia contada en el libro tiene mayor riqueza que las imágenes precocinadas que ofrece la pantalla. En cualquier caso, es fácil disfrutar de esta historia, no importa la forma en que se muestre. Para quien no la conozca, seguro que no le dejará indiferente.
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