Rendición recibió el premio Alfaguara en
2017. Escrita por el escritor, guionista y director de cine Ray Loriga, tiene
216 páginas.
La
narración es en primera persona, desde el punto de vista del protagonista. Con
una trama lineal, el lector irá siguiendo los pasos del protagonista a lo largo
de la historia. Dicha historia trata sobre una guerra, y sobre cómo, a
consecuencia de esa guerra, el protagonista, su familia y sus vecinos se ven
obligados a abandonar sus hogares para refugiarse en un lugar que les han
habilitado.
La
ambientación tiene lugar en una ubicación no especificada, que podría ser en
cualquier parte. También es atemporal, tanto podría ser la época actual como
hace cincuenta años. En cualquier caso, no es una información imprescindible, y
no se echa de menos, dado el desarrollo de la historia.
Los
personajes, dada la poca extensión de la historia, no están muy desarrollados,
salvo el protagonista, que al llevar la voz cantante de la narración, muestra
qué tipo de persona es mediante sus reflexiones y acciones. También tienen
cierta relevancia en la historia la mujer del protagonista y un hijo “adoptado”.
En las primeras páginas se descubrirá el porqué de las comillas.
El
estilo es, desde mi punto de vista, el punto fuerte de esta novela. Está
escrita como si una persona de pueblo te contara en un bar cómo le fue durante
una etapa de su vida. Su forma campechana de expresarse, junto con su
interpretación de lo que vive (cómo lo ve, cómo lo siente, cómo lo interpreta),
es lo que hace que esta novela tenga una lectura fluida, con un ritmo que no
deja momentos de aburrimiento al lector. Por otra parte, la subjetividad de la
narración en primera persona no me ha dejado claro si se está ante la figura
del “narrador poco fiable”, ya que hay determinados detalles en la lectura que
no me han parecido claros, bien porque el narrador esté engañándome, o bien
porque el autor no lo ha explicado lo suficiente.
Respecto
a esta última impresión, me ha sucedido igual con otros aspectos de la
historia. Se puede decir que es una novela distópica, cuya elección es acertada
para el tipo de historia, ya que mediante metáforas y paralelismos, el autor
hace una reflexión sobre múltiples temas, tales como la autoridad, la falta de
privacidad, la supervivencia, la paternidad y algunos más. Hasta el propio
título es una metáfora. Sin embargo, pese a la buena exposición de dichos
temas, tienen poco desarrollo, y al final quedan muchos cabos sueltos. O tal
vez no quedan cabos sueltos, sino que dichos cabos quedan tan abiertos que cada
lector los puede atar como prefiera y sacar sus propias conclusiones. Mi
conclusión es que los temas quedan tan abiertos que están poco desarrollados.
Es la
primera novela que he leído de este autor, y para mí, el único fallo que tiene
(si es que se puede considerar como tal), es que la novela es demasiado corta y
falta profundizar en algunos temas, por las razones ya explicadas. Sin embargo,
ello queda compensado con algunas frases lapidarias que me han hecho pensar, y
ahí he visto la grandeza de la Literatura, en esas frases que dicen tanto con
tan pocas y acertadas palabras.
Aunque
la novela podría ser mejor, técnicamente es intachable, y es muy entretenida,
amena y adictiva de leer. La historia no aporta nada nuevo porque todas las
escenas me recordaban a algún autor que he leído con anterioridad, lo que
quiere decir que el estilo de este autor bebe de múltiples fuentes (todas ellas
buenas). Recomendable.