Publicada en 1951, con 288
páginas de extensión, El guardián entre
el centeno es la única novela (y la obra más conocida) del estadounidense
J. D. Salinger, quien fue un escritor no muy prolífico, y que evitó en la
medida de lo posible el contacto con la sociedad y los medios de comunicación.
Ambientada aproximadamente en la
época en que fue escrita, se describen determinados matices de cómo era la
sociedad norteamericana de entonces. En este caso, a través de los ojos de un
joven adolescente, Holden Caufield, que es a la vez el protagonista y narrador
en primera persona de la historia.
En cuanto a los personajes,
destaca el buen trabajo del escritor al diseñar psicológicamente al
protagonista: un adolescente pesimista, rebelde, lleno de contradicciones,
ansioso por comportarse como un adulto, pero sin experiencia en el mundo. Con
una visión poco realista de lo que sucede a su alrededor, y con un pasado que
lo persigue y nubla todo lo que percibe. También hace ostentación de un
vocabulario limitado, lleno de tacos, coloquial, lo que añade un toque de
calidad al diseño de este personaje. A través de sus ojos y su subjetividad, se
presentan el resto de los personajes de la novela, que añaden aún más colorido
a la historia.
La trama es lineal, sin elipsis
ni flashbacks, comienza con la vida del protagonista en el colegio donde
estudia, y avanza hasta el desenlace acompañando al joven durante sus andanzas.
Como tema principal se encuentra
la turbulenta época adolescente, la cual está muy bien retratada como ya he
dicho. Demasiado enfocada en la sociedad estadounidense (y por tanto, algo
lejana empáticamente para un europeo como yo), pero bien construida.
En cuanto al peculiar título, se
debe a un poema/canción al que hace referencia en un pequeño párrafo de la
novela, y que parece encajado a martillazos justo para dar título a la obra. Si
se hubiera usado otro poema/canción, el resultado habría sido el mismo.
Sinceramente, me ha decepcionado.
Esta novela ha gozado de una fama que, tras leerla, y siendo consciente de que
es una buena lectura, está muy lejos de ser tan buena como parece indicar la
fama que la precede. Es lo malo de tener ciertas expectativas antes de empezar
una lectura. Creo que hay mejores obras sobre el mismo tema, y no tienen tanto
renombre. Supongo que la polémica que originó en su época, aparte de ciertas
noticias de asesinatos en los que aparecía esta obra como una de las lecturas
de los asesinos, habrán sido suficiente publicidad para que la novela estuviera
en boca de todo el mundo.
Resumiendo, es una obra para
pasar el rato. Amena de leer, con una historia que no es nada fuera de lo
normal, y con algún que otro detalle destacable. Al no ser muy larga, no se
puede decir que sea una enorme pérdida de tiempo si no os gusta. Pero lo que si
me queda claro es que esperaba algo más, después de haberla tenido durante
mucho tiempo en mi lista de “hay que leerla”.