miércoles, 23 de noviembre de 2016

Fiesta en la madriguera, de Juan Pablo Villalobos

                Fiesta en la madriguera es la primera novela del escritor mexicano Juan Pablo Villalobos, que actualmente reside en España. Fue publicada en 2010.
                Es una novela corta, de 112 páginas. En mi caso, ha sido una lectura de un par de horas. Veamos de qué va:
                Empezando por los personajes, tenemos al protagonista Tochtli, un niño cuya edad no se especifica, el cual es a su vez el narrador en primera persona de la historia. Es hijo del narcotraficante Yolcaut, y recibe clases particulares del profesor Mazatzin. Esos tres son los personajes principales de la historia, y en torno a los cuales gira la vida del protagonista. Por supuesto, al ser una narración en primera persona, la visión de todos ellos es subjetiva, y más  teniendo en cuenta que quien narra es un niño. Pero no un niño cualquiera.
                El tipo de narración es perfecta para lo que supongo que pretendía el autor, que es ofrecer una visión salpicada de humor ácido al contrastar la realidad que el lector descubrirá tras las inocentes palabras y reflexiones del niño.
                El tema principal es la violencia que se sufre como daño colateral del mundo del narcotráfico, lo cual queda reflejado en cuanto el lector ve qué clase de niño es Tochtli, cómo vive, cómo es educado, qué actitud tiene ante el mundo.
                Está ambientada casi por entero en “la madriguera”, que no es más que una metáfora del palacete donde vive el protagonista, recluido gracias a los negocios a los que se dedica su padre.
                El estilo es posiblemente el punto fuerte de esta novela. Es fácil creer que es un niño quien escribe. Hay escasez de vocabulario, palabras favoritas del protagonista usadas en exceso e, incluso en determinadas ocasiones, mal usadas porque el protagonista no las entiende bien. Todo ello puesto en escena de una forma que hará sonreír al lector al comprobar la candidez del niño.
                La trama avanza a un ritmo adecuado. De hecho, he terminado de leerlo sin apenas darme cuenta. Y la impresión que me ha dejado es que merece la pena, y mucho. Cuenta una historia que es la que quedará en la cabeza del lector, pero de una forma que, por decirlo de alguna forma: no es eso lo que hay escrito en la novela. Los toques de humor y las interpretaciones fantasiosas de la realidad, aparte de algunas creencias tan inverosímiles como creativas, son fáciles de entender en ambos sentidos. Y no hay que leer durante un mes. Si a alguien no le gusta (que no ha sido mi caso), la pérdida de tiempo habrá sido mínima.

                Hace poco el autor recibió el premio Herralde de novela por su última obra, y leyendo un artículo fue cuando me decidí a leer algo de este escritor que anteriormente era desconocido para mí. Y no me ha defraudado.

martes, 22 de noviembre de 2016

Trilogía del Baztán, de Dolores Redondo

                Recientemente galardonada con el Premio Planeta 2016 por su obra Todo esto te daré, la escritora española Dolores Redondo tiene como su obra más conocida la Trilogía del Baztán, de la que trata esta reseña, y que se compone de las siguientes novelas:
                El guardián invisible
                Legado en los huesos
                Ofrenda a la tormenta
                Hay que empezar diciendo que el Baztán es una comarca de Navarra, situada al norte de Pamplona, y por la que pasa el río del mismo nombre, en otros lugares conocido como río Bidasoa. Y no es casualidad que el nombre del río y la comarca dé nombre a la trilogía, ya que, junto con Pamplona, es el lugar donde tiene lugar la historia, y además está tratado de tal forma que puede llegar a considerarse como un personaje más de la novela. Dicho esto, la ambientación de esa zona donde transcurre la acción está descrita con abundancia de detalles, que quizás llegan a ser excesivos en determinados momentos, pero que contribuyen a crear una atmósfera que hace fácil la inmersión del lector en el paisaje.
                Es una novela policiaca. Si bien cada una de las tres novelas trata sobre un caso distinto, hay un hilo común en toda la trilogía. No sólo un hilo temporal, sino también argumental. Para ver la historia en su conjunto y poder valorarla, hay que leer la trilogía completa.
                En cuanto a cómo está escrita, encontramos a un narrador omnisciente, que generalmente sigue los pasos de la protagonista, la inspectora de la Policía Foral de Navarra Amaia Salazar. La historia comienza cuando la protagonista se tiene que desplazar a su población natal, Elizondo, a investigar unos extraños crímenes.
Los personajes están bien construidos y diferenciados, y es especialmente complejo el personaje de la protagonista. Sin embargo, no están exentos de caer en determinados clichés, de los cuales no se escapa ni la susodicha protagonista, pero no es un caso tan alarmante como para considerarlo especialmente grave.
La trama es intrincada, y veo detrás de ella un trabajo técnico impecable. La acción, el misterio y las incógnitas que acompañan a cada novela de este tipo, aquí las encontramos perfectamente dosificadas. Conforme avanza la historia, van apareciendo enigmas, se van resolviendo y, lo que es más importante desde mi punto de vista: no se resuelven por casualidad o mediante deus ex machina (y, si hay alguna casualidad, pasa desapercibida, o se puede perdonar). Lo único llevado al extremo es la habilidad de la inspectora para resolver enigmas, que en ocasiones parece tener el don de la clarividencia, mientras que en otras, el lector ya sabe lo que ha pasado mientras que la protagonista no parece haberse dado cuenta.
Los diálogos, sin embargo, me han producido una sensación agridulce: en unos momentos son brillantes, y en otros, el interlocutor parece un orador dando un discurso detrás de un púlpito. Esto último sucede, generalmente, cuando se exponen explicaciones de temas técnicos.
En cuanto a los temas tratados en las novelas, aquí destaco dos (que bien podrían ser historias paralelas dentro de la historia principal, por cómo están tratados): la maternidad y la superstición. Éste último me parece el más interesante de esta trilogía, y es que, aunque siempre se puede encontrar alguna novela policiaca con cierto ingrediente místico, en este caso la mitología rural se encuentra enquistada dentro de la historia principal formando un todo uniforme. Ése es para mí el aspecto más destacable y original de esta trilogía.
Como resumen, diré que merece la pena. Toda la trilogía completa son alrededor de 1600 páginas, pero en mi caso, no se me ha hecho pesada. Tiene buen ritmo, está bien escrita, mantiene el suspense, el ambiente está bien reflejado y los personajes están decentemente caracterizados. Y la historia me ha parecido interesante.

Todo indica que la autora no guardará al personaje de Amaia Salazar en un cajón, sino que volverá a ver la luz. Aparte de eso, la película está a punto de estrenarse. No espero gran cosa, porque tras haber leído la historia, sería una sorpresa encontrar que es más rica en detalles que la novela. Pero son dos formas distintas de arte, y yo siempre he tenido preferencia por la que me aporta una experiencia más completa, que es… la Literatura.