Robert
Galbraith es el seudónimo de la escritora británica J. K. Rowling, más conocida
por ser la autora de la saga Harry Potter.
Cuando
me recomendaron leer El canto del cuco como
una buena novela policiaca, me sorprendió descubrir quién era realmente la autora.
Sin embargo, aunque aún tengo como lectura pendiente la saga de Harry Potter,
en espera de poder disfrutarla junto con mis hijos.
Ya tenía desde hace tiempo la
referencia de Rowling como buena escritora, así que la curiosidad me hizo
lanzarme a esta lectura con entusiasmo, sabiendo que es lo primero que leo de
una escritora a la que no conozco, y que es más conocida por otro estilo
totalmente distinto al que aquí iba a encontrar.
El canto del cuco es la primera novela
de la serie del detective Cormoran Strike. Actualmente hay tres novelas
publicadas, y una más en camino. Fue publicada en 2013, y tiene una extensión
de 544 páginas.
Estamos
ante una novela policiaca que no destaca especialmente en ninguno de sus
apartados, es decir, que no aporta ninguna novedad al género. Sin embargo, su
confección está cuidada con mimo. Recuerda a las típicas novelas policiacas de
corte clásico, con el típico detective de despacho trabajando el caso de uno de
sus clientes, pero ambientada en la época actual. Analicémosla por partes:
Está
ambientada en Londres, y en ese lugar es donde transcurre la totalidad de la
historia. La descripción del ambiente, sin ser especialmente destacable, sirve
para dar colorido al entorno donde sucede la acción.
Los
personajes son, sin lugar a dudas, el punto fuerte de esta novela. El
protagonista es Cormoran Strike, un veterano de guerra lisiado al que se irá conociendo
poco a poco conforme avanza la novela. Por otra parte, su secretaria Robin, una
empleada temporal que le ayuda con la investigación. Esos son los personajes
principales. Aparte está la víctima (cómo no iba a haberla en una novela de
este tipo), y todo su entorno de amigos y familiares, que conforman el resto de
personajes de la novela.
Todo
empieza con un suicidio, y la investigación del mismo es la historia de esta
novela. La trama avanza paso a paso, desvelando misterios, añadiendo nuevas
incógnitas, y, como no podía ser de otra forma, resolviéndose todo al final. El
ritmo es adecuado, avanza paso a paso sin detenerse demasiado. Aunque no es una
obra que destaque por escenas sus escenas de acción (que apenas las hay, y son
de poca intensidad), sí que mantiene la intriga de principio a fin. Puede
parecer que los hechos son bastante obvios o que las pistas no parecen apuntar
a nada claro, pero al final todos y cada uno de los detalles quedan atados sin
dejar ningún cabo suelto y, lo que es más importante para mí en una novela
policiaca: sin que haya hechos que suceden por casualidad. Aun así, la
resolución del caso, si bien es soberbia, me ha parecido algo enrevesada.
El
narrador en tercera persona sigue generalmente al protagonista, aunque en algún
momento cambia a Robin, la secretaria. El estilo es totalmente neutro, lo cual
facilita la fluidez de la lectura. También es destacable la ausencia de juicios
de valor, más allá de lo que expresan los personajes. Me ha sorprendido lo
amena que es esta lectura pese a su volumen, pero ello sin duda se debe a la
amplia experiencia que Rowling tiene como escritora.
Resumiendo:
una novela que no pasará a la historia como la mejor novela policiaca, pero que
sí es recomendable para quien disfrute con este tipo de lecturas. Habrá que
seguir la serie para ver cómo evoluciona, ya que el comienzo me ha parecido
bueno.