martes, 28 de agosto de 2012

Narcolepsia, de Jordi Ledesma

                Narcolepsia es la primera novela del escritor de Cambrils Jordi Ledesma.
                Ambientada principalmente en Barcelona y su periferia, a lo largo de sus 356 páginas nos transportará a otros lugares distantes del mundo, siguiendo los pasos de su protagonista, Julio Perla.
                La novela trata de las andanzas de Julio desde su infancia, en un barrio humilde donde pronto empiezan a tener lugar los cambios que harán de Barcelona una ciudad más moderna, hasta llegar a los Juegos Olímpicos de 1992. Es en esa época cuando el protagonista empieza sus aventuras dentro del mundo de la venta de droga, y a partir de ahí, su vida se va acelerando en una vorágine de droga, dinero, contactos y “ampliación de mercado” a la vez  que Julio va ganando poder y prestigio en ese sórdido submundo.
                Con un estilo marcadamente realista, se pone de manifiesto la magnífica labor de documentación del autor, que describe la vida y el ambiente de la ciudad con un lujo de detalles que hace que el lector se sumerja en la historia de tal forma que se sienta plenamente identificado con el protagonista, con su mundo, con su manera de vivir, sus miedos (que no son pocos) y sus problemas (que tampoco le van a la zaga).
                A veces da la sensación de estar leyendo un reportaje documental sobre el tráfico de drogas, ya que el realismo, la organización de las bandas (especial mención para el papel de la familia gitana Heredia, con la que empieza Julio sus negocios, o para el narco colombiano del que el protagonista irá aprendiendo los entresijos del negocio), la rivalidad y todo lo que conlleva la vida al margen de la ley, es tan sumamente real que resulta apabullante.
                No es una novela policiaca, ya que toda la historia está siempre al otro lado de la línea que separa la legalidad de la ilegalidad. Es una novela sobre la vida de una persona normal a la que su trabajo lo convierte en un superviviente, en un ser que vive el día a día con los ojos totalmente abiertos porque sabe que no puede cometer errores. No es un héroe, pero tampoco se comporta como un villano, simplemente se dedica a sobrevivir y a disfrutar cada momento como si la fatalidad lo persiguiera.
                El ritmo de la novela engancha desde el principio. Continuamente van sucediendo cosas. Es muy fácil devorar esta obra en pocos días, ya que la acción no deja un momento de respiro.
                Para ser la primera obra del autor, está muy bien escrita. Bien construida, con unos personajes sólidos y creíbles. Unos ambientes definidos con gran detalle. Una forma de vida descrita como nunca antes lo había visto. Un foco hacia ese submundo oculto para la gente normal, pero que todos saben que está ahí, y es por donde se mueve el protagonista de la historia.
                En resumen: una gran novela para pasar un buen rato y con una historia que no dejará indiferente al que la lea. No sólo se disfrutará de la evolución del protagonista, sino también de ese entorno que también goza de protagonismo en la historia, y que también va evolucionando conforme avanza el tiempo. Para todos los que han conocido esa época, seguro que esbozarán una sonrisa al recordar esas sensaciones, esa música, esa forma de pensar.
                Buen trabajo, Jordi. Esperamos con ansia la próxima.

El zahir, de Paulo Coelho

                Otra de las obras del escritor brasileño Paulo Coelho, publicada en 2005. La novela tiene 336 páginas.
                En este caso, la historia va de un famoso escritor que ha sido abandonado por su mujer. La obsesión que se apodera de él, hace que emprenda su búsqueda.
                La narración es en primera persona, desde el punto de vista del escritor. Hay que destacar que da la sensación de ser una historia autobiográfica, aunque no me he parado a comprobarlo. En cualquier caso, lo sea o no, a través del texto se deducen pensamientos del autor a través de su personaje.
                Paulo Coelho siempre se ha distinguido por hacer hincapié en la descripción psicológica, deseos y motivaciones de sus personajes, lo cual se puede apreciar en esta novela también. Eso es uno de los puntos fuertes de su narración, ya que en su obra surgen algunas reflexiones interesantes, pero, a la misma vez, opino que ahí está también su mayor punto débil. Los personajes de todas sus obras son sospechosamente parecidos, ya que todos parecen moverse por la misma motivación, da igual que el personaje sea un escritor, una prostituta, un pastor o un astronauta. Por eso, cuando se han leído varias novelas de Coelho, como es mi caso, llego a El Zahir y me parece que simplemente es una más, que no aporta nada nuevo, y que aburre a ratos, dejando la sensación de que lo que leo ya lo he leído antes. Por si fuera poco, en este caso el personaje da la sensación de ser un prepotente superior moralmente a los demás cuyos actos están siempre justificados. Difícil sentirse identificado con él. Además, hace apología de la infidelidad conyugal, pero no como una forma de justificarse, sino intentando inculcar su idea, adoctrinando al lector. Deja al final esa sensación de “yo tengo la razón porque soy más listo que tú”.
                Tras haber leído El peregrino de Compostela, El alquimista, La quinta montaña, Veronika decide morir, El demonio y la señorita Prymm, A orillas del río piedra me senté y lloré, Brida y Once minutos, creo que estoy bastante capacitado para hacer un análisis de la obra del autor y dar mi opinión conjunta, no sólo de esta novela, sino de todas en conjunto.
                Creo que el autor debería haber dejado de escribir después de El alquimista. La considero su mejor obra y tiene unas ideas interesantes. Toda esa novela entera es una bella metáfora y, aunque desarrollaba algunas ideas que ya aparecían en El peregrino de Compostela, la exposición mejoró bastante. A partir de esa novela, todas las que vinieron después no son más que metáforas distintas de la misma idea o retazos y repeticiones de otras obras previas. Como ejemplo, en El Zahir  vuelve a haber, como en alguna otra de sus obras, numerosas referencias al Camino de Santiago, lo que da la sensación de que este hombre siempre escribe sobre lo mismo.
                Otro apunte, éste de cosecha propia: siempre he opinado que cuando un escritor famoso, o al menos consolidado, escribe una novela sobre un escritor y sus relaciones con la prensa, con las editoriales, con el trabajo de escritor, los bloqueos y todo el mundo que lo rodea, pienso que el autor está seco de ideas, agotado, y empieza a dar forma con su estilo propio a una novela que no es más que una autobiografía. Lo primero que enseñan en cualquier curso de novela es: “No escribas sobre tu vida, tu vida no le interesa a nadie”. Y hay momentos en que se olvida esa regla. Eso es lo que hay en esta novela. Un personaje usado como medio para manifestar ideas propias como por ejemplo el descontento con la crítica literaria, mezclado con alusiones a la cantidad de dinero que se gana escribiendo y a la lujosa y holgada vida que permite el no tener preocupaciones económicas. Demasiado pedante para mi gusto.
                Así, como resumen, diré que no es una mala lectura, pero no hay que esperar gran cosa de ella, porque no aporta nada nuevo a lo que el escritor ya ha contado en otras obras anteriores. Por mi parte, lo siento, pero hasta dentro de muchos años no volveré a leer nada de este escritor que siempre me cuenta la misma historia con distintos personajes. Lo que haré cuando ya no me acuerde, será volver a repasar El alquimista, una historia que, como El principito, merece la pena leer al menos una vez cada década.

viernes, 24 de agosto de 2012

Cincuenta sombras de Grey, de E. L. James

Me la han colado. ¡Ejem! Perdón, es que mi tendencia a resumir complejos pensamientos en una frase fácil de entender, a veces me juega malas pasadas. Para construir la crítica, tengo que explicar la versión larga. Y de camino, ya que con ésta me voy a explayar, aprovecho para recordar que mis “críticas” no son más que mi opinión subjetiva, le pese a quien le pese. Por supuesto, habrá algunos detalles objetivos, pero esto no se trata de hacer más publicidad de la que ya se hace, sino añadir la opinión de una persona “normal” a la versión partidista de autores, editoriales y demás partes interesadas.
                Ya que hablo de publicidad, veamos lo que dicen algunos medios de esta obra:
“Cincuenta sombras: la exitosa combinación de historia romántica y juego erótico de alto voltaje que ha tocado la fibra de muchas mujeres.”
Daily News
“Porno para mamás” (esto que me lo expliquen, por favor)
                Lo que yo veo tras su lectura:
                En cuanto a los personajes, tenemos a Anastasia Steele, una universitaria guapa, inteligente y mojigata que acaba la carrera sin experiencia sexual alguna. Por otra parte, está Christian Grey, un multimillonario de veintisiete años que es guapo, está buenísimo, es elegante, sabe bailar, tocar el piano y además quiere acabar con el hambre en el mundo. Por si fuera poco, tuvo una infancia extremadamente difícil y su único lado oscuro es que le gustan las prácticas sadomasoquistas. Como vemos, dos personajes realistas y bien definidos, de los que se encuentra uno cada día por la calle, vamos.
                La historia es exactamente la misma de la película Pretty Woman, si cambiamos a los protagonistas por estos y si le añadimos las escenas de sexo. O sea, la chica conoce al chico, y como no puede ser de otra manera, se enamoran perdidamente el uno del otro. A partir de ahí, empiezan con sus prácticas sexuales y así hasta el final del libro. Esa es toda la historia, que por cierto, está contada en primera persona y en presente desde el punto de vista de la protagonista. A ella, todo lo que le sucede es maravilloso y da la sensación de que está viviendo un cuento de hadas donde ella es la princesa y él es el caballero atento y galán, aunque con un lado un poco oscuro.
                Lo bueno de la novela: es entretenida de leer, amena. Las escenas de sexo no están mal al principio, pero acaban siendo repetitivas.
                Lo malo: el estilo es pésimo. En casi cada página se encuentran una o varias veces las expresiones “Madre mía”, “Uau”, “Se mordió el labio”, “Puso los ojos en blanco”, “Frunció el ceño”, “Mi diosa interior” o “Mi subconsciente”. La verdad es que acaba uno harto de tanta repetición. En cuanto a los diálogos… qué voy a decir de los diálogos. Dan vergüenza ajena, incluso llega un momento en que también hay diálogos por email y eso ya me pareció el colmo.
                Aunque la historia empezaba bien, a mí personalmente me aburrió rápido, y cuando deduje lo que faltaba, a punto estuve de dejar de leerla cuando apenas había llegado a la mitad. No lo hice (y me arrepiento), seguí leyendo esperando encontrar ese final apoteósico o ese cambio que te activa las neuronas adecuadas, pero me equivoqué. Desde que tenía que haberla dejado hasta el final, sólo había más de lo mismo. Esta obra es una trilogía, pero al menos yo, me planto con el primero, creo que bastante tiempo le he dedicado.
                A pesar de la cantidad de ventas que ha tenido, no creo que la autora llegue a ganar algún premio literario donde se valore el estilo y el vocabulario. El hecho de que haya tenido tan buena acogida, es sin duda por el tema que trata, ya que al venderse como “sexo” acapara la atención de un número importante de personas. Pero no creo equivocarme al decir que en el mercado hay mejores historias y, sobre todo, mejor escritas. Se dice por ahí que esta historia está calcada de la trilogía “Crepúsculo”, cosa que no sé, ya que no la he leído, y dudo mucho que lo haga. Con “Drácula” de Bram Stoker y con las “Crónicas vampíricas” de Anne Rice ya vi historias de vampiros buenas y de calidad, pero por lo que he oído, no estoy seguro de que “Crepúsculo” me pudiera llegar a gustar.
                En resumen, muchas expectativas y al final, mucha decepción. No me ha explicado nada nuevo y además, no me gusta cómo me lo ha explicado. Puede ser divertido para pasar el rato, pero sinceramente, creo que hay cosas más interesantes por ahí.

jueves, 23 de agosto de 2012

El puente de los asesinos, de Arturo Pérez Reverte

                Hasta el momento, esta es la última entrega publicada (la séptima) de la saga del capitán Alatriste, aunque aún falta alguna más por ver la luz.
                En el mismo estilo que las anteriores, Pérez Reverte nos cuenta esta vez una historia ambientada en Venecia. Los protagonistas de esta saga son ahora convocados junto a otro grupo de “profesionales” de la espada por Quevedo, que ya va consolidando su papel en la Corte,  para llevar a cabo una misión en la ciudad de suma importancia para España.
                El tono, el ritmo, el lenguaje usado y el ambiente son los mismos a que ya nos tiene acostumbrados el autor, que esta vez describe con minuciosidad la vida, la gente y las costumbres de esa emblemática ciudad hace algunos siglos. Mediante sus descripciones, hace fácil al lector imaginarse esas calles estrechas, ese bullicio de gente y esos peligros que acechan de noche por los oscuros callejones.
                En cuanto a los personajes, es destacable la evolución de los mismos. Esta vez vemos a un capitán más viejo, más experimentado, más desencantado con todo. Poco a poco se va deshaciendo ese misterio que es su forma de comportarse, no sólo mediante sus actos, sino por su interacción con el resto de los personajes, incluido su némesis, Gualterio Malatesta, que también tiene un papel primordial en esta historia. Y en cuanto al narrador, Íñigo Balboa, ya no es ese niño alocado y temperamental. Se ve claramente cómo va creciendo a imagen y semejanza de su tutor, volviéndose más frío, orgulloso y centrado, lo cual le sigue trayendo alguna que otra desavenencia con el capitán. Se forja así esa relación que ya es cada vez menos de admiración-protección como antaño, y se va convirtiendo poco a poco en respeto mutuo, aunque sin perder lo anterior. También aparecen, como no podía ser de otra manera, los compañeros de viaje de los portagonistas, Sebastián Copons y el moro Gurriato, así como Quevedo, que no tiene un papel tan principal como en otras entregas.
                Así, siguiendo en la misma línea que las anteriores, mediante una nueva aventura, se va viendo esa evolución y madurez de los personajes que ya he comentado. Para los que ya van siguiendo las aventuras del capitán, diré que esta no es la mejor, pero tampoco defraudará, ya que todo sigue en la misma tónica que anteriormente, y su lectura es un pasatiempo agradable, a la vez que nos traslada a esa época y ese lugar, que es al fin y al cabo la pretensión de cualquier novela de aventuras.
                Como resumen: recomendable para pasar el rato y seguir la historia del capitán. No recomendable empezar por esta obra si no se han seguido el resto de las aventuras, pues muchos detalles pueden resultar confusos para los que empiezan conociendo a los personajes desde aquí.